La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Un poema profundo, yo diría sereno, aunque en mi caso llevé mucho tiempo para adquirir (una cierta) serenidad. En verdad no existe jerarquía delante de la muerte. Lo irremediable carece de escala. Sin embargo los padres, que sea el padre o la madre son nuestro referencial existencial. “Somos porque ellos fueron”. Ellos que nos proporcionaron el milagro de la vida. Siempre dije que la muerte de nuestros padres es una especie de parto al revés. Duele mucho y en verdad dolerá durante toda la vida que nos resta. Mi reverencia, poeta.
Iben Xavier
Sabia reflexión la que aquí nos ofreces mi querido amigo, y que yo comparto en su totalidad. Cuando ocurre la muerte de alguno de nuestros padres, una parte de nosotros desaparece definitivamente. La serenidad de que tú hablas, quizá se deba a que en las últimas semanas, su muerte era algo inevitable y en cierto modo deseable debido al largo y grave proceso de deterioro que causó el cancer en la salud de mi padre. Ahora comienza a sentirse el peso de la ausencia.
Extraordinario, J.J., demuestras aquí todo tu talento. El poema tiene una carga emotiva tremenda que llega al lector. Gran homenaje a la memoria de tu padre. Unha aperta.
Valentin Martin escribió:Una ardorosa y serena elegía que no se queda solamente en eso sino que trasciende el puro sentimiento de pérdida para edificar un poema lleno de vigor literario, lo cual no es noticia en ti, amigo Ferreiro, porque está dentro de tu conducta poética. Excelente poema que sangra y goza al tiempo.
Un abrazo por el poema y por todo.
Gracias Valentín por tu apoyo y por tan hermoso comentario. Es un gran honor querido amigo.
Mis ojos te miran desde la comprensión y agradecimiento por este poema que se adentra en lo más profundo para compartirlo. Precioso de principio a fin
Un abrazo grande
Pilar
Pilar agradezco sinceramente tu apoyo y comprensión. Me alegro que el poema te haya llegado.
Benjamín León escribió:Tu corazón inunda los nuestros, JJ, en esta elegía maravillosa, donde el dolor es pacífico y el poema es vehículo para el destierro. Hay una visión del hombre y una exposición del hijo, hay luz, emoción poética, lenguaje y una conmovedora carga semántica detrás de la honda profundidad de cada dicho. No hay más que decir, amigo, es mejor callar y leer tu corazón.
Un abrazo fraterno desde esta cercanía, Benjamín.
Gracias por tan generoso comentario en un poema tan especial para mí. Es todo un honor querido amigo.
Una vez más, gracias por tu entrañable y constante apoyo.
Blanca Sandino escribió:Gracias, J.J.. Muchas. Especialmente, porque no se puede hablar del árbol ignorando que, hacerlo, implicara mostrar(nos) las ramas le pertenecen, que le son propias, y suyas. Sólo suyas.
Aunque hubiese (como hay) miles de árboles a los que llamar por el mismo nombre, ninguna de las ramas lo serían.
ES bellísimo lo que dices.
Blanca
J. J. M. Ferreiro escribió: Hoy quiero hablaros de mi padre.
(...)
Mirad el tiempo y detened el río.
Gracias por todo querida amiga. Celebro que este poema te haya inspirado tan sabio comentario.
Llenos de concierto y sentido los versos, colmados de elocuencia en armoniosa, melancólica, luminosa poesía. Un verdadero placer leerte, poeta. Saludos,
S.Castelar escribió:Me quedo un rato en tu poema JJ, en tu palabra que se abre al dolor y al amor a partes iguales, sin remedio para ninguna de las dos cosas pero que en realidad es lo que proporciona el equilibrio absoluto, la asimilación de que todo perdura por encima de nosotros y de nuestras pequeñas existencias. Hay cosas que están por encima de nosotros y de todo lo que representamos y esas cosas son las que nunca se marcharan, ni cambiarán...en un poema que tengo por ahí, hago una reflexión parecida, "Lo que nunca regresa ya vive para siempre", en realidad nada está más vivo, ni más presente, que el peso de la ausencia.
Mirad el tiempo y detened el río.
Te mando un abrazo enorme para ti y para Elena y Eugenio, ya sabes que estoy cerquita para lo que necesitéis.
Sara
Gracias querida amiga por este hermoso y profundo comentario. Se de tu apoyo sincero.