Gracias, Ana, por pasar y comentar; celebro que hayas disfrutado de estos versos en el rancio ambiente de templo con "santas" y frustradas mujeres.Ana García escribió:Buñuel imaginaba el siniestro sabor
de los blanquísimos pies en los labios de la carne,
esos dos voluptuosos pecados.
Muy buenos ingredientes conforman este poema: el remanso de las horas bajo la niebla del tabaco (tabaco de pipa?), el incienso y el surrealismos de Buñuel.
¡Ahí es ná!
Un fuerte abrazo, Ferreiro.
Buñuel, con la retranca que le caracterizaba, recreaba los "voluptuosos" besos de los sacerdotes en los pies adolescentes.
Bicos, saúde y Feliciano para pecar libremente y "a pie desnudo".