Pilar Morte escribió:
No sé nadar, ni puedo
seguir las últimas brazadas del desahucio
Algo confundió las neuronas y nos obligó
a ser reyes medievales a unos, luchadores sin armas a muchos.
Se secan las gargantas ante tanta pregunta
sin respuesta,
y sólo quedan lágrimas para la cefalea propia.
Sé que me llamáis panfletaria,
que es fácil la palabra,
que soy peregrina de coche y mochila llena,
que Babel no me dejó hablar en todas las lenguas
y confundió mis pasos soñadores,
que era dura la vida para hablar de ilusiones,
que hay niños que velan a los muertos,
mientras los campos de trigo se alegran de amapolas.
Tenéis razón:
Denunciar se ha convertido en rutina.
Es cierto que denunciar se ha convrtido en rutina pero de ninguna forma podremos llamarte panfletaria, querida Pilar, tu poema es necesario y es un grito común que tú has plasmado de forma maravillosa.
De alguna forma, todos vivimos el desahucio, todos somos peregrinos.
Un fuerte abrazo, amiga.