¡Oh, lluvia!

[Alejandro Costa]

¡Hola, lluvia!

Cómo sanan tus cristales de porcelana
la oscuridad del cielo,
el árbol de rama frágil
y hasta el fuego crudo del sol más intenso.

¡Oh, lluvia, limpia y amable!

Te extiendes por los campos
en la búsqueda insaciable de la esencia de sus raíces,
la flor pálida necesitada de tu aliento,
y ese viento, a veces suave,
como el vuelo de una mariposa,
a veces grotesco e hiriente,
estrellando el cuarzo dolorido de tus gotas en los cristales,
resbalando tu llanto
en sinfonía con el cielo oscuro que te ha derramado.

¡Oh, lluvia, clara y fresca!

Te ofreces a los ríos como alimento de cielo,
a las cascadas para apaciguar su espuma,
a la tierra hambruna,
que de sus huertos nutre el altar de la naturaleza.
Te ofreces a la soledad del alma,
al llanto inmaculado del amor,
al rostro impenetrable de la oscuridad del silencio.

¡Oh, lluvia, anhelada y bella!

Resbalas por la piel como seda que cubre los hombros,
realzas la seca huella del destierro,
el paisaje cubierto por las heridas de polvo,
por la enferma siembra de la sequía.
Eres, flor, eres vida, eres miel de día,
la que hace bailar los trigales,
la que humedece el dolor de las raíces,
la que del cielo cae en señal de tristeza
y que a la piel refresca y la llena de alegría.

¡Oh, lluvia, divina!

Sabes maniatar la hondonada
que en sí guarda la pesadilla del barro seco y estancado,
para convertirla en lago de vida.

Oh lluvia, bien nacida,
de transparencia serena,
de agua purificada en las columnas del cielo,
conviertes el alma atolondrada,
en manantial indomable y dócil,
mientras haces florecer el desierto
como una ensenada húmeda de protección constante.

¡Oh, lluvia! ¡Oh, lluvia!

Das al mundo desarmado y despiadado,
las lágrimas dormidas del dolor de la tormenta.
Lluvia, lluvia,
dejas purificado el horizonte como una ventana abierta en primavera.
Lluvia, lluvia,
¡cómo sanan tus cristales de porcelana!

Lluvia que deja escrito en los portales
las cartas perdidas de los inmortales corazones.

¡Oh, lluvia! ¡Dormida lluvia en los ventanales!

[Fernando Marcos Rentero]

Bello canto a la beneficiosa lluvia, amigo Alejandro. No hay duda, eres un romántico empedernido sin cura, que nos haces soñar con tus lindos versos. Gracias, campeón.

[Pilar Morte]

Precioso poema de un lirismo que atrapa desde el primer verso. Me gustó mucho esta lluvia que llega como fuente de vida. Un placer leerte.
Un abrazo grande

[Marisa Peral]

¡

Oh lluvia, bien nacida,
de transparencia serena,
de agua purificada en las columnas del cielo,
conviertes el alma atolondrada,
en manantial indomable y dócil,
mientras haces florecer el desierto
como una ensenada húmeda de protección constante.

¡

Excelente poema al que tengo que volver porque veo una retórica que me gusta mucho, por ejemplo veo en esta estrofa que el oxímoron está muy claro…
Me gusta esta lluvia…

Besos

[Alejandro Costa]

Bello canto a la beneficiosa lluvia, amigo Alejandro. No hay duda, eres un romántico empedernido sin cura, que nos haces soñar con tus lindos versos. Gracias, campeón.

Infinitas gracias, Fernando.

Me enorgullecen tus palabras.

Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me ha gustado mucho, amigo Alejandro. Sobre todo estos versos que abren el poema:

"Cómo sanan tus cristales de porcelana
la oscuridad del cielo,
el árbol de rama frágil
y hasta el fuego crudo del sol más intenso"

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Precioso poema de un lirismo que atrapa desde el primer verso. Me gustó mucho esta lluvia que llega como fuente de vida. Un placer leerte.
Un abrazo grande

Gracias, Pilar.

Me enamoré de la lluvia cuando leí el maravilloso poema "Lluvia" de Federico García Lorca.

Es simplemente magistral.

Un besazo.

[Ramón Castro Méndez]

Hermosos versos en este viaje con la lluvia, con su esencia. Realmente muy bueno, te felicito.

Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

¡

Oh lluvia, bien nacida,
de transparencia serena,
de agua purificada en las columnas del cielo,
conviertes el alma atolondrada,
en manantial indomable y dócil,
mientras haces florecer el desierto
como una ensenada húmeda de protección constante.

¡

Excelente poema al que tengo que volver porque veo una retórica que me gusta mucho, por ejemplo veo en esta estrofa que el oxímoron está muy claro…
Me gusta esta lluvia…

Besos

Espero que no te mojes, Marisa.

Gracias por estar siempre ahí.

Un beso.

[Alejandro Costa]

Me ha gustado mucho, amigo Alejandro. Sobre todo estos versos que abren el poema:

"Cómo sanan tus cristales de porcelana
la oscuridad del cielo,
el árbol de rama frágil
y hasta el fuego crudo del sol más intenso"

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Mil gracias, amigo.

Es un lujo recibirte entre mis letras.

Un abrazo.

[A. Satír]

Un hermoso homenaje a la lluvia, lluvia que ame encanta desde niño, de hecho me gusta mucho para dormir.
Me gustan todas las metáforas que utilizaste, cristales, porcelana, alimento y vas construyendo una oda líquida para todos nosotros.

Saludos!

Satír.

[Alejandro Costa]

Hermosos versos en este viaje con la lluvia, con su esencia. Realmente muy bueno, te felicito.

Un fuerte abrazo.

Infinitas gracias, Ramón.

Celebro que así lo vieras.

Un abrazo.

[Alonso Vicent]

Días grises y de lluvias que limpian los cristales con los que miramos el mundo. Un regalo con medida y un futuro de luz y de vida.
Me gusta la lluvia, me gusta el poema y, aprovechando que llueve, aquí estamos para aplaudir ambos.
Un abrazo, Alejandro, de lunes a buen abrigo... con cristales y ventanas al exterior.

[F. Enrique]

Has escrito una oda, paisano, llena de aciertos en un poema elevado.


Un abrazo..

[Alejandro Costa]

Un hermoso homenaje a la lluvia, lluvia que ame encanta desde niño, de hecho me gusta mucho para dormir.
Me gustan todas las metáforas que utilizaste, cristales, porcelana, alimento y vas construyendo una oda líquida para todos nosotros.

Saludos!

Satír.

Sí, tiene un efecto poético.

A mí también me gusta, aunque últimamente es muy destructiva.

Gracias.

Un abrazo.