J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Jue, 06 Feb 2020 1:47
Tenía en la mirada la intensidad del tigre
e investigaba lo inefable,
ávido y populoso como un río.
En el filo de los cristales
recorría la transparencia
de la blanca llama.
Miraba el cuerpo lacio de los dioses,
su fervoroso empeño de discordia.
Miraba el alto caserón del odio,
los claustros de la guerra,
donde intima la sangre derramada.
El problema de la realidad
lo resolvía en los espejos;
como en un cofre, todo quedaba ahí,
aprisionado.
En el contacto con las pieles frías,
su pupila se agigantaba,
e insólitos sus ojos por exactos y fijos,
entre objeto y sujeto
había sólo una ficción de luz
―aciaga flor de fuego en fuego consumida.
Se hacía imprescindible un corazón de sombra.
Me alegra encontrar hoy esta joya poética, Ferreiro.
"En el contacto con las pieles frías,
su pupila se agigantaba,
e insólitos sus ojos por exactos y fijos,
entre objeto y sujeto
había sólo una ficción de luz
―aciaga flor de fuego en fuego consumida."
Fascinante!
Abrazos