RELOJ

[Ignacio Fajardo]

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RELOJ


Al borde de un reloj
bebí en tus manos quietas.
Las besé trémulo de sed
libando sangre y ayuno
hasta secar el tiempo.

Abrazados con asombro
al silencio yerto de mi esfera
un redondel de segundos
se desmaya
mudo de agonía por el fiero ritmo
de la vida
y sus mil latidos grandes,
nuevos,
como mundos en espera.

Desnudo se durmió
este instante armado
con saetas verticales
y debió de ser entonces
-cuando nos mojó la luz-
que todos los relojes se pararon,
en aquel viaje lento, inmenso por fugaz,
desde tu mano abierta
hasta mi sexo.


...

[Julio Gonzalez Alonso]

Me complace inaugurar lecturas y comentarios de un poema que se va abriendo por el tiempo que parece detenido en el reloj para llegar, con sorpresa y de manera tan explícita, a la relación íntima del amor más carnal. Enhorabuena.
Salud.

[Marcos de la Mancebía]

Y el tiempo se detuvo en un instante.

Un abrazo

Marcos

[Mario Martínez]

¡Vaya, Ignacio!
Primero leo a Marcos y ahora a ti, ¡como están los foros!
En fín, que me ha gustado, esa sorpresa final es medio poema.
Un placer, amigo mío.
Abrazos.
Mario.

[Ignacio Fajardo]

Muchas gracias Julio por abrir la lectura de este poema y por tu comentario generoso. Me alegro de que te haya gustado.

Un abrazo.

[Ignacio Fajardo]

Y el tiempo se detuvo en un instante.

Un abrazo

Marcos

Como ya te dije en el comentario que dejé en tu poema: El mismo impulso, las mismas notas.

Un abrazo agradecido por tu paso y comentario.

[Ignacio Fajardo]

¡Vaya, Ignacio!
Primero leo a Marcos y ahora a ti, ¡como están los foros!
En fín, que me ha gustado, esa sorpresa final es medio poema.
Un placer, amigo mío.
Abrazos.
Mario.

Ya ves, Mario, parece como si nos hubiéramos puesto de acuerdo. Serán los astros, el calor, qué se yo.

Un abrazo agradecido.