Ignacio Mincholed escribió:Cluny [en comisión de servicio], a tantos de tantos de no sé cuántos
Estos pleitos ordinarios, por lo dilatados y frecuentes, no hacen daño a la causa de la divina poética; pero ya tentar la paciencia mentando los alejandrinos sobreesdrújulos es mucho tentarme la paciencia, y es a la vez tentar a Satán; y no estamos para esos gastos.
El Hermano Luis, significado miembro de la Orden de los Libertarios Trinitarios Animalistas [escisión XXIII de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos], orden estricta donde las haya que en su afán de igualdad entre el mundo de los vivos ya sean humanos o bestias, plantas e incluso piedras, no admite dignidad alguna de patriarca ni exarca; ni prior, prelado ni abad ni obispo, sí acaso la condición de vicario de coro para que no se desmadre el canto y el rezo entre los hermanos; como digo, el Hermano Luis imbuido de una épica urbana de modernismo racionalista, no deja de tener su corazón abierto a gatos, perros y señoritas por quienes, a veces, pierde el oremus hasta llegar a cantar con la lírica más rubeniana sin llegar (gracias a dios) a la melosa lírica antillana buesista.
Este hecho es aprovechado por el Ilmo. Prior Roger Nelson con el fin de escarnecer al Hermano Luis aireando su oculta sensibilidad de galán romántico, y él a su vez escarnece al Ilmo. Prior al exponer públicamente su oculto pasado como novillero, aunque hay documentos probatorios de que tomó la alternativa en Nimes por el abrazo del propio Rafael Gómez Ortega, el Gallo, que después de pasar unos meses en oración y extensas conversaciones con el Ilmo. Prior, llegó a ser apodado como el Divino Calvo. Tras su alternativa, antes de entrar en orden y concierto monástico, se le apodó en los ruedos como el Inglé al aparecer en los carteles con el nombre de Armilo Nelson, cuestión que confundía al personal pensando que era londinense, siendo realmente oriundo de Orihuela. Otras voces dicen que el apodo no era el Inglé sino el Ingle, por los atributos indisimulables que mostraba entre ingle e ingle.
Expuestos estos antecedentes, llamo a capítulo a estos dos hombres buenos en la fe para que, en presencia del Illmo. Protonotario Apostólico de Viveiro, y mi misma presencia, y, estando permitido como dice el Prior «trompetear con la Winona» y la Cindy (sin exclusivas), ambas convocadas directamente por mí mediante WhatsApp; celebremos un acto de conciliación irracional ilustrado con vinos y percebes gordos (el Illmo. Protonotario sabrá), con la esperanza de que cada uno mantenga su punto de vista y razones en un maremágnum de poesía apocalíptica.
(Aclaración I: Trompetear debe ser entendido como acción de susurrar al oído palabras nobles con la intención de acercar a un individuo/a a la fe poética).
(Aclaración II: El asunto de mi sobrina, querido Prior, lo dejaremos para otro momento. Ya escuchada en confesión, la he enviado a Galicia al cuidado (espero) de nuestro amigo Protonotario).
(Aclaración III: Del poema ya hablaré otro día, que me he quedado exhausto).
Abrazos ecuménicos.
Primero el respeto debido a sor Ana a la que va dedicado este churro.
Con profunda tristeza me llega la noticia que ha enviado al descaste a su voluptuosa sobrina junto al prototauro de una Galicia autárquica, salvaje y poco cristiana; que, aunque amigo en la fe y el placer, no deja de estar envilecido por el verso, también tenemos el ejemplo del notable Carballal, otro gallego sublime y poco dado a las sutilezas que requiere la intacta virtud de su concomitante, y hasta ahora la nuestra; a esa proba boca que hizo del hisopo la primera estampa católica de redención, a esa efectora de volcanes y alegrías que determinaba en lava el milagro de nuestro destino; sobre la cabeza de los fieles como narró el inefable Cela, otro gallego hermoso, que se metía de un golpe, vía anal, tres litros godello; nosotros lo vimos personalmente y aplaudimos la hazaña; mano amiga que enarbola con decisión virotes cardenalicios como Juana de Arco en guerra de virtuosas nalgas concebida.
Oh Rvdmo. abad, perturbador de veleidades, no hagas caer en innoble destino la fragilidad de ese preclaro himen, guardado por esta Corporación, pulcramente, para ser exhumado en el altar de algún día de San Juan de Junio, mes narrado con justas palabras por el bardo Julio; no dejes a expensas de las ferocidades, y los sombríos bosques de Viveriro, su destino. Lugares célticos y bárbaros, lagares de vino blanco que en nada se parece a la sangre del tu Señor, roja como tal por el ferrus mediterráneo, forjador de los mejores menhires y arcabuces que hicieron de los tercios españoles parangón de epifanía y envidia de lechosos nórdicos y así, concibiendo híbridas y bellas criaturas en América y Centroeuropa, la protestante, hicimos grande España. No dejes, señor de almas piadosas, que su sobrina falsee el ombligo romano en Finisterre; ellos hablan un idioma extraño y sagaz, inventado sólo para comerse al Apóstol con grelos, cuando él fue allí, dejando esposa e hijos, en su manumisión, ingenuo como las amapolas que se inyectan en vena los necesitados. Blasfeman moviendo voluptuosamente el botafumeiro como instrumento redentor en esa choza de granito frío que un día construyeron en Santiago, dicen que en su honor. Nosotros tenemos cálidas y sencillas tabernas de olivo, que bien odó la bella poeta Pilar en su última obra; ecuménicas y mediterráneas fondas donde don Quijote pernoctó junto a princesas que ofrecían su coño por menos de treinta denarios, en los cuales brilla el sol cada mañana y sus aceitunas, donde el higo es limpio, sin cizaña, tal como, en su parábola, referenció el Hijo de Dios que nosotros no matamos; fueron los celtas cornúpetas descendientes de los dragones viquingos que luego le echaron la culpa a los pobres e inubicados judíos. Lagares que en Mallorca mantiene, con fiel inquina, nuestro otro protonotario Hno Rafel, advenedizo, gastronómico y cariñoso gato hedonista.
Razón tiene, eso sí, que entre la “calva” y el calvo anda el Hno Luis, animalista decidido y contumaz, dilucidando dónde poner sus huevos animalistas y contumaces, como entre el ser y no ser del príncipe de Dinamarca, su diletante destino, veleta que muge el viento y es sólo ese realismo de puerto y esquina, del que no nace barco ni proa loable que satisfaga a púberes doncellas, ni llegue a destino narrable y conquistador para los anales de la poética española; si acaso al muñón duro de algún viejo pirata que ya no recuerda tiempos mejores. Oh Winona, oh Cindy ya no os queda mejor cosa que postular de novillejas en el ruedo del Corumelo, que aunque ya saturado de penitentas hará cobijo de vuestra almas, y rejón de un Olimpo aristócrata y palatino.
No dejes, Señor,que ninguna postulante viaje al pasado buscando mejores cruzados que los que hoy se les ofrece.
Con respeto y cariño le mando, abad, mis mejores deseos de salud y viento favorable a sus destinos, a su fruto y a su flor, a su poeta.
Roger Nelson elPrior