Para aquel que ejerció de telonero
no pasaron los años ni las ferias,
el público, vibrando en las arterias,
a Carlos aclamó por su salero.
Flautista de Hamelín con sus ratones
y Pepa que le sigue a donde vaya
por cerros, por senderos, por la playa,…
contando con los dedos aficiones.
¡Que culminen los días y las horas,
no te afanes en lides destructoras!
que los años no vienen con descuento,
conságrate conmigo a vivir del cuento
tocándote los bongos de barra en barra
o entonando los codos y la guitarra.
Desconcierto guitarrero en el cumple de Carlos al que dedico estas letras.
(Como suelo decir, que me perdonen los que saben escribir sonetos).
