Ayer apagué los rescoldos.

Gabriel Vidal

Ayer apagué
los rescoldos
que de ti aún crepitaban
del fuego,
de ese tonto chiquillo,
que tanto te quiso,

del merodeador
de tu parque
y de tu calle,
del sitiador
y reo
de tu aula,
solo por
robarte un beso.

Del conserje
de portón,
resguardando
del colegio tu salida,
del niño
tierno
que aun
te mira.

Del romántico;
charlando
contigo
en los recreos,
extraviado
en los ojos
de tu rostro,
vuelto del
ensueño, por la chinchara
que anuncio,
el fin de nuestro asueto...de esos breves encuentros.

Del tórtolo,
a la salida de la escuela,
que alcanzo corriendo tu
paso presuroso,
cerca del parque.
De quien desde el pecho;
por tu calle, corriendo, te dijo,
sus sentidos ¡Te quiero!

Del incipiente
casanova
declarándote
su amor.
Enamorado:
del color
de tu tez
y de tu rostro.

Del confundido,
y nervioso,
que te vio
desaparecer,
llorando
y con enojo
detrás de las
puertas
de tu casa.
Del ineludible
imberbe
que
te oyó
decir que no,
del turulato
que vio,
como un día
rompías,
sin leerlo
su ternura y
su poema.

Del ateo
que ante
tu pena
por la muerte
de tu hermana,
por única
vez flaqueó
y en su velorio
por su
resurrección,
crédulo
ofreció su vida.

Del arrobado
por tu rostro,
en secundaria,
que miró
en tu mirada,
"los te quiero"
que en tu mirada,
miraba otro.

Los mismos
"te quiero",
los mismos,
que trato
en tu mirada,
mis ojos vieron.

Del muchacho
en vacaciones,
jugando
en la cancha,
entretenido,
alejado de ti.Sol, pelota y olvido.
Que de pronto;
cesaba su juego,
giraba la cabeza,
latiéndole tan fuerte el pecho;
porque te intuía,
sin explicarse
el como,
pero así ocurría,
verte pasar
por la calle.

Del eterno
enamorado,
del asiduo
a la sala
de tu casa.
Del cortejador,
con tu
hermana mayor
de por medio.

Del después
adolescente
que por la Navidades
en tu hogar
se hacia presente.
Sabia el tiempo
exacto
porque por ti,
se tornaba distinto
el olor, otro...
el color del aire.

Del chambelán
de los 15 años,
de tu amiga
Maricela,
del que
quiso ser
tu pareja.
Adlátere
que una
noche
estrellada
te llevo
después de
una fiesta
a tu morada

del danzarín
soñador
de esa noche
de recordar
contigo.
Que siendo
tu la mar,
tan cercano
a ti, bailo
como un delfin.

Del risueño,
del
feliz,
del bienaventurado
esa noche,
después
de
tu beso;

del desengañado
a los
días,
por tu
cuitado
juego
del gato y del ratón.

Del desolado,
que con
Tere
fue un gitano.
¡Entre unos
bellos ojos... tan azules!
o con la italiana,
ronroneando
entre ¡sus
bellos senos!
intento el olvido.

Del ser
que nunca
te tuvo
como
amiga
o como
novia.

Del alumno
de medicina,
que intento de
nuevo tu conquista.
Suspenso por ti,
no se presento
a la prueba de
disección
y anatomía.

De tu confesor
en aquel patio
del monasterio,
quien saboreo
tus besos
y se enteró
que tu terapeuta,
traiciono la ética
y enamorado de ti,
salir con él, cediste.

Del desconsolado;
que te busco
una madrugada
por el rumbo
de San Angel.
Del desalado
en la gran ciudad,
que en una calle solitaria
en tu regazo, liberó
suspiros y de lagrimas
la mar.

Del ser que años
después, por
tu invitación,
y sin concurrir,
sollozo el día
de tu boda...
equivocada, unión
con tu analista.
Sin presentar
-que ironia-
su examen,
a pasar
la psiquiatría.

Del medico
bígamo,
que
casada tú,
relaciones
tuvo
contigo.

Del ser que
entendió,
en esa cama,
en esa
sexualidad
por fin tu egolatría.

Ayer apagué
los rescoldos
que de ti
aun crepitaban

Javier Dicenzo

Gabriel: Un poco largo el poema, pero cargado de adolescencia.
javier

Aubriel Camila de la Prad

Ay ... Gabriel, me deja triste tu poema.
Un amor "desde siempre" contado con ternura, romanticismo y nostalgia. Lástima que hayas tenido que apagar los rescoldos.
Hermoso!

Besos.

Gabriel Vidal

javierdicenzo80 escribió:Gabriel: Un poco largo el poema, pero cargado de adolescencia.
javier

Un poco larga la vida

Un abrazo

Alejandra Goerne

Recorrer tu historia me hizo volver a ser niña, adolecente y mujer. Es un precioso poema de relato de un amor que fue y cási sigue siendo. Me encantó.