Rafel Calle escribió:Huidizos somos todos, yo huyo constantemente; no sé hacerlo de otra forma, porque la duda es una constante que varía constantemente.
Qué bien este poema tuyo, pleno de inteligencia literaria, trufado de conceptualidad bien desarrollada, consigues una obra feliz, colega.
Bueno, que escribes bien, lo he recordado al repasar tu obra en Alaire; fue hace unos días, me dio por buscar tus poemas “rojos”, aquí hay una buena cantidad de ellos.
Amigo Oscar, diría que eres de esos autores que engrandecen el sitio que habitan, un tipo de poeta necesario en un grupo de poetas que, por aquellas cosas del azar, se han reunido para conformar un estilo de hacer en el poema, diferente, ciertamente vanguardista. Vanguardia es algo que muy pocos consiguen hacer. Por ejemplo, en uno de los ámbitos de mi profesión (crítico gastronómico) se habla mucho de vanguardia, pero, realmente, desde que se retiró Ferrán Adriá, no hay nadie que haga vanguardia. Una cosa es ser un gran cocinero y otra cosa es ser un cocinero vanguardista. Pasa lo mismo en el poema. Se puede escribir muy bien, pero hacer vanguardia es diferente.
Veamos, juguemos a hacer vanguardia: sustituimos ritmo por musicalidad. He ahí un concepto rítmico-melódico vanguardista.
Otro concepto vanguardista podría ser: toda poesía que no se entiende no sirve para nada, salvo para hacer de la propia poesía un ámbito indeseado para los amantes de la cultura escrita.
Otro concepto vanguardista: la poesía que un bachiller, amante de la poesía, no puede entender, es una poesía mal tratada en origen.
En fin, que un servidor no sea una gran poeta, no significa que no tenga ganas de trabajar en el mundo del poema. Podemos hacer cosas interesantes. Podemos. Porque uno solo no va ninguna parte. Un grupo de autores que quieran ponerse a prueba constantemente, intelectualmente, claro está. Estimado Oscar, la apertura de miras el fundamental.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, ciertamente hermoso y muy interesante.
Abrazos.
Me es imposible explayarme en la medida que quisiera para agradecerte semejante deferencia, estimado compañero. Tus palabras me llenan de un grato aire de haber alcanzado alguna llanura desde donde avistar las posibilidades de un arte satisfactorio. Bien sabes que esta lucha nuestra es ingrata, dolorosa y solitaria. Todo lo que me dices me llena de un sano orgullo, de unas ganas de afrontar dificultades más sacrificadas. Lastimosamente, no me encuentro físicamente bien para encarar una labor más regular en este paradigmático foro; pero, de igual forma, trataré de ir participando en la medida de mis posibilidades.
Yo te considero una gran persona, un estimadísimo colega, un guía, un incansable luchador de las artes poéticas, y también un excelente poeta. Navegar contigo este buque insignia es todo un desafío y una hermosa tarea humana.
Mil gracias, apreciado Rafel, por tus palabras.
Óscar