Editorial Alaire

Solo era una mosca negativa
detrás de la cortina de tu pelo,
pero su ruido
apagaba el sonido de la tetera
ardiente
de un corazón en cinta
y a punto de parir.

El olor nunca aspirado
de la infinitud del tiempo,
el incendio que jamás quemó
los paladares salivales
de la magia
y lo irreal.
Ráfaga de magritud arábiga
que siempre eludía
la taza de la confianza
y el íntimo momento
de sorber las partes pudendas
de la noche.

Ya ves, que no era
el existir sensual
de las bocas y las manos
dentro de la cafetería,
si no el existir
de mi lactante anhelo
en tu lenguaje
y el paquete de azúcar
no abierto
dentro de tus ojos,
cuya dulzura desconocía
lo insincero,
lo "light" y el artificio.

Sin embargo, no viniste
y acá estoy solo yo,
sorbiendo de una taza de silencio
la oscuridad, y el peso
existencial de un pan,
inútil sustituto de tus ojos,
hecho de canela.

Me ha parecido muy interesante tu poema, Allan. Hay aquí algunos hallazgos poéticos estupendos, como esa ráfaga de magritud arábiga o ese lactante anhelo, y en general el poema creo que transmite muy bien las emociones de las que habla.

Un saludo.

Me gustan las sensaciones que transmite el poema y me encanta la foto que lo acompaña. Tal vez menos la métrica breve y desigual que utilizaste... pero esos son vicios míos.

Un cordial saludo.

Potente en imagenes y sugestivas palabras. Un poema diferente. Un placer estar presente.
Un abrazo
Pepa

Josefa A. Sánchez escribió:Potente en imagenes y sugestivas palabras. Un poema diferente. Un placer estar presente.
Un abrazo
Pepa

gracias por tu comentario, felicidad siempre poeta

Hola Allan.
Un poema atractivo, interesante y de los que más me gusta leer.
La idea del corazón en cinta ya me ha atrapado, lástima que luego el embarazo no haya llegado al parto.

Un afectuoso abrazo y felicidades por esta innovadora poesía que realemente me ha gustado mucho

Joan