Cuando yo no conduzco lo que hago es mirar a los lados

[Ramón Carballal]

Mil kilómetros de asombro,
interminables y oscuros
se cruzan los autos y ya no me creo
que esto sea el mar, sino un maldito
sendero de cruces
rojas.

Me pregunto por qué
sonríe esa niña que quizá tenga
quince años,
por qué abre las piernas
y lo único que no cubre son los muslos
y mira como si le sobrara el hambre
o hubiera perdido un juguete que
nunca tuvo.

No entiendo la razón de las casas
cuyos muros se doblan en esquinas
y se ofrecen
al furor de los faros.

Ni si acaso ha sido
esa dudosa arquitectura de los alcornocales,
quebrados al dolor,
tan distintos a la curiosidad
casi militar de los álamos,
la que ha convertido el paisaje
en una gran chimenea de hollín azul
en la que suben y bajan los asfaltos,
las líneas amarillas, los andenes que forman diques
en las interminables autopistas de mis venas.

[Sara Castelar Lorca]

Me encanta esa asociación que haces de la propia vida con la carretera, con esa mirada hacia los lados que te devuelve un paisaje que no siempre se comprende pero que a fin de cuentas se acepta...bellísimo el poema , Ramón:

Ni si acaso ha sido
esa dudosa arquitectura de los alcornocales,
quebrados al dolor,
tan distintos a la curiosidad
casi militar de los álamos,
la que ha convertido el paisaje
en una gran chimenea de hollín azul
en la que suben y bajan los asfaltos


Un placer , siempre

Abrazos

Sara

[Juanmi Jerónimo]

Ramón, enhorabuena, porque aquí hay imágenes magníficas. Siempre con ese tono que tú le das a tu voz.

Un saludo

[Lila Manrique]

Un tema especial, y unos versos bien logrados.
Un placer estar presente.

[Marian Heredia]

Nítidas imágenes de poesia social
que se enmarca en lo cotidiano
buena temática vanguardista poeta
mi admiración Ramiro.
máximo puntaje

[Ramón Carballal]

Me encanta esa asociación que haces de la propia vida con la carretera, con esa mirada hacia los lados que te devuelve un paisaje que no siempre se comprende pero que a fin de cuentas se acepta...bellísimo el poema , Ramón:

Ni si acaso ha sido
esa dudosa arquitectura de los alcornocales,
quebrados al dolor,
tan distintos a la curiosidad
casi militar de los álamos,
la que ha convertido el paisaje
en una gran chimenea de hollín azul
en la que suben y bajan los asfaltos


Un placer , siempre

Abrazos

Sara

Gracias, Sara, por tus amables palabras. Un abrazo.

[Renata]

Ser el no conductor sin duda tiene sus ventajas, tales como mirar a los lados. Un día seré de esas y no la que conduce.


Saludos

[paula varela]

kilometros de asombro encuentran mis ojos al leerte.

[Blanca Sandino]

Magnífico poema, Ramón. Me alegra haberlo 'encontrado'.

Blanca

Mil kilómetros de asombro,
interminables y oscuros se
cruzan los autos y ya no me creo
que esto sea el mar, sino un maldito
sendero de cruces
rojas.

[Ramón Carballal]

Ramón, enhorabuena, porque aquí hay imágenes magníficas. Siempre con ese tono que tú le das a tu voz.

Un saludo

Gracias, Juanmi y perdón por el retraso en contestar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un tema especial, y unos versos bien logrados.
Un placer estar presente.

Te agradezco esas palabras, Lila. Te pido disculpas por contestar tan tarde. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Nítidas imágenes de poesia social
que se enmarca en lo cotidiano
buena temática vanguardista poeta
mi admiración Ramiro.
máximo puntaje

Gracias, Marian. Mil perdones por el retraso en la respuesta. Un beso.

[Ramón Carballal]

Ser el no conductor sin duda tiene sus ventajas, tales como mirar a los lados. Un día seré de esas y no la que conduce.


Saludos

jajaja..desde luego se aprecia mejor el viaje. Gracias por comentar y perdón por el retraso en constestar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

kilometros de asombro encuentran mis ojos al leerte.

Gracias, Paula, me alegra verte por mis letras. Perdón por la tardanza en contestar. Un beso.

[Ramón Carballal]

Magnífico poema, Ramón. Me alegra haberlo 'encontrado'.

Blanca

Mil kilómetros de asombro,
interminables y oscuros se
cruzan los autos y ya no me creo
que esto sea el mar, sino un maldito
sendero de cruces
rojas.

Muchas gracias, Blanca, por el rescate de este poema que andaba por ahí perdido. Un abrazo, amiga.