VEINTICINCO AÑOS ATRÁS.
Publicado: Dom, 22 Nov 2009 20:28
Veinticinco años atrás...Veinticinco años atrás no habría podido pensar ni imaginar remotamente que tales cosas pudieran darse dentro de su profesión, bajo los artesonados mudéjares del centro, en un ambiente pensado para el estudio, la convivencia, la discusión racional y la inteligencia. Tales cosas podían ocurrir, de hecho ocurrían en barrios marginales de Madrid o Sevilla, que de vez en cuando salían en los periódicos, con algún acuchillado o alguna riña entre familias rivales; con redadas de la policía contra los camellos de poca monta, gente que proveía a putas envejecidas o a homosexuales de edad avanzada. Pero era verdad: la realidad era tozuda y allí estaban aquellos dos alumnos pisoteándolo con los tacones de las botas en los brazos y piernas. Estás vencido, no puedes escapar, levantarte, pedir auxilio a quienes pasan en sus coches. Ya estabas vencido antes, cuando empezaron los escupitajos en la puerta de la clase o los penes orgullosamente pintados en paredes y zócalos, o en la pizarra donde deberías escribir Cela, Lorca, Umbral. Para eso estaba la pizarra: limpia a las ocho de la mañana, pero llena de eructos y groserías mentales después del primer recreo.
La cuesta abajo, rápida, violenta, se había iniciado antes. No había surgido de repente ni había sido el fruto de un una noche de insomnio ministerial. La jauría humana había contado con muchas facilidades para crecer y desarrollarse. Ya no era cosa de marginales o gente malamente venida al mundo, predestinada a pasar sus primeros años en alegres centros de acogida forzosa, por orden del señor juez, preámbulos obligatorios de instituciones más seguras pagadas también por el estado, sino también gentes de papá y mamá, niños y niñas pijos, siempre con dinero en el bolsillo y pastillas o cualquier cosucha para animarse y estar a tono. Así estaban ahora las cosas: la excepción se había convertido en regla y todos habían perdido el norte. Hacer que un alumno repitiera curso podía suponer casi la apertura de un expediente contra el profesor responsable, porque lo bueno y mejor era educar en valores; sancionar a un chico o chica podía hacer que el profesor respondiera de la sanción ante el juez y el fiscal de menores.
Te pateaban a gusto, sin prisas, casi con indolencia y sin preocupaciones, somo si fuera un rito impuesto por un ser superior. Si parece una nenaza, míralo, ni se mueve, ni se defiende, ni sabe dar la cara. Parece que le gusta al poeta estar ahí, tirado en el pasillo y sin soltar el libro de sus amores. Tú siempre con las nenas, maricón de mierda, siempre con tus búsquedas de la intención comunicativa, como si vosotros los cabrones tuviérais algo nuevo que decir. Que no, tío, que no; que de aquí no sales tan guapo y tan lindo. Ah! Ya me acuerdo : El lindo don Diego. Y eso qué es? Otra comedia del XVII? Pues aquí tenemos opera prima y tú, graba bien, que se le vea la cara, en un primer plano y bien iluminada, como a la Sharon Stone esa, que está bien buena.
Cuidado que decías tonterías, tío capullo,que si el régimen feudal o las luchas nobiliarias. Pues como ahora: este barrio es nuestro; el que quiera jugar al basket tiene que pagar y si no, a otro sitio. Si viene el Mosca, ya sabe dónde estamos y quénes somos. Allá él, que se lleva una marca, que con nosotros no se juega, que aquí hay para todos. Bueno, cabroncete, ¿dónde quieres el tajo? Porque marca y sello tienes que llevarte: no te vas a ir con la carita limpia, que no estás en la cátedra esa con laude. Te quedará bien en la mano derecha , para que se te olvide el boli rojo y se te joda tanto escribir en la pizarra. Te darán una baja hasta que cicatrice y con suerte, si te pides una depresión, te darán otra escuela , de otro sitio. Que aquí estamos hartos de tus matizaciones, de tanta escritura automática y de la relación entre literatura y cine. ¿A quién se le ocurre que hagamos como si fuera un telediario? Gilipollas. Y a ves si aprendes, que ya ha pasado tu edad de oro, que ya lo dijo Cervantes, según decías tú mismo, y ahora eres un mierda que no sabe qué hacer con gente sana y legal como nosotros.
(A tantos y tantos profesores que día a día se encuentran en situaciones muy violentas e injustas.)
La cuesta abajo, rápida, violenta, se había iniciado antes. No había surgido de repente ni había sido el fruto de un una noche de insomnio ministerial. La jauría humana había contado con muchas facilidades para crecer y desarrollarse. Ya no era cosa de marginales o gente malamente venida al mundo, predestinada a pasar sus primeros años en alegres centros de acogida forzosa, por orden del señor juez, preámbulos obligatorios de instituciones más seguras pagadas también por el estado, sino también gentes de papá y mamá, niños y niñas pijos, siempre con dinero en el bolsillo y pastillas o cualquier cosucha para animarse y estar a tono. Así estaban ahora las cosas: la excepción se había convertido en regla y todos habían perdido el norte. Hacer que un alumno repitiera curso podía suponer casi la apertura de un expediente contra el profesor responsable, porque lo bueno y mejor era educar en valores; sancionar a un chico o chica podía hacer que el profesor respondiera de la sanción ante el juez y el fiscal de menores.
Te pateaban a gusto, sin prisas, casi con indolencia y sin preocupaciones, somo si fuera un rito impuesto por un ser superior. Si parece una nenaza, míralo, ni se mueve, ni se defiende, ni sabe dar la cara. Parece que le gusta al poeta estar ahí, tirado en el pasillo y sin soltar el libro de sus amores. Tú siempre con las nenas, maricón de mierda, siempre con tus búsquedas de la intención comunicativa, como si vosotros los cabrones tuviérais algo nuevo que decir. Que no, tío, que no; que de aquí no sales tan guapo y tan lindo. Ah! Ya me acuerdo : El lindo don Diego. Y eso qué es? Otra comedia del XVII? Pues aquí tenemos opera prima y tú, graba bien, que se le vea la cara, en un primer plano y bien iluminada, como a la Sharon Stone esa, que está bien buena.
Cuidado que decías tonterías, tío capullo,que si el régimen feudal o las luchas nobiliarias. Pues como ahora: este barrio es nuestro; el que quiera jugar al basket tiene que pagar y si no, a otro sitio. Si viene el Mosca, ya sabe dónde estamos y quénes somos. Allá él, que se lleva una marca, que con nosotros no se juega, que aquí hay para todos. Bueno, cabroncete, ¿dónde quieres el tajo? Porque marca y sello tienes que llevarte: no te vas a ir con la carita limpia, que no estás en la cátedra esa con laude. Te quedará bien en la mano derecha , para que se te olvide el boli rojo y se te joda tanto escribir en la pizarra. Te darán una baja hasta que cicatrice y con suerte, si te pides una depresión, te darán otra escuela , de otro sitio. Que aquí estamos hartos de tus matizaciones, de tanta escritura automática y de la relación entre literatura y cine. ¿A quién se le ocurre que hagamos como si fuera un telediario? Gilipollas. Y a ves si aprendes, que ya ha pasado tu edad de oro, que ya lo dijo Cervantes, según decías tú mismo, y ahora eres un mierda que no sabe qué hacer con gente sana y legal como nosotros.
(A tantos y tantos profesores que día a día se encuentran en situaciones muy violentas e injustas.)