ALFONSINA, MARCELO Y EL AMOR

[José Manuel Sáiz]

ALFONSINA, MARCELO Y EL AMOR


Entre ambos suele haber distancias, olvido (el de Alfonsina)
y algún imponderable: un mar de espacio, aire, y bastantes
kilómetros de tierra; por no hablar de cobardía (la de Marcelo)
y su carácter mustio y pusilánime.

Sus costas tardan años en juntarse, y cuando lo hacen,
las blanduras se adueñan de Marcelo, y su pecho da un respingo
febril y tembloroso. Ella dice entonces hola, cuánto tiempo,
y él responde, sí, un poco (por no decir que todo) y luego calla
cobarde como siempre; y se despide de Alfonsina (¿hasta cuándo?)
y ve como se aleja (¿hacia dónde?) y va anotando en su almanaque
la nueva latitud de su naufragio. Supone
que el tiempo es como un bucle recurrente
de esperas y de encuentros.

Marcelo sabe, porque lleva todo
muy bien organizado, que se halla a un par de lustros
del último vestigio de Alfonsina en su diario (y a siete de ese beso
primero adolescente).

Se toma como empeño a largo plazo,
que dentro de otros tantos (lustros me refiero) se atreverá a decirle
todo eso que se calla, que reprime, y a pedirle lo que nunca
tomó por imposible: tenerla tiernamente
de nuevo entre los brazos. Hasta entonces
dice que seguirá esperando a que el espacio, el aire y los bastantes
kilómetros de tierra, unan de improviso sus orillas para siempre,
y cuando ella le diga hola,cómo estás, cuánto tiempo, él,
no le responderá con ese…, un poco y hasta luego, sino que le dirá,
con esa precisión de los prudentes, ¡oh!, sí,
como unos treinta mil y pico días, con sus horas, minutos
y un mar de imponderables; y la besará en la boca, y olvidará que fue
un hombre pusilánime; y como lleva todo
escrito en su almanaque, sabrá que ahora son ancianos
de ochenta y muchos (años me refiero); pero estos son
detalles sin enjundia.

Ocurre que en la vida de los tímidos
el tiempo retrocede en los recuerdos,
se para en las esperas, corre en los encuentros, y que unos cuantos
decenios más o menos
no es algo que preocupe a un apocado.

Los atrevidos viven
su amor de otra manera.

--oOo--

[Manuel Alonso]

Hola amigo, la timidez en las relaciones. Buen poema y última estrofa espectacular. Es un placer siempre leerte, recibe un fuerte abrazo.

[Josefa A. Sánchez]

Tan identificada con lo escrito que pienso que en otra vida fui Marcelo (o Alfonsina). Un lujo (y no exagero) leerte.
Un abrazo.
Pepa

[Pilar Morte]

Un poema de amor muy a tu estilo tan cercano y delicado. Es precioso y me encantó leerte.
Besos
Pilar

[Víctor F. Mallada]

Preciosa la historia, J. Manuel y hermosa lección de vida. A veces hay que tirarse al agua, no sea que la próxima vez… no haya piscina.

Me gusta el ritmo bien medido del poema, aunque desarboles la pausa versal con estos versos largos, fuertemente encabalgados.

Enhorabuena, poeta y gracias por compartir esta preciosa historia de alfonsina, marcelo y su amor (o lo que fuera).

Un abrazo,


Víctor

[Guillermo Cumar.]

Una plausible historia respaldada por el sensor de la humana circunstancia.
Es bueno siempre terminar en paz consigo mismo y despedirse
cada cual de su Alfonsina siendo un rato Marcelo y otro rato uno mismo.

Una lectura muy satisfactoria,amigo.

un abrazo

[J. Paz]

Interesante propuesta y muy hermoso trabajo. Lo disfruté. Un placer. Feliz día y un abrazo,


Judit

[José Manuel Sáiz]

Muchas gracias amigos por vuestros comentarios.
Un abrazo a todos.
J. Manuel

[Arturo Rodríguez Milliet]

Deseo, miedo, huida y autoreproche en eterno ritornelo...
Una muy acertada descripción poética del infierno a fuego lento
que viven los fóbicos sociales. En tu muy personal estilo,
sabes como hallar los matices justos que permiten dar belleza
incluso a los sentiminetos grises.

Siempre placentero adentrarme en ese mundo cálido que recreas
con tu pluma, José Manuel.

Un gran abrazo, amigo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Decir que me ha gustado, es poco. Lo he leído dos veces seguidas y luego me he detenido en algunos detalles que son verdaderas luces marcando el camino de una historia que disecciona poéticamente la psicología de la timidez y nos abre su mundo intenso de emociones y afectos.

El dominio de los recursos narrativos es notable y el ritmo está muy bien conseguido. Todo, lenguaje, estilo, tema, desarrollo, cierre, brilla a gran altura. Es, además, un poema que emociona porque nos llega en la voz de la propia timidez y la lucidez del protagonista. Muchas enhorabuenas, José Manuel. Con un abrazo.
Salud.

[Hallie Hernández Alfaro]

Si que es hermoso, José Manuel. Adhiero totalmente a los comentarios de los compañeros.

Felicitaciones muchas y un gran abrazo.