Rafel Calle escribió:Aunque no sé muy bien a qué quieres referirte y, si bien, algunos dicen que el 6 es el número del amor, en este caso me decanto por la cotidianidad, como hacer un repaso de una jornada cualquiera antes o después de claudicar al instinto de los necios, soñadores que bailan sobre la alfombra que les ha tocado pisar, una veces de Persia y otras de mercadillo. Pienso en equilibrio entre pasión y compromiso, entre lo incierto y lo real, entre lejanía y familiaridad... Y posiblemente haya un regreso, tal vez al futuro.
Ha sido un placer leerte. Felicidades, amiga Hallie.
Abrazos.
Gracias por tu huella siempre valiosa, amigo.
Suponemos con facilidad que la esencia del mensaje o las esencias que lo conforman están clarísimas para los lectores.
Seis. Undécimo rictus de la travesía en el desorden.
Nervio de plata inculpando al corazón;
confesional el cuchillo,
amargura baja, alto el techo
si mira el pan.
El seis es una clave personal, un número importante en mi vida; en este caso, el seis significa un retorno, una fecha muy feliz. El 11 es una cifra maestra, asociada a la intuición; en numerología está estrechamente relacionada con eventos vitales. El seis y el 11 han sido pues significativos y de gran valor en el universo de mis afectos.
Seis. Recurrente la disonancia del árbol quemado
en la especie del milagro.
Apareces sobre la mesa oscura del salón
para intentar vocablos de invierno.
Sucede un salto maestro,
un trueno sinfónico,
un retorno incrédulo.
El seis vuelve, desde el trayecto del dolor vuelve cargado de fuerzas y con presagios de sanación.
Las erres chirrían en la espalda del poema
como si su frotamiento
fuera el perdón que nos convida.
Las erres, la r; usé en algunos versos demasiadas erres e incluyo o trato de incluir eso en el desarrollo del poema; aludo al perdón, a la cercanía de los motivos que llevan al perdón.
Hay más días, copulatorios días,
de profunda inmersión,
de pastillas y luces,
de cielos y frenos.
Estos días son parte del proceso, que a veces se niega a ser lineal y predecible.
Seis más tres son nueve:
el voltaje manso de la espera,
la fusión del tiempo en llamas
con el agua denegada en la penumbra.
Seis y tres son nueve; una vez más aludo a números importantes. El 9 es un resultado, una verdad, un momento donde la perfección se erige ganadora.
También hay un cero que bautiza
las horas nuevas:
natalidad,
principio interminable,
algodón y perfume.
La vuelta, el retorno, una nueva etapa.
Seis. Décimosegundo camino que irrumpe en la miel,
vigor de radiantes esferas.
Vuelves, casa nuestra, vuelves a existir.
Vuelvo aquí a descubrir otro número; el doce, el mes doce, el día seis, Horizonte limpio, visible, posible.
El verso final alude a una casa (el antiguo símbolo del hogar, del espacio protegido) que vuelve a ser lo que fue.
Ritornello, pequeño retorno que a pesar del diminutivo, exhala grandeza.
Espero haber podido clarificar lo que no pude lograr con las imágenes, querido amigo.
Gracias por tu hermoso comentario.
Abrazos.
.
"Sé con el bueno como una suave seda
porque sí, es lo correcto;
con el vil sé la daga, la tempestad, la piedra
porque el que al perverso deja paso
es responsable de sus futuras víctimas."
Sé, de Lisandro Sánchez