Guillermo Cuesta escribió:Por detrás del silencio, la oscuridad respira.
La noche que se acerca es suya;
Toda suya y suya entera
igual que cada noche,
igual que en cada ocaso.
Porque la neta efervescencia no crece
ni aumenta de volumen cuando hierve
Algún sigilo la atenaza
y a penas si se pone asustadiza. Su elocuencia negra
no va a ninguna parte. Sobrada de respeto la prestancia
del aire se convierte en música del sueño. Un reto dominante
conserva las distancias aunque suponga herirle
las carnes de improperio a la posteridad
del otro amanecer que siempre espera
a pesar de tener el nervio oculto.
Aquí está ella y yo en su cama,
dormidos ambos en el seno de lo injusto.
Nadie adivina nada del mañana.
La nada no es de nadie nunca.
No hay consenso natural que permita al tiempo que no existe
hallar espacio suficiente en las etapas de una vida
para que la conciencia del saber
se sienta satisfecha fehacientemente.
Las culturas se apagan a sí mismas
para que al empezar los nuevos pensadores
encuentren un motivo que entretenga
el esfuerzo indeleble de su incapacidad.
A partir de la noche que respira oscuridad y silencio, has llegado al infinito del hombre, del ser. El desarrollo del poema es como un encadenamiento de conclusiones poéticas, de verdades reveladoras (gnosis) que impactan por su contundencia cognitiva y lírica. Creo, amigo, que has escrito un poema muy valioso, un verdadero triunfo del estro. En esos cuatro últimos versos (admirablemente girados hacia la idea concluyente de la voz poética), en ese remate, prácticamente, defines la dolorosa realidad de la civilización. Y, para concluir con este corto comentario, aplaudo la armonía señorial del poema, que surge gracias al dominio que tienes del ritmo imparisílabo, donde has logrado hilvanar versos largos (que no salen de la acentuación, que sostienen el ictus de la entonación imparisílaba), combinados con versos cortos ubicados en lugares claves del poema. En fin: ha sido un gran placer haber pasado por estos versos que me trajeron emoción.
Un abrazo fuerte, amigo.
Óscar