SUSANA
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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SUSANA
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Intento saber quien eres; buscarte un nombre para dejar de llamarte sin palabras, solo con la ansiedad solícita de más besos de tu lengua bifida que me arranquen otro dulce suspiro o un desprevenido amargo gemido.<o></o>
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Nunca he sabido como tratarte, si como a un bello regalo desnudo y lascivo del cielo, <o></o>
-de un Dios que nos castiga obsequiándonos con lo que una vez soñamos-, que nada mas terminar se escabulle cerrando la puerta, sin que yo la oiga, para reencontrarse, escalera abajo, recortada por las sombras, con la lejanía de una noche que huye hacia delante como de unas palabras que nunca pronunciamos; obligándome a compartir su premeditada soledad, abandonándome a la intangible presencia dejada por su olor entre los pliegues de las sabanas de mi cuerpo y a la evocación irreal de imágenes casi pornográficas; montándome entre el delirio a horcajadas, cabalgándonos hasta agotar los miedos a dejar los brazos abiertos entregados a la dulce rendición, a la húmeda redención del caliente escalofrío de unos labios en nuestros vértices.<o></o>
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O puede, que seas una diosa nebulosa saliendo recién nacida de entre la aguas de sus propios fluidos, que comparte ofreciéndomelos en su copa para que los beba. Divinidad constelación que mis palmas intentan vestir acariciando la filigrana de su piel desnuda -de aromas de desconocidas flores en plena primavera - con mis callosas manos en paro que habían asumido haber arrancado ya todas las estaciones del calendario.<o></o>
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Deidad con la que ya no me estaba permitido soñar; inalcanzable como mendigar la felicidad de volver a nacer y a vivir de nuevo sin un pasado, en el que estaba de vuelta de casi todo y en el que ya no me reconocía cuando a ti te andaban aun eligiendo un nombre. Experiencia que me recuerda lo que aprendí, sobre todo que debería asumir que por mi edad no debo conspirar para que se cumplan los últimos deseos; y con un murmullo vendaval de sabiduría como la voz de un viejo necio con sentido común, no cesa de repetirme al oído del corazón que es mejor ocultar aspirar a pronunciar la negación que sería declararte lo que realmente estoy sintiendo: una oración mágica inspirada en el pecado de la ternura de sangre de tu obvia mirada. Y es que hay instantes que pareces tan vulnerable como la llama de una vela encendida junto a una ventana abierta.<o></o>
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No se que pretendes de mi; si robarme una palabra que redima tus temblorosas dudas sobre en quien no te quieres convertir sonsacándome quien quise ser yo, o una dirección completa que te lleve lejos de mi calle, que te proteja en la aflicción de emprender a vivir toda una vida sin poder equivocarte, sin enloquecer cuando comprendas la proximidad del fin de la edad de poder aspirar a tener ilusiones y no te quede mas remedio que aceptar haberla consumido con la jodida impresión de haberte encontrado al fin, precisamente, la ultima noche en la luna.<o></o>
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Y mientras, te mueves alrededor de mis dedos, escurriéndote con la facilidad de tus cabellos, con la absoluta levedad de un hada, de una libélula azul sobrevolando las ruinas de una antigua civilización, transformada por la magia del momento en lo único ya vivo que respira sobre mi cama.<o></o>
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- Mensajes: 296
- Registrado: Vie, 30 Nov 2007 17:13
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Re: SUSANA
oscar alberdi sainz escribió:SUSANA<xml><o></o>
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Intento saber quien eres; buscarte un nombre para dejar de llamarte sin palabras, solo con la ansiedad solícita de más besos de tu lengua bifida que me arranquen otro dulce suspiro o un desprevenido amargo gemido.<o></o>
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Nunca he sabido como tratarte, si como a un bello regalo desnudo y lascivo del cielo, <o></o>
-de un Dios que nos castiga obsequiándonos con lo que una vez soñamos-, que nada mas terminar se escabulle cerrando la puerta, sin que yo la oiga, para reencontrarse, escalera abajo, recortada por las sombras, con la lejanía de una noche que huye hacia delante como de unas palabras que nunca pronunciamos; obligándome a compartir su premeditada soledad, abandonándome a la intangible presencia dejada por su olor entre los pliegues de las sabanas de mi cuerpo y a la evocación irreal de imágenes casi pornográficas; montándome entre el delirio a horcajadas, cabalgándonos hasta agotar los miedos a dejar los brazos abiertos entregados a la dulce rendición, a la húmeda redención del caliente escalofrío de unos labios en nuestros vértices.<o></o>
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O puede, que seas una diosa nebulosa saliendo recién nacida de entre la aguas de sus propios fluidos, que comparte ofreciéndomelos en su copa para que los beba. Divinidad constelación que mis palmas intentan vestir acariciando la filigrana de su piel desnuda -de aromas de desconocidas flores en plena primavera - con mis callosas manos en paro que habían asumido haber arrancado ya todas las estaciones del calendario.<o></o>
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Deidad con la que ya no me estaba permitido soñar; inalcanzable como mendigar la felicidad de volver a nacer y a vivir de nuevo sin un pasado, en el que estaba de vuelta de casi todo y en el que ya no me reconocía cuando a ti te andaban aun eligiendo un nombre. Experiencia que me recuerda lo que aprendí, sobre todo que debería asumir que por mi edad no debo conspirar para que se cumplan los últimos deseos; y con un murmullo vendaval de sabiduría como la voz de un viejo necio con sentido común, no cesa de repetirme al oído del corazón que es mejor ocultar aspirar a pronunciar la negación que sería declararte lo que realmente estoy sintiendo: una oración mágica inspirada en el pecado de la ternura de sangre de tu obvia mirada. Y es que hay instantes que pareces tan vulnerable como la llama de una vela encendida junto a una ventana abierta.<o></o>
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No se que pretendes de mi; si robarme una palabra que redima tus temblorosas dudas sobre en quien no te quieres convertir sonsacándome quien quise ser yo, o una dirección completa que te lleve lejos de mi calle, que te proteja en la aflicción de emprender a vivir toda una vida sin poder equivocarte, sin enloquecer cuando comprendas la proximidad del fin de la edad de poder aspirar a tener ilusiones y no te quede mas remedio que aceptar haberla consumido con la jodida impresión de haberte encontrado al fin, precisamente, la ultima noche en la luna.<o></o>
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Y mientras, te mueves alrededor de mis dedos, escurriéndote con la facilidad de tus cabellos, con la absoluta levedad de un hada, de una libélula azul sobrevolando las ruinas de una antigua civilización, transformada por la magia del momento en lo único ya vivo que respira sobre mi cama.<o></o>
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Oscar: como una Susana que te lee y que también aprecia tu lirismo en prosa, quiero felicitarte por tamaño y fuerte escrito. Cariños desde Argentina:Susana Rodrigues Tuegols
- Essia Sanz
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- Registrado: Mar, 29 Abr 2014 23:34
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