INVOCACION A MIGUEL HERNÁNDEZ
Publicado: Lun, 22 Mar 2010 22:43
Que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Miguel HERNÁNDEZ.
Levántate, Miguel, que ya es la hora
de recoger azahares y recontar limones
del pecho enamorado de la sangre.
Sin otras desventuras, sin más amargos
besos de la muerte, te acercas a nosotros,
vienes a nuestra alba y te ríes, con fuerza
al ver cerca tu mar y tu montaña,
el baño fresco y puro en las aguas del río
y el salto siempre verde del rebaño.
Juegas tú sin el miedo
de quienes sufren dogmas, pesados apotegmas
de dómines fanáticos, de clérigos sin alma
y sin piedad vestidos.
Vienes tú de las flores, de las almenas altas
de las rocas y sierras,
para dejar aquí, en este día
tu palabra vibrante
y tu sangre viril, que derramabas
sin importar el precio ni el fuego de fusiles.
Vienes tú de las flores,
y te esperan las flores que tú siembras.
compañero del alma, compañero.
Miguel HERNÁNDEZ.
Levántate, Miguel, que ya es la hora
de recoger azahares y recontar limones
del pecho enamorado de la sangre.
Sin otras desventuras, sin más amargos
besos de la muerte, te acercas a nosotros,
vienes a nuestra alba y te ríes, con fuerza
al ver cerca tu mar y tu montaña,
el baño fresco y puro en las aguas del río
y el salto siempre verde del rebaño.
Juegas tú sin el miedo
de quienes sufren dogmas, pesados apotegmas
de dómines fanáticos, de clérigos sin alma
y sin piedad vestidos.
Vienes tú de las flores, de las almenas altas
de las rocas y sierras,
para dejar aquí, en este día
tu palabra vibrante
y tu sangre viril, que derramabas
sin importar el precio ni el fuego de fusiles.
Vienes tú de las flores,
y te esperan las flores que tú siembras.