contra el hastío, ebrio de ilusiones,
y Cernuda me dice que sus sones
resuenan siempre en la mudez sombría.
¿Es juicioso seguir si en el infierno
del mundo el alma encuentra cometido
ante las hojas del laurel eterno
cuando arrullan recién en el olvido?
En el paisaje de la amarga suerte,
el verso, surtidor de desengaños,
sólo urde un camino de victoria:
duro tapiz de pétalos, historia
de las líricas flores de los años,
anhelante manojo tras la muerte.