Progreso 9.42am junio.uno.2009
Hoy es un día más del calendario en un mes cualquiera del año. Hoy preferí quedarme en casa para saborear el vapor del chocolate y empalagarme de un buen pan . Tengo que mencionar que la última ocasión que un pan me supo a dulce fue en noviembre, no sé, tal vez la compañía proporcionó su dosis de encantamiento, pero, aún conservo el almidón de azucar en mi boca.
Hoy la mañana se me pusó lánguida y el sol descongeló un sueño que tenía reservado para alguna nostalgia impertinente. Se fue escurriendo la hora entre el recuerdo y la necesidad de tenerte entre mis brazos y acariciar tu voz, penetrar tu alma. Sí, te necesito cerca. Muy cerca. Tan cerca que casi fueras yo y yo dejará de ser yo para explorar el aire, diluirme y observarte. ¿Recuerdas las veces que he mantenido al silencio preso entre mis diente y tú observas la luz que surge de mis ojos y callas? Callas y sonríes. Me gusta verte sonreir cuando yo callo. Pero tienes una manera especial para volcarme en habla. Como si fueras un detonador de palabras.
Hoy tuve tiempo de empaginar los libros, de recorrer poemas escritos, de acariciar al perro, de perpetuar el canto de las alas, de ver chorrear las gotas de resina por la terraza, de acomodar las hojas del árbol que planta silencios en la esperanza... hoy me sentí sola en casa.
Hoy descorrí las cortinas y abrí las ventanas, me senté a la puerta porque extravié la llave que me da entrada a las conclusiones. El viento jugueteó en mi pelo, enredo mis canas. Ví pasar a los niños con la sapiencia a la espalda. Hubo alguno que me ofreció sonrisas y me llamó: "Migaja". ¿Migaja? Sí, Migaja. Migaja de luz, migaja de esperanza, migaja de arcoiris, migaja de nube, migaja de plata, migaja de rosa sembrada a la puerta de Nuestra Casa.
Hoy es Junio Uno....y mañana será mañana.