El poema que nunca desearía haber tenido que escribir
Publicado: Mié, 24 Jun 2009 17:41
En memoria de Sara Álvarez.
Te he amado, te amo y siempre te amaré. Vives en mí. Nunca te olvidaré.
Éste es el poema que nunca desearía haber tenido que escribir.
Éste es el poema que desde el momento en que lo escribo,
lo maldigo.
Lloraste seis meses sin consuelo
–que ni mi Amor te podía consolar–,
y seis años habré de llorarte desconsolado
hasta hacer de mis lágrimas un lagrimal.
Tus lágrimas son ahora las cenizas que dan a la mar
convirtiendo las aguas
en un desierto de sal.
Eres mi herida,
mi sueño irrealizable,
el ideal que aunque persiga,
ya no podré alcanzar.
Ahora eres la alondra que vuela en libertad
con esas alas que tantas veces te quise agitar,
pero yo estoy preso en esta urna de cristal,
y ya no me queda aire que respirar.
Iluso de mí,
que creí poder curar con mi poesía tu enfermedad.
La poesía no te dio la vida
y no te la devolverá.
Por un amor así se podría morir,
me llegaste a confesar cuando aún creíamos en la vida,
y así ocurrió,
como una trágica premonición.
Pero no hay que confundir la realidad con la poesía,
no.
Esto no es una ficción poética;
es la cruda realidad.
Moriste amando y siendo amada,
sí, pero ¿acaso eso lo hace mejor?
Muerte sólo hay una;
Ella no hace distinción.
La vida no vuelve cuando se va,
pero el dolor siempre queda
como recordatorio de lo que pudo ser
y ya nunca será.
Si estrechara tu cuerpo sin vida
y besara tu boca fría,
no sentiría más frío
que al faltarme tu compañía.
La vida me obliga a cambiar por dentro
mientras afuera todo sigue igual,
y yo no sé si estoy vivo o muerto,
si esto es pesadilla o fatalidad.
Hace un día que me dejaste,
pero para mí ha pasado un eternidad,
con sus horas, minutos y segundos,
como el mordisco de un fiero animal.
Siento cómo me abandona la poesía
poco a poco
como a ti se te fue escapando la vida.
Ya no me queda nada,
ni la esperanza de volver a verte sonreír.
Entonces, ¿para qué escribir?
Contigo se me ha ido el Amor,
y sin Amor no hay poesía.
Sara Mía, ¿dónde estás?
P.D.: Sara Álvarez, el Amor de mi vida, falleció ayer de una parada cardiaca. Con ella ha muerto una parte de mí, la más importante (mi Amor, mi poesía, mi ilusión, todo). Se fue sintiéndose amada, pero no es consuelo. Sé que muchos de vosotros la conocíais y la queríais. Por eso considero que debíais saberlo.
Gracias a todos los que siempre habéis tenido palabras de cariño para con Sara: Hallie, Aubriel, etc.
Con este poema anuncio mi retirada del foro por un tiempo indefinido. Supongo que lo comprenderéis.
Te he amado, te amo y siempre te amaré. Vives en mí. Nunca te olvidaré.
Éste es el poema que nunca desearía haber tenido que escribir.
Éste es el poema que desde el momento en que lo escribo,
lo maldigo.
Lloraste seis meses sin consuelo
–que ni mi Amor te podía consolar–,
y seis años habré de llorarte desconsolado
hasta hacer de mis lágrimas un lagrimal.
Tus lágrimas son ahora las cenizas que dan a la mar
convirtiendo las aguas
en un desierto de sal.
Eres mi herida,
mi sueño irrealizable,
el ideal que aunque persiga,
ya no podré alcanzar.
Ahora eres la alondra que vuela en libertad
con esas alas que tantas veces te quise agitar,
pero yo estoy preso en esta urna de cristal,
y ya no me queda aire que respirar.
Iluso de mí,
que creí poder curar con mi poesía tu enfermedad.
La poesía no te dio la vida
y no te la devolverá.
Por un amor así se podría morir,
me llegaste a confesar cuando aún creíamos en la vida,
y así ocurrió,
como una trágica premonición.
Pero no hay que confundir la realidad con la poesía,
no.
Esto no es una ficción poética;
es la cruda realidad.
Moriste amando y siendo amada,
sí, pero ¿acaso eso lo hace mejor?
Muerte sólo hay una;
Ella no hace distinción.
La vida no vuelve cuando se va,
pero el dolor siempre queda
como recordatorio de lo que pudo ser
y ya nunca será.
Si estrechara tu cuerpo sin vida
y besara tu boca fría,
no sentiría más frío
que al faltarme tu compañía.
La vida me obliga a cambiar por dentro
mientras afuera todo sigue igual,
y yo no sé si estoy vivo o muerto,
si esto es pesadilla o fatalidad.
Hace un día que me dejaste,
pero para mí ha pasado un eternidad,
con sus horas, minutos y segundos,
como el mordisco de un fiero animal.
Siento cómo me abandona la poesía
poco a poco
como a ti se te fue escapando la vida.
Ya no me queda nada,
ni la esperanza de volver a verte sonreír.
Entonces, ¿para qué escribir?
Contigo se me ha ido el Amor,
y sin Amor no hay poesía.
Sara Mía, ¿dónde estás?
P.D.: Sara Álvarez, el Amor de mi vida, falleció ayer de una parada cardiaca. Con ella ha muerto una parte de mí, la más importante (mi Amor, mi poesía, mi ilusión, todo). Se fue sintiéndose amada, pero no es consuelo. Sé que muchos de vosotros la conocíais y la queríais. Por eso considero que debíais saberlo.
Gracias a todos los que siempre habéis tenido palabras de cariño para con Sara: Hallie, Aubriel, etc.
Con este poema anuncio mi retirada del foro por un tiempo indefinido. Supongo que lo comprenderéis.