Corpus interruptum nº1 Todo el cielo me hiere en solo un rayo, mística plenitud, angustia santa; este cristal de nieve en mi garganta, este espejo de sal, brida y caballo; espejo que rompió súbito el gallo en el silencio níveo del que canta, y cantando revoca y mudo imanta el norte vivo de su inert...

Oh, bella sacerdotisa tendida oferente en el tálamo ricamente dispuesto. Me ofreces el marfil de tu cuerpo cincelado por las brisas de Caldea. Yo soy tu dios, Baal, que enjugará la fiebre de tu gruta y hará fructificar en ti las mieses y las vides. Yo regaré los surcos de tu piel y haré correr los ...

Es un poema hermosísimo, Roberto; nos transportas con él donde la belleza prima. Brillante, sin fisuras y de una emocionalidad ajustada a grandes sensibilidades. De pie para la gesta de los aplausos, amigo. Felicidad y salud para el 2019.[/quote] Agradezco tus generosas palabras, Hallie. Un abrazo.

El poema, sin duda, es la herida que supura. Y la tristeza empuja, con su magma caliente, el dolor hacia la superficie. Magníficos versos plenos de sentimiento.
Un saludo.

La poesía resistente, rebelde. La tristeza también es rebeldía. Me gusta ese sentir poético del entresijo, de la rendija por donde irrumpen los poemas ante el estupor de las máquinas de café.
Un saludo.

Qué ajeno tu indolente cuerpo desnudo, mecido por las olas, a los desorbitados ojos de Ino y Melicertes. Qué ajena tu ablución vespertina a los aterrados alaridos de los niños sacrificados en Tenedos. Las incesantes olas ocultan en su ritmo obsesivo los devaneos de los dioses y sus mitos. Y mientras...

Ronald Bonilla escribió:Buen tema, el asesino inscrito en la convocatoria a lo helénico como arquetipos que hoy vivimos con nuevos paradigmas, abrazos

Salud, amigo. Y un saludo.

Intenso y hermoso, Roberto; el lago, Diana, Calígula, Nemi, el sur de Roma, la magia del tiempo avalando tus palabras, dotándolas de la fuerza del mito, de los pequeños espacios del misterio. Un placer de lectura, amigo. Abrazo y felicitaciones. Gracias, Hallie. Tus palabras son como sonrisas desde...

Es curioso, pero tu poema atraviesa y encuentra y brilla. Me encuentro en tus versos y me dejo mecer por esa búsqueda de lo tangible que destila el poema. Intenso, lúcido y vital.
Un saludo.
















refléjate como miles de cristales en mis espacios.
Encuéntrame.[/quote]

A un paso de la penúltima frontera con la fatiga a cuestas de tanto ignorarse a sí mismo, asomado al futuro por una rendija olvida el pan, de tanto ansiar las migajas. Sortilegio cromático en espejo de aguamancha eran sus sueños de antaño, cuando aún respiraba sin necesidad de conceptos y su andar ...

Pablo Ibáñez escribió:Roberto,

me gusta el poema, amigo. Me gustan las palabras que utilizas, la manera cómo las combinas, muy trabajada, el tono del conjunto.

Un abrazo.

Amigo Pablo, tus amables palabras son afectuosas y frescas. Un saludo.

El mismo pan que alimenta al amor transporta las semillas que al fin agostarán su lozanía. No hay lluvia pura que lave las heridas, el fuego purificador encierra lanzas en su rosa solar. Ayer me prometías al oído eternidad, piélagos infinitos, y navegar sin tiempo en aguas procelosas. No pude ver a...

Oh, bella sacerdotisa tendida oferente en el tálamo ricamente dispuesto. Me ofreces el marfil de tu cuerpo cincelado por las brisas de Caldea. Yo soy tu dios, Baal, que enjugará la fiebre de tu gruta y hará fructificar en ti las mieses y las vides. Yo regaré los surcos de tu piel y haré correr los r...

Los árboles son dedos encrespados que escupen horrísonos silencios al cielo indiferente. Hace ya tanto tiempo que los dioses negaron su clemencia... Bajo el humus parduzco de la tierra una extraña muchedumbre de sierpes estrangula esperanzas en la crisálida quiescente de la monotonía. Ya ves: buscab...

He matado al sacerdote. Agazapado en la penumbra de la noche, emboscado tras las plantas ponzoñosas, un certero golpe ha derribado al asesino. Aún se percibe el acre olor de la sangre que salpica las hojas de adelfas y laureles. Tengo miedo. Empuño la espada ensangrentada que me acompañará hasta mi ...