El suicida reflexivo

[Fernando Cruzalta]

encendí la cafetera
esperé
serví café en una taza
me senté a la mesa

cogí la pistola que había
puesto un poco antes sobre
la mesa y me disparé un tiro
en la boca

es decir, me suicidé

el café quedó enfriándose
en la taza puesta sobre
un mantel de plástico donde
está dibujado un paisaje
campestre cuyo primer plano
representa el corral de la
casa de mi abuela

dicha casa, en la cocina para
ser más exactos, es el lugar
donde acabo de suicidarme

en el dibujo del mantel puede
distinguirse perfectamente la
ventana de la cocina

y si tomas una lupa se puede
ver también sin mayor esfuerzo
mi cuerpo sin vida tirado en
el piso de la cocina

y la sangre que brota por el
enorme boquete que me produjo
la bala en medio de la cara

y el charco de sangre formado
alrededor del punto donde yazco

es más, se puede incluso
distinguir la taza de café que
puse sobre la mesa antes de
suicidarme

lo que no se ve por ningún
lado

es adónde va a ir a parar
este poema

[Marcos de la Mancebía]

... adónde va a ir a parar
este poema

Al tablón de anuncios de la morgue; para que lo lean los forenses antes de la autopsia; por si aprendieran algo de la vida, que no de la muerte.

Un abrazo

Marcos