El viento de mi mar

[Alejandro Costa López]

Dulce espina la que del amor nace
y clava su puerta en el umbral del corazón,
dulce la vida cuando al vivir te hace,
y siente y se alimenta de la brisa y el amor.

En tu cuerpo, me abrigas,
en tu mirada me clavas,
con tu sonrisa me llenas de vida,
con tu paz me acicalas.
En tu cielo, vuela cielo,
en tus manos albahaca,
en tu vientre mece sueño,
en tus labios, la nevada.
En tu sol, primavera,
en tus mañanas, rocío,
en tu sombra, elegancia,
en tus noches, luz y estío.
En tu mar, la espuma blanca,
en tu sentimiento, arena y playa,
en el paseo fugaz,
una flor recién regada.
En tu vuelo, el universo,
en tu anidar, las lunas,
en tu lucero, el tiempo
anidado entre tus dunas.
En tu boca, dos besos,
la sensibilidad y el sosiego,
en tu sol, el trasiego
de la fragancia del alma.
En tus ojos, dos lágrimas,
en las lágrimas, un tesoro,
en tus rizos, amapolas,
cristal y pétalos de oro.
De tu vida, el deseo de hallarte,
de ocupar los tiempos del reino
y el placer de encontrarte
paso a paso, en cada sueño.
En tus brazos, el calor,
el atardecer pausado, sin frío,
el silencio más oído,
el helor al no abrazarte.
En tu corazón, todo,
el viento, el sol, la luna,
la pasión, el deseo,
el morir junto a tu lado,
el vivir en un mismo cielo.
En tu esencia, está tu arte,
en mi locura, tu reino,
en mi vida, el adorarte,
en mi mar, las olas…
…tan solo las agita tu viento.




Dedicado con toda el alma, el corazón, y la sal de mi mar, al ser más humano, encantador y adorable
que me ha obsequiado la vida.
Con toda el alma y alguna lágrima, para ella, para mi gran pasión, mi Kika, mi compañera de viajes,
el viento de mi mar.
Te adoro.