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Maneras de amar a una violinista

Publicado: Dom, 16 Ago 2009 20:36
por Emilio Aparicio
Sepan ustedes
que nunca he deseado nada o mal
o he deseado tarde.

Tan solo el aire que sale de mi pecho
o la tierra que desde dentro
pudiera representar aquellas piedrecitas,
relucientes,
que tanto agradan a las damas
que he creído amar –equivocadamente--
y que gustan lucir y agarrar de los hombres.

Entonces,
con esa prisa de hombre sin deseo
con esa llama extinguida y que ahora vuelve
a tiritar, no es culpa mía ni de nadie,
cuando me llevaron al concierto
que no supiese apreciar aquella música
y con desmesura tan solo amase
el cuerpo de la joven que tocaba,
su dulzura, su pelo rojo
como oxidado cobre de cañería rota
repuesta, pienso, por la memoria
de un hombre que supo amar y lo recuerda ahora en el lavabo.

No es culpa mía, entonces, que desde ya la ame
incultamente
sin apreciar las notas
el trote de sus manos entre las cuerdas
–violín o viola-
pero si sus manos como manos, solo manos de mujer

No debieron llevarme porque
el deseo de un hombre bajo ceniza
--que se piensa enterrado bajo ceniza--
es un rescoldo que se aviva
como se sabe
sin remilgo y con a penas culpa
en la contemplación en carne viva
de cualquier extremidad.

Es el caso, de estas manos que ahora tocan
y que el deseo intenta retirar del instrumento,
de aquella música, para que calle
y se posen en el silencio
de otra música,
la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde

Re: Maneras de amar a una violinista

Publicado: Dom, 16 Ago 2009 21:32
por Luna de Nos
Emilio Aparicio escribió:Sepan ustedes
que nunca he deseado nada o mal
o he deseado tarde.

Tan solo el aire que sale de mi pecho
o la tierra que desde dentro
pudiera representar aquellas piedrecitas,
relucientes,
que tanto agradan a las damas
que he creído amar –equivocadamente--
y que gustan lucir y agarrar de los hombres.

Entonces,
con esa prisa de hombre sin deseo
con esa llama extinguida y que ahora vuelve
a tiritar, no es culpa mía ni de nadie,
cuando me llevaron al concierto
que no supiese apreciar aquella música
y con desmesura tan solo amase
el cuerpo de la joven que tocaba,
su dulzura, su pelo rojo
como oxidado cobre de cañería rota
repuesta, pienso, por la memoria
de un hombre que supo amar y lo recuerda ahora en el lavabo.

No es culpa mía, entonces, que desde ya la ame
incultamente
sin apreciar las notas
el trote de sus manos entre las cuerdas
–violín o viola-
pero si sus manos como manos, solo manos de mujer

No debieron llevarme porque
el deseo de un hombre bajo ceniza
--que se piensa enterrado bajo ceniza--
es un rescoldo que se aviva
como se sabe
sin remilgo y con a penas culpa
en la contemplación en carne viva
de cualquier extremidad.

Es el caso, de estas manos que ahora tocan
y que el deseo intenta retirar
del instrumento, de aquella música,
para que calle y se posen
en el silencio
de otra música,
la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde

Me atrapó el título, me atrapa la historia, lo que se deja ver tras la reflexión. Historia narrada poéticamente, poesía que cuenta una historia, unas manos que transcriben un sentimiento, un sentimiento que se vale de las manos para hacerlo.
Un gusto leerte, saludos, Luna.-

Publicado: Dom, 16 Ago 2009 22:14
por carmen iglesia
Yo cuando leo, sólo soy lectora... por lo tanto, sólo sé lo que me gusta y lo que no me gusta, lo que me hace disfrutar o no... quiero decir, no me he parado a mirar la técnica de este poema pero me ha encantado lo que cuenta y cómo lo cuenta... para mí es más que suficiente... Es precioso, ya empezando por el título.

Un placer,

Carmen

Publicado: Dom, 16 Ago 2009 23:37
por Hallie Hernández Alfaro
Es un texto precioso, Emilio! Toda la historia cae como una lluvia finísima en el imaginario de una sala de conciertos. Es íntimo y profundo y se percibe la hechura firme del amor.

Aplausos muy fuertes!!!!!

Un abrazo enorme y muchas, pero muchas, felicitaciones.

Hallie

Publicado: Lun, 17 Ago 2009 17:28
por Enric Jaume
Destaco el final de un poema que me he disfrutado.
"la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde"

Mi felicitación y un saludo.




Un gusto leerte.

Publicado: Mar, 18 Ago 2009 19:01
por Hallie Hernández Alfaro
Subo este poema maravilloso para disfrute de todos.

Publicado: Mar, 18 Ago 2009 19:52
por Ramón Carballal
Bueno, Emilio, los que tenemos algunos años te entendemos perfectamente, y es que el deseo no muere, tan solo está latente. Qué bien has contado esta historia, con un punto de distancia(eso me ha parecido)como si no hablarás exactamente de ti mismo sino de algo que le ocurre a los hombres, a cualquier hombre. Te progigas poco y es una pena. Un fuerte abrazo.

Re: Maneras de amar a una violinista

Publicado: Mié, 19 Ago 2009 8:00
por Emilio Aparicio
Luna de Nos escribió:
Emilio Aparicio escribió:Sepan ustedes
que nunca he deseado nada o mal
o he deseado tarde.

Tan solo el aire que sale de mi pecho
o la tierra que desde dentro
pudiera representar aquellas piedrecitas,
relucientes,
que tanto agradan a las damas
que he creído amar –equivocadamente--
y que gustan lucir y agarrar de los hombres.

Entonces,
con esa prisa de hombre sin deseo
con esa llama extinguida y que ahora vuelve
a tiritar, no es culpa mía ni de nadie,
cuando me llevaron al concierto
que no supiese apreciar aquella música
y con desmesura tan solo amase
el cuerpo de la joven que tocaba,
su dulzura, su pelo rojo
como oxidado cobre de cañería rota
repuesta, pienso, por la memoria
de un hombre que supo amar y lo recuerda ahora en el lavabo.

No es culpa mía, entonces, que desde ya la ame
incultamente
sin apreciar las notas
el trote de sus manos entre las cuerdas
–violín o viola-
pero si sus manos como manos, solo manos de mujer

No debieron llevarme porque
el deseo de un hombre bajo ceniza
--que se piensa enterrado bajo ceniza--
es un rescoldo que se aviva
como se sabe
sin remilgo y con a penas culpa
en la contemplación en carne viva
de cualquier extremidad.

Es el caso, de estas manos que ahora tocan
y que el deseo intenta retirar
del instrumento, de aquella música,
para que calle y se posen
en el silencio
de otra música,
la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde



Me atrapó el título, me atrapa la historia, lo que se deja ver tras la reflexión. Historia narrada poéticamente, poesía que cuenta una historia, unas manos que transcriben un sentimiento, un sentimiento que se vale de las manos para hacerlo.
Un gusto leerte, saludos, Luna.-



Gracias Luna, por supuesto es tal como lo cuentas. Gracias por pasar

Publicado: Mié, 19 Ago 2009 8:09
por Emilio Aparicio
carmen iglesia escribió:Yo cuando leo, sólo soy lectora... por lo tanto, sólo sé lo que me gusta y lo que no me gusta, lo que me hace disfrutar o no... quiero decir, no me he parado a mirar la técnica de este poema pero me ha encantado lo que cuenta y cómo lo cuenta... para mí es más que suficiente... Es precioso, ya empezando por el título.

Un placer,

Carmen



Carmen, no hay técnica, por ahora no la hay. Tan solo son esbozos de lo que alguna vez me llama la atención y surge tan espontáneo como fortuito; en cierta medida intento, más intuitivamente, que intencionalmente seguir un ritmo y un tono determinado para contar una historia determinada, pero evidentemente aún no lo consigo: soy consciente de los defectos palpables de mis escritos, pero por el momento estoy investigando como seguir y con que medios. No hay nada definitivo en lo que escribo y si muchas erratas, por eso te agradezco tu condescendencia y tu amistad, como siempre. Un abrazo guapa

Publicado: Mié, 19 Ago 2009 8:12
por Emilio Aparicio
Hallie Hernández Alfaro escribió:Es un texto precioso, Emilio! Toda la historia cae como una lluvia finísima en el imaginario de una sala de conciertos. Es íntimo y profundo y se percibe la hechura firme del amor.

Aplausos muy fuertes!!!!!

Un abrazo enorme y muchas, pero muchas, felicitaciones.

Hallie



Hallie Hernández, eres de lo más dulce y encantador que me encontrado en tu género. Y conste que no te lo digo por tus más que generosos alagos, simplemente es cierto. Un abrazo amiga

Publicado: Mié, 19 Ago 2009 8:13
por Emilio Aparicio
Enric Jaume escribió:Destaco el final de un poema que me he disfrutado.
"la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde"

Mi felicitación y un saludo.




Un gusto leerte.


Gracias Enric por pasarte. Un saludo

Publicado: Jue, 15 Oct 2009 15:11
por Emilio Aparicio
Ramón Carballal escribió:Bueno, Emilio, los que tenemos algunos años te entendemos perfectamente, y es que el deseo no muere, tan solo está latente. Qué bien has contado esta historia, con un punto de distancia(eso me ha parecido)como si no hablarás exactamente de ti mismo sino de algo que le ocurre a los hombres, a cualquier hombre. Te progigas poco y es una pena. Un fuerte abrazo.




Muchas gracias compañero por estar. Un saludo

re: Maneras de amar a una violinista

Publicado: Jue, 15 Oct 2009 15:20
por Pilar Morte
Me alegra haber llegado a este poema. Me ha gustado y ha hecho que disfrutara de sus versos. El amor nace hasta en un concierto, lo sé por experiencia. Precioso
Abrazos
Pilar

re: Maneras de amar a una violinista

Publicado: Jue, 15 Oct 2009 15:36
por José Manuel Sáiz
Me he sentido identificado. Y me alegra saber que no soy el único.
Tengo un oído torpe para la música (y para casi todo en general) y las pocas veces que he asistido a un concierto o a una opera... no me he enterado de nada musicalmente hablando. Pero recuerdo haberme enamorado perdidamente de alguna mujer que tocaba algún instrumento perdida entre los músicos, o de la soprano de turno (especialmente si era hermosa). Al salir del concierto ya sólo tenía ojos para mi mujer, claro.
Poesía es esto: hacer revivir experiencias y sensaciones. Y tú, Emilio lo has hecho, al menos para mí. Te lo agradezco y te doy mi enhorabuena por tan buen poema. Y me dejas aliviado.
Un abrazo.
J. manuel

Re: Maneras de amar a una violinista

Publicado: Jue, 15 Oct 2009 17:36
por Eduardo R. de la Cruz
Emilio Aparicio escribió:Sepan ustedes
que nunca he deseado nada o mal
o he deseado tarde.

Tan solo el aire que sale de mi pecho
o la tierra que desde dentro
pudiera representar aquellas piedrecitas,
relucientes,
que tanto agradan a las damas
que he creído amar –equivocadamente--
y que gustan lucir y agarrar de los hombres.

Entonces,
con esa prisa de hombre sin deseo
con esa llama extinguida y que ahora vuelve
a tiritar, no es culpa mía ni de nadie,
cuando me llevaron al concierto
que no supiese apreciar aquella música
y con desmesura tan solo amase
el cuerpo de la joven que tocaba,
su dulzura, su pelo rojo
como oxidado cobre de cañería rota
repuesta, pienso, por la memoria
de un hombre que supo amar y lo recuerda ahora en el lavabo.

No es culpa mía, entonces, que desde ya la ame
incultamente
sin apreciar las notas
el trote de sus manos entre las cuerdas
–violín o viola-
pero si sus manos como manos, solo manos de mujer

No debieron llevarme porque
el deseo de un hombre bajo ceniza
--que se piensa enterrado bajo ceniza--
es un rescoldo que se aviva
como se sabe
sin remilgo y con a penas culpa
en la contemplación en carne viva
de cualquier extremidad.

Es el caso, de estas manos que ahora tocan
y que el deseo intenta retirar del instrumento,
de aquella música, para que calle
y se posen en el silencio
de otra música,
la música
de unas manos agarradas a otras manos
que hasta ahora
no han deseado nada o mal
o han deseado tarde

Emilio, para creerte un poema, para envolverlo en una servilleta y llevarlo al otro lado del mar, se requiere exponer el alma con honestidad, tal cual es tu personaje, el poeta, su verdad y su musa. Verso a verso has tejido una historia que como dice Txopo, nos identifica a los apasionados neofitos de cualquier arte.

Un abrazo
--------------------------------
Nota: "como oxidado cobre"; el cobre no se oxida, al menos en el mundo real, quizá convendría emplear otra figura, o simplemente otro adjetivo. Saludos.