No hay lluvia pura que lave las heridas

[Roberto López]

El mismo pan que alimenta al amor
transporta las semillas
que al fin agostarán su lozanía.
No hay lluvia pura
que lave las heridas,
el fuego purificador
encierra lanzas en su rosa solar.
Ayer me prometías al oído
eternidad, piélagos infinitos,
y navegar sin tiempo en aguas procelosas.
No pude ver a través de los ojos de la noche
el laberinto de tu poema.
Tal vez no sea la palabra
quien guíe al Minotauro en su caverna.
Tal vez tampoco sea el silencio
el susurro que a tientas
buscas en la desolación de tu verdad.

[Marisa Peral]

El mismo pan que alimenta al amor
transporta las semillas
que al fin agostarán su lozanía.
No hay lluvia pura
que lave las heridas,
el fuego purificador
encierra lanzas en su rosa solar.
Ayer me prometías al oído
eternidad, piélagos infinitos,
y navegar sin tiempo en aguas procelosas.
No pude ver a través de los ojos de la noche
el laberinto de tu poema.
Tal vez no sea la palabra
quien guíe al Minotauro en su caverna.
Tal vez tampoco sea el silencio
el susurro que a tientas
buscas en la desolación de tu verdad.

Me llevo el cero de este poema, bellísimo y esclarecedor.
¨¨"No hay lluvia pura que lave las heridas"
Que verso tan bueno y acertado, Roberto.
Me alegra verte de nuevo en Alaire.
Un abrazo, compañero.

[Pablo Ibáñez]

Roberto,

me gusta el poema, amigo. Me gustan las palabras que utilizas, la manera cómo las combinas, muy trabajada, el tono del conjunto.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Mi aplauso y reconocimiento, Roberto. Acertados versos para un acertado poema.
Salud.

[E. R. Aristy]

El mismo pan que alimenta al amor
transporta las semillas
que al fin agostarán su lozanía.
No hay lluvia pura
que lave las heridas,
el fuego purificador
encierra lanzas en su rosa solar.
Ayer me prometías al oído
eternidad, piélagos infinitos,
y navegar sin tiempo en aguas procelosas.
No pude ver a través de los ojos de la noche
el laberinto de tu poema.
Tal vez no sea la palabra
quien guíe al Minotauro en su caverna.
Tal vez tampoco sea el silencio
el susurro que a tientas
buscas en la desolación de tu verdad.

Una cosa es cierta; la belleza de este poema, Roberto. Un gran placer encontrarlo. ERA

[Pilar Morte]

El título me encanta y el poema deja regusto a poesía que gusta leer.
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar]

Si las heridas hablaran defenderían esa inspiración que tan bien suena.

Un abrazo

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Roberto.
Te deseo una feliz Navidad y mucha salud.
Abrazos.

[Roberto López]

El mismo pan que alimenta al amor
transporta las semillas
que al fin agostarán su lozanía.
No hay lluvia pura
que lave las heridas,
el fuego purificador
encierra lanzas en su rosa solar.
Ayer me prometías al oído
eternidad, piélagos infinitos,
y navegar sin tiempo en aguas procelosas.
No pude ver a través de los ojos de la noche
el laberinto de tu poema.
Tal vez no sea la palabra
quien guíe al Minotauro en su caverna.
Tal vez tampoco sea el silencio
el susurro que a tientas
buscas en la desolación de tu verdad.

Me llevo el cero de este poema, bellísimo y esclarecedor.
¨¨"No hay lluvia pura que lave las heridas"
Que verso tan bueno y acertado, Roberto.
Me alegra verte de nuevo en Alaire.
Un abrazo, compañero.

Gracias, Marisa. Es verdad que la herida del amor es inconsolable. Solo la cortina del tiempo amortigua su dolor. Un afectuoso saludo.

[Roberto López]

Roberto,

me gusta el poema, amigo. Me gustan las palabras que utilizas, la manera cómo las combinas, muy trabajada, el tono del conjunto.

Un abrazo.

Amigo Pablo, tus amables palabras son afectuosas y frescas. Un saludo.

[Roberto López]

Mi aplauso y reconocimiento, Roberto. Acertados versos para un acertado poema.
Salud.

Y yo agradezco que pasees por esta orilla.
Saludos.

[Ventura Morón]

Que bueno Roberto, como me gusta tu manera de hacer poesía amigo. Hay una emoción que se siente viva, y traspasa.
Un placer venir, fuerte abrazo

[Ana Muela Sopeña]

Fabuloso poema, Roberto.

Has captado todo magistralmente.

Un beso grande
Aplausos
Ana

[Guillermo Cumar]

Juntaste lluvia y fuego para frenar la herida y te quedó lavado y limpia.


Un abrazo

[Pablo Rodríguez Cantos]

Yo también te felicito por este poema. Saludos.