Cuando el sueño se apaga

[Manuel M. Barcia]

Son hondas las heridas del silencio;
afluentes de mi siguen viajando
por la grieta que agoniza entre los dos

Aún no cicatrizan los ecos del delirio.
Escucho todavía la locura
que codicia el placer de tus adentros,
altiva entre los márgenes que amo,
la misma que candente sobrevive
cuando somos ceniza en el incesto

Y otra vez los bramidos del viento
reinventando el olor a madreselva
en tu vientre de pétalos mojados,

allí donde se encuentran la flor que siempre brota
y el agua que se incendia en su destino
sin vestigios de sed en la memoria,

semejante a la luz de los desiertos,

como un acto febril que anuncia el fuego
cuando el sueño se apaga.




Manuel M. Barcia


http://unembrujodefuego.blogspot.com/

[Ana Muela Sopeña]

Belleza en el silencio. Un poema muy bello, Manuel.

Un abrazo grande
Enhorabuena
Ana

[Aigua Maria]

Bello poema. Destaco estos versos que me han gustado mucho. Saludos


"y el agua que se incendia en su destino
sin vestigios de sed en la memoria,

semejante a la luz de los desiertos,

como un acto febril que anuncia el fuego
cuando el sueño se apaga".

[Manuel M. Barcia]

Belleza en el silencio. Un poema muy bello, Manuel.

Un abrazo grande
Enhorabuena
Ana

Gracias por el seno de tu luz en estos versos, Ana.

Un abrazo
Manuel

[Manuel M. Barcia]

Bello poema. Destaco estos versos que me han gustado mucho. Saludos


"y el agua que se incendia en su destino
sin vestigios de sed en la memoria,

semejante a la luz de los desiertos,

como un acto febril que anuncia el fuego
cuando el sueño se apaga".

Es una alegría grande saberte en estos versos, Aigua.

Muchas gracias por tu atento comentario.

Felices Fiestas y un abrazo
Manuel

[Concha Vidal]

"...
y el agua que se incendia en su destino.."

Como anoche, la playa parecía una fiesta de meigas, yo no creo en eso, pero digo lo de todos , "haberlas...haylas".

El agua incendiará esta noche todo Alicante, menos el mar, me lo guardo para mí, voy ahora a recogerlo.
Mis saludos mediterráneos siempre, Manuel.

[Manuel M. Barcia]

¡Haylas!, sí, y son las curanderas de los fuegos en la mar...

Hasta otra Mascletá, Concha.

Un pequeño abrazo
Manuel