En tus rodillas se crían águilas de espanto

[Ramón Carballal]

Dentro del diamante tu hogar.

En un espejo y en otro y en otro
la virtud del cuerpo que halla o no halla su eclipse.

Busco un ojal invadido de almendras,
elijo el pretérito en tu labio blanco
y verde.

Me llevas al crepúsculo, a mil batallas,
a esa noche que es filamento de perdón.

Tu rostro navegó desoladas islas
y en tus velas blancas la herida perfuma
la ojera de un mar de plástico.

¿Qué seda es la tuya que no acierta en su mástil?

Calle arriba o calle abajo tu cintura ya no gime,
recuerdo tu nombre como una espiga vertical
y la humedad del eco en mi costilla
cuando el rocío me hiere.

Yo quise decir “corazón de pájaro” para que vieras mi prontitud
o mi reflejo.

A ti te gusta lo que no puedes ser,
la sangre en el perfume,
el cartílago que ama las vocales,
el paraíso donde los muslos son un refugio
o una quimera.

[Pilar Morte]

Eres imparable en tu imaginación. Precioso poema
Abrazos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Dentro del diamante tu hogar.

En un espejo y en otro y en otro
la virtud del cuerpo que halla o no halla su eclipse.

Busco un ojal invadido de almendras,
elijo el pretérito en tu labio blanco
y verde.

Me llevas al crepúsculo, a mil batallas,
a esa noche que es filamento de perdón.

Tu rostro navegó desoladas islas
y en tus velas blancas la herida perfuma
la ojera de un mar de plástico.

¿Qué seda es la tuya que no acierta en su mástil?

Calle arriba o calle abajo tu cintura ya no gime,
recuerdo tu nombre como una espiga vertical
y la humedad del eco en mi costilla
cuando el rocío me hiere.

Yo quise decir “corazón de pájaro” para que vieras mi prontitud
o mi reflejo.

A ti te gusta lo que no puedes ser,
la sangre en el perfume,
el cartílago que ama las vocales,
el paraíso donde los muslos son un refugio
o una quimera.

Dios mio, Ramón, una vez más has creado un espacio de poesía único e inmejorable. Todas las imágenes se columpian para rasgar y trascender la condición mortal. Al mismo tiempo todo es semejante y tan humano que parece adherido a nuestro espejo.

Bellísimooo. Ovación cerrada y sostenida.

Abrazos fuertes.

Hallie

[carmen iglesia]

A ti te gusta lo que no puedes ser,
la sangre en el perfume,
el cartílago que ama las vocales,
el paraíso donde los muslos son un refugio
o una quimera.


Esos versos son tan certeros... me los apropio porque podrían incluso definirme... Me alegra un montón que vuelvas a compartir, yo también he pasado una racha rarita con esto de la poesía y de los foros y de todo... pero hay que quedarse con lo bueno...

Te mando un besote,

Carmen

[Daniela Miño]

Dejo por aquí abajito mi humilde huella.

Desde el título, ya un milagro metafórico, hasta el último punto, una magistral obra digna de ser aplaudida mil veces.

Mis felicitaciones y un abrazo.

[Francisco Lobo]

Eres un poeta distinto, al menos en este poema. Es un acierto, una virtud el tener una palabra propia (lo más difícil de coseguir). Por segunda vez en esta noche leo a un poeta próximo a Ferreiro en su poetizar, en este caso también geográficamente. Un saludo.

[Fermín Lasarte]

Qué final! Qué poema Ramón! En algún lugar de tí se esconde una fuente inagotable de imágenes, un río subterfudio de colores y formas que desemboca en tu pluma para hacerse verso. Me encantó.
Un abrazo grande.

[Ramón Carballal]

Eres imparable en tu imaginación. Precioso poema
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar, por leerme y comentar. Un abrazo.

[Ricardo Serna G]

Ramón Carballal,

Un final extraodinario

el poema lo es en su conjunto

Un abrazo fuerte, querido amigo

[Ramón Carballal]

Dentro del diamante tu hogar.

En un espejo y en otro y en otro
la virtud del cuerpo que halla o no halla su eclipse.

Busco un ojal invadido de almendras,
elijo el pretérito en tu labio blanco
y verde.

Me llevas al crepúsculo, a mil batallas,
a esa noche que es filamento de perdón.

Tu rostro navegó desoladas islas
y en tus velas blancas la herida perfuma
la ojera de un mar de plástico.

¿Qué seda es la tuya que no acierta en su mástil?

Calle arriba o calle abajo tu cintura ya no gime,
recuerdo tu nombre como una espiga vertical
y la humedad del eco en mi costilla
cuando el rocío me hiere.

Yo quise decir “corazón de pájaro” para que vieras mi prontitud
o mi reflejo.

A ti te gusta lo que no puedes ser,
la sangre en el perfume,
el cartílago que ama las vocales,
el paraíso donde los muslos son un refugio
o una quimera.

Dios mio, Ramón, una vez más has creado un espacio de poesía único e inmejorable. Todas las imágenes se columpian para rasgar y trascender la condición mortal. Al mismo tiempo todo es semejante y tan humano que parece adherido a nuestro espejo.

Bellísimooo. Ovación cerrada y sostenida.

Abrazos fuertes.

Hallie

Gracias, Hallie, por tu generoso comentario. Un beso grande.

[Ramón Carballal]

A ti te gusta lo que no puedes ser,
la sangre en el perfume,
el cartílago que ama las vocales,
el paraíso donde los muslos son un refugio
o una quimera.


Esos versos son tan certeros... me los apropio porque podrían incluso definirme... Me alegra un montón que vuelvas a compartir, yo también he pasado una racha rarita con esto de la poesía y de los foros y de todo... pero hay que quedarse con lo bueno...

Te mando un besote,

Carmen

Gracias, Carmen. He tenido momentos mejores, pero ahí seguimos. Un beso grande.

[Ramón Carballal]

Dejo por aquí abajito mi humilde huella.

Desde el título, ya un milagro metafórico, hasta el último punto, una magistral obra digna de ser aplaudida mil veces.

Mis felicitaciones y un abrazo.

Muchas gracias por tu generoso comentario, Daniela. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Eres un poeta distinto, al menos en este poema. Es un acierto, una virtud el tener una palabra propia (lo más difícil de coseguir). Por segunda vez en esta noche leo a un poeta próximo a Ferreiro en su poetizar, en este caso también geográficamente. Un saludo.

Muchas gracias por comentar mi poema y hacerme partícipe de tus impresiones. Un abrazo, Francisco.

[Israel Liñán]

Me llamó mucho la atención el título, el poema aún más, felicidades.

Un abrazo

[José Manuel Sáiz]

Para atreverse a comentar un buen poema y decir algo que traspase la oviedad hay que estar a la altura del poema. Y yo creo que no lo estoy. Al menos para hacer un comentario técnico. Así que has de conformarte, amigo Ramón, con ésta simple palabra: Espléndido.
Un abrazo muy fuerte. Amigo.
J. manuel