Cecilia Martos escribió:
El fuego entre los labios
y el instante eterno,
ardían las metáforas
y el nudo de las voces
en la ambrosía del desgarramiento
como un poema de llanto,
como quien encierra el silencio a sus espaldas
indigestándose de soberbia.
Recuerdo la nada rondando las palabras vacías,
esa sonrisa metálica bien delineada
insertándole estocadas a tu mirada gris,
matamos el tiempo con algunos cigarrillos
cada uno en su propio abismo
viendo pasar el funeral de nuestra historia,
nos tragamos los vidrios rotos de nuestro café
y nos despedimos como dos fantasmas
que juegan a callar.
Entre tu silencio y mi silencio,
sólo hubo un ajuste de cuentas.
Cecilia Martos
Ya no tengo de qué sorprenderme. Cada poema tuyo es un seguro cofre de emoción. Aquí me has sorprendido en el cierre, en el magnífico remate del argumento poético. Eres una poeta inteligente, ingeniosa, perspicaz, con un manejo admirable del idioma. Prescindiendo del ritmo acentual, logras una melodiosa cadencia en base al engarce de las imágenes, de las ideas.
Un abrazo.
Óscar