Óscar Distéfano escribió:Grandes poetas han ironizado sobre los rigores del soneto (que es la más perfecta forma de escribir poesía. La mala impresión que causa en muchos poetas se debe a los malogrados sonetos que escribimos día tras día). La diferencia está en que lo han hecho ¡con sonetos! Abrigo la esperanza, apreciado y versátil poeta, de que algún día repitas esta fábula con un poema donde se aprecie un no-soneto hecho por un sonetista. Sólo se puede prescindir de la técnica después de dominarla. No me tomes a mal, por favor. Sólo intento debatir en defensa de la métrica. Es ineludible el conteo de sílabas para lograr una buena acentuación. Creo que es la esencia del ritmo, y sin ritmo no existe poesía. Lo demás es prosa poética (que también me gusta practicar y leer). Admito, finalmente, que puedo estar diametralmente equivocado. Por esta razón aprecio este foro donde he aprendido mucho de los compañeros, y he corregido varios conceptos erróneos que tenía.
Un abrazo.
Óscar
Ya puedes perder la esperanza, porque escribir un soneto sería como traicionarme a mí mismo, y si mi poema irónico hubiera tenido forma de soneto, entonces su mensaje carecería de sentido, porque de lo que se trataba era de utilizar algunos elementos del soneto para crear un soneto espurio, un Quasimodo (de ahí lo de "engendro" y "como leer a un tuerto"). En eso consiste la burla.
Escribir un soneto es lo más fácil del mundo. Hasta un chimpancé puede hacerlo. Lo difícil es conseguir que un poema sea rítmico sin recurrir a las manidas métrica y rima. Para eso está la retórica, algo que casi nadie utiliza y valora, debido principalmente a la ignorancia. ¿Quién sabe distinguir un calambur o un poliptoton? Son detalles que a casi todos los lectores se les pasan inadvertidos, y sin embargo, ayudan como pocos a crear una sonoridad única.
Para serte sincero, casi todos los sonetos que he leído aquí y en otros foros tienen una rima forzada y están vacíos de contenido. ¿Por qué? Porque se nota a leguas que han sido escritos pensando en encajar palabras, y eso da la sensación de estar contemplando un puzzle donde las piezas han sido metidas a presión. Lo cierto es que no hay muchos Quevedos.
Saludos, tocayo.