Gracias, Manuel, por acercarte y dejar tu amable palabraManuel Sánchez escribió:Me ha gustado mucho leer este poema, cargado de emotividad y de un hábil contenido poético. Mi felicitación.
Un fuerte abrazo.
Besos
Pilar
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, Manuel, por acercarte y dejar tu amable palabraManuel Sánchez escribió:Me ha gustado mucho leer este poema, cargado de emotividad y de un hábil contenido poético. Mi felicitación.
Un fuerte abrazo.
Cuida con los intríngulis que, a veces, son peligrosos. Gracias por dejar tu amable palabraGuillermo Cuesta escribió:Para ese menester las puertas de la vida son perfectas y precisas. Cada vez que te leo me entra un intríngulis
vicioso por las ranuras estereotipadas para salir dando un fuerte aplauso, amiga.
Un abrazo y mis felicidades de mi paso.
Gracias, querido amigo, por venir y dejar tu amable huellaLuis M. escribió:Un poema precioso y muy humano. Felicidades, Pilar. Un abrazo, amiga.
"Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,Pilar Morte escribió: ↑Mar, 01 May 2018 11:43 Hace tiempo que curva su espalda,
-zurrón donde giraron los relojes-
No sigue los meses del calendario,
ni los días de visita se viste de domingo.
Sonríe, a veces,
cuando en su letanía brilla el sol
de alguna presencia que secuestró el tiempo
como un can que duerme en el olvido.
Si le preguntas, surge su vida
lastimada por la memoria, luminosa en sus ojos de niño.
Me puede su ternura, la fragilidad de su gesto.
Él no puede escribir pero recita amor en su palabra
y se abriga con el verbo que acaricia su pecho.
Ya no sabe abrir las puertas de la vida,
vive de los otros,
de aquellos rostros
que aman su mente rota.
Me dan ganas de acunarlo,
de decirle que es grande.
Sé que siente las manos sinceras
que calientan las suyas
y lo besan con el alma.
Por la noche llama a su hermano,
la referencia que no quemó el tiempo,
la verdad que alojó alas en su cráneo
y le hicieron volar con el corazón encendido.
De día no sale de sí mismo,
refugiado en el calor
de las ascuas de su tibio vivir.
Se hizo niño, muy pequeño,
y sólo acierta con los puzles de cuatro piezas.
Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,
la espuma de su infancia,
por eso los encuentros son felices.
Gracias, querido amigo, por tus amables palabras.
Gracias, querida amiga, por dejar tan gratas palabras.E. R. Aristy escribió: ↑Vie, 29 Oct 2021 18:45"Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,Pilar Morte escribió: ↑Mar, 01 May 2018 11:43 Hace tiempo que curva su espalda,
-zurrón donde giraron los relojes-
No sigue los meses del calendario,
ni los días de visita se viste de domingo.
Sonríe, a veces,
cuando en su letanía brilla el sol
de alguna presencia que secuestró el tiempo
como un can que duerme en el olvido.
Si le preguntas, surge su vida
lastimada por la memoria, luminosa en sus ojos de niño.
Me puede su ternura, la fragilidad de su gesto.
Él no puede escribir pero recita amor en su palabra
y se abriga con el verbo que acaricia su pecho.
Ya no sabe abrir las puertas de la vida,
vive de los otros,
de aquellos rostros
que aman su mente rota.
Me dan ganas de acunarlo,
de decirle que es grande.
Sé que siente las manos sinceras
que calientan las suyas
y lo besan con el alma.
Por la noche llama a su hermano,
la referencia que no quemó el tiempo,
la verdad que alojó alas en su cráneo
y le hicieron volar con el corazón encendido.
De día no sale de sí mismo,
refugiado en el calor
de las ascuas de su tibio vivir.
Se hizo niño, muy pequeño,
y sólo acierta con los puzles de cuatro piezas.
Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,
la espuma de su infancia,
por eso los encuentros son felices.
la espuma de su infancia,
por eso los encuentros son felices."
Un amor incomparable! Hermoso y conmovedor homenaje, Pilar. Un abrazo, ERA
Pilar Morte escribió: ↑Mar, 01 May 2018 11:43 Hace tiempo que curva su espalda,
-zurrón donde giraron los relojes-
No sigue los meses del calendario,
ni los días de visita se viste de domingo.
Sonríe, a veces,
cuando en su letanía brilla el sol
de alguna presencia que secuestró el tiempo
como un can que duerme en el olvido.
Si le preguntas, surge su vida
lastimada por la memoria, luminosa en sus ojos de niño.
Me puede su ternura, la fragilidad de su gesto.
Él no puede escribir pero recita amor en su palabra
y se abriga con el verbo que acaricia su pecho.
Ya no sabe abrir las puertas de la vida,
vive de los otros,
de aquellos rostros
que aman su mente rota.
Me dan ganas de acunarlo,
de decirle que es grande.
Sé que siente las manos sinceras
que calientan las suyas
y lo besan con el alma.
Por la noche llama a su hermano,
la referencia que no quemó el tiempo,
la verdad que alojó alas en su cráneo
y le hicieron volar con el corazón encendido.
De día no sale de sí mismo,
refugiado en el calor
de las ascuas de su tibio vivir.
Se hizo niño, muy pequeño,
y sólo acierta con los puzles de cuatro piezas.
Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,
la espuma de su infancia,
por eso los encuentros son felices.
J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Mar, 02 Nov 2021 10:30 "Me dan ganas de acunarlo,
de decirle que es grande.
Sé que siente las manos sinceras
que calientan las suyas
y lo besan con el alma.
Por la noche llama a su hermano,
la referencia que no quemó el tiempo,
la verdad que alojó alas en su cráneo
y le hicieron volar con el corazón encendido"
Ternura, elegancia, delicadeza... tod eso y más.... belleza.
Gracias, querido amigo, por dejar entrañables palabras.
Abrazos
Todo un placer de lectura, querida amiga.
Bicos, Pilariña.
Gracias , querida amiga, por acercarte y dejar tu amable huella.Mirta Elena Tessio escribió: ↑Sab, 06 Nov 2021 2:57Pilar Morte escribió: ↑Mar, 01 May 2018 11:43 Hace tiempo que curva su espalda,
-zurrón donde giraron los relojes-
No sigue los meses del calendario,
ni los días de visita se viste de domingo.
Sonríe, a veces,
cuando en su letanía brilla el sol
de alguna presencia que secuestró el tiempo
como un can que duerme en el olvido.
Si le preguntas, surge su vida
lastimada por la memoria, luminosa en sus ojos de niño.
Me puede su ternura, la fragilidad de su gesto.
Él no puede escribir pero recita amor en su palabra
y se abriga con el verbo que acaricia su pecho.
Ya no sabe abrir las puertas de la vida,
vive de los otros,
de aquellos rostros
que aman su mente rota.
Me dan ganas de acunarlo,
de decirle que es grande.
Sé que siente las manos sinceras
que calientan las suyas
y lo besan con el alma.
Por la noche llama a su hermano,
la referencia que no quemó el tiempo,
la verdad que alojó alas en su cráneo
y le hicieron volar con el corazón encendido.
De día no sale de sí mismo,
refugiado en el calor
de las ascuas de su tibio vivir.
Se hizo niño, muy pequeño,
y sólo acierta con los puzles de cuatro piezas.
Yo he aprendido a querer su idioma nuevo,
la espuma de su infancia,
por eso los encuentros son felices.