El beso

[Hallie Hernández Alfaro]

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Buenas tardes, amor.

Los dédalos de pólvora rigen el instante,
nubarrón de soledades frente al cielo de mástiles;
la guerra pervive en el beso neófito
mientras el vestido blanco tiembla, entre las yemas de Hiroshima.

Buenas tardes, amor.

La promesa eufórica de las bocas que saben de fin
me concibe
me ata
me puede.

Buenas tardes, amor.

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.




Rendición incondicional, J. Seward Johnson, en Tuna Harbor Park, San Diego, California.

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[Begoña Egüen]

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Buenas tardes, amor.

Los dédalos de pólvora rigen el instante,
nubarrón de soledades frente al cielo de mástiles;
la guerra pervive en el beso neófito
mientras el vestido blanco tiembla, entre las yemas de Hiroshima.

Buenas tardes, amor.

La promesa eufórica de las bocas que saben de fin
me concibe
me ata
me puede.

Buenas tardes, amor.

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.




Rendición incondicional, J. Seward Johnson, en Tuna Harbor Park, San Diego, California.

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¡¡¡ Primoroso, de gran calidad !!! Enhorabuena.
Un beso.
BEGOÑA.

[Óscar Distéfano]

Me parece un poema muy original, ante todo, y un gran homenaje a ese momento que ha quedado en la historia. Es realmente valioso ver cómo puedes recrear con mucho arte un emblema famoso e inolvidable. Me gustó mucho también la forma, la repetición a modo de estribillo, el lenguaje pulcro y la elección léxica hecha con precisión quirúrgica. Un poema fuerte en su cohesión. Aplausos.

Un abrazo, amiga.
Óscar

[Hallie Hernández Alfaro]

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Buenas tardes, amor.

Los dédalos de pólvora rigen el instante,
nubarrón de soledades frente al cielo de mástiles;
la guerra pervive en el beso neófito
mientras el vestido blanco tiembla, entre las yemas de Hiroshima.

Buenas tardes, amor.

La promesa eufórica de las bocas que saben de fin
me concibe
me ata
me puede.

Buenas tardes, amor.

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.




Rendición incondicional, J. Seward Johnson, en Tuna Harbor Park, San Diego, California.

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¡¡¡ Primoroso, de gran calidad !!! Enhorabuena.
Un beso.
BEGOÑA.

Agradezco mucho tu paso por mis letras, querida compañera.

Abrazo enorme.

[Hallie Hernández Alfaro]

Me parece un poema muy original, ante todo, y un gran homenaje a ese momento que ha quedado en la historia. Es realmente valioso ver cómo puedes recrear con mucho arte un emblema famoso e inolvidable. Me gustó mucho también la forma, la repetición a modo de estribillo, el lenguaje pulcro y la elección léxica hecha con precisión quirúrgica. Un poema fuerte en su cohesión. Aplausos.

Un abrazo, amiga.
Óscar

Mil gracias por tus reflejos, amigo. Si que es impactante ver de cerca la magnitud de la estatua; se enriquecen las sensaciones con el fondo marino y la fragata/ museo que le sirve de escolta. Han pasado tantos años..., sin embargo, el instante se cubre de gloria joven al ser mirado una y mil veces por cientos de ojos atónitos.
A vuelapluma y bajo los aires del parque Tuna Harbor se me ocurrieron estos sencillos versos.

Abrazos y felicidad.

[Guillermo Cumar.]

Entre metáforo y metáfora, la alegoría del amor entra caudolosamente con elegancia de un lenguaje
dispuesto y manifiesto a representar el sentir de las imágenes..

un abrazo

[Just Gafar]

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.

Ay Hellie, que cosas dices. Sabes, al leer estos versos finales, yo pensé en Blanca VArela, y en el título de su primer poemario "Ese puerto existe". Y dije, en mí alma: "SI, ese puerto existe".
Me has hecho sonreir, mucho mucho. Y recordar, porque me enloquece la poesía.

Mi abrazo. Más fuerte aún.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Debería de ponerse esta leyenda enmarcada en acero al pie de tan magnífica e impactante estatua.

Un poema brillante hasta el 100.

Un bico, querida amiga

[Mitsy Grey]

Hallie, tu poesía llega y deja sin palabras. Eres una artesana literaria y tu semblanza se manifiesta didáctica, vivencial, sublime.
Mis aplausos querida poeta, tiempo, forma y calidad rigurosa, son tus grandes cualidades y yo las admiro y te admiro.

besitos grandes.

Mitsy

[Hallie Hernández Alfaro]

Entre metáfora y metáfora, la alegoría del amor entra caudolosamente con elegancia de un lenguaje
dispuesto y manifiesto a representar el sentir de las imágenes..

un abrazo

Muchas gracias por tu bondad al leerme, amigo.

Abrazo enorme y felices horas.

[Hallie Hernández Alfaro]

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.

Ay Hellie, que cosas dices. Sabes, al leer estos versos finales, yo pensé en Blanca VArela, y en el título de su primer poemario "Ese puerto existe". Y dije, en mí alma: "SI, ese puerto existe".
Me has hecho sonreir, mucho mucho. Y recordar, porque me enloquece la poesía.

Mi abrazo. Más fuerte aún.

Gracias por tanta empatía y aprecio, querido poeta. Un honor recibir tus palabras y tu sensibilidad.

Abrazo enorme.

[Hallie Hernández Alfaro]

Debería de ponerse esta leyenda enmarcada en acero al pie de tan magnífica e impactante estatua.

Un poema brillante hasta el 100.

Un bico, querida amiga

Muchísimas gracias, querido amigo; va un abrazo enorme hasta allí.

[Hallie Hernández Alfaro]

Hallie, tu poesía llega y deja sin palabras. Eres una artesana literaria y tu semblanza se manifiesta didáctica, vivencial, sublime.
Mis aplausos querida poeta, tiempo, forma y calidad rigurosa, son tus grandes cualidades y yo las admiro y te admiro.

besitos grandes.

Mitsy

Gracias por la solidaridad y el aprecio, querida compañera.

Beso grande y felicidad.

[E. R. Aristy]

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Buenas tardes, amor.

Los dédalos de pólvora rigen el instante,
nubarrón de soledades frente al cielo de mástiles;
la guerra pervive en el beso neófito
mientras el vestido blanco tiembla, entre las yemas de Hiroshima.

Buenas tardes, amor.

La promesa eufórica de las bocas que saben de fin
me concibe
me ata
me puede.

Buenas tardes, amor.

Ya nadie sabe llorar;
parece salivarnos un minutero de gaviotas
y el puerto nos llama
de bronce, rendidos a la memoria.




Rendición incondicional, J. Seward Johnson, en Tuna Harbor Park, San Diego, California.

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Se titula El beso, y sin duda emociona ver la imagen del soldado que celebra ese regreso de la guerra a la normalidad...pero la poesía, tu poesía, sabe darle un completo colorido, podríamos olvidar otros tantos besos, pero ninguno como el beso que ha probado el fin. Maravilloso poema, Hallie. Un abrazo, ERA

[Pilar Morte]

Precioso, Hallie, un poema para el recuerdo eterno. Escribes tan bien que todos los registros los dominas.
Un abrazo grande lleno de buenos recuerdos
Pilar