SIEMPRE HE SIDO YO QUIEN TE AGARRABA EL ALMA

[Marian Ramentol Serratosa]

Reviento bombones con los párpados
para asustarte, para sostener la circulación venenosa
que hizo madre a tu cintura
entre fósforo y combustible,
con la aromática razón metida entre las piernas
atravesando de punta a punta el atlas de tus ojos.

Huele a cadáver en esta estrofa,
ese olor de muro que te sufre,
con dos proyectiles al pie de tu horizonte,
apenas límite entre la extremaunción y el único pájaro
capaz de autografiar la cólera
vertida en el borde de tu página.

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire
y veas que siempre he sido yo,
quien te agarraba el alma, quien bautizó
el cuello que me debes,
tu nombre primero, el dolor
que baja por ti
hasta el desnudo miembro que te apunta,
te define y te destroza.

[Antonio Soto]

Auch, duele la dureza del trazo, la fuerza del reclamo y la cólera que anima. No hay lugar para las dudas: claro y directo, sin ambages.

Un placer leerlo.

Te abrazo con afecto.

[Óscar Bartolomé Poy]

Reviento bombones con los párpados
para asustarte, para sostener la circulación venenosa
que hizo madre a tu cintura
entre fósforo y combustible,
con la aromática razón metida entre las piernas
atravesando de punta a punta el atlas de tus ojos.

Huele a cadáver en esta estrofa,
ese olor de muro que te sufre,
con dos proyectiles al pie de tu horizonte,
apenas límite entre la extremaunción y el único pájaro
capaz de autografiar la cólera
vertida en el borde de tu página.

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire
y veas que siempre he sido yo,
quien te agarraba el alma, quien bautizó
el cuello que me debes,
tu nombre primero, el dolor
que baja por ti
hasta el desnudo miembro que te apunta,
te define y te destroza.

Entre lo espiritual y lo carnal, entre el placer y el dolor. Así he sentido este poema que, como es norma en ti, viene espolvoreado de alambicadas metáforas en una tarta de imaginación.

Un abrazo, Marian.

[Pilar Morte]

Hay una dura respuesta en tus versos, pero es un placer pasar por ellos. Aplausos
Un abrazo
Pilar

[Fermín Lasarte]

Reviento bombones con los párpados
para asustarte, para sostener la circulación venenosa
que hizo madre a tu cintura
entre fósforo y combustible,
con la aromática razón metida entre las piernas
atravesando de punta a punta el atlas de tus ojos.

Huele a cadáver en esta estrofa,
ese olor de muro que te sufre,
con dos proyectiles al pie de tu horizonte,
apenas límite entre la extremaunción y el único pájaro
capaz de autografiar la cólera
vertida en el borde de tu página.

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire
y veas que siempre he sido yo,
quien te agarraba el alma, quien bautizó
el cuello que me debes,
tu nombre primero, el dolor
que baja por ti
hasta el desnudo miembro que te apunta,
te define y te destroza.

Filoso poema Marian, como casi todos los tuyos. Siempre al borde del abismo, con imágenes que pintan paisajes de inestabilidad, psiquica y natural. Parece haber una especiew de reclamo en esa última estrofa, ¨para que veas que siempre he sido yo quien te agarraba el alma¨ ¨y el cuello que me debes¨, hay algo que te estan debiendo y te encargas de intimar el pago. Me ha gustado mucho Marian, siempre es un viaje navegar tus versos.
Un abrazo.

[carmen iglesia]

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire

Eres puro desgarro, Marian... no hay imposturas en tus poemas, se notan las vísceras y te prometo que salpican...

Un placer,

Carmen

[Julio Gonzalez Alonso]

Felicidades, Marian. Tu poema es de los que piden más de una lectura en más de un momento porque escribes en un desbordante estilo de imágenes y metáforas que, como el agua de una cascada cuando te cae por encima, no te deja casi respirar. Hay que salir, y volver a entrar. Con un abrazo.
Salud.

[Ana Villalobos Carballo]

Algo te deben y lo reclamas con originales imágenes y un gran fuerza. Un placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

[Jaume vendrell KYUSS]

jajajaj...pero que grande eres querida... bien te encargas de recordar , que el macho cabrío piensa y actúa con el pijo...eres única, porque para llegar a los resúmenes de tu mierda, nos haces viajar por un saco de imagenes, que bien podriamos decir, salen del útero del macizo de Montserrat...jejeje...con esas vistas de la montaña encantada, ya me dirás...abrazo fuerte preciosa !!!

[Jaume vendrell KYUSS]

otra vez yo...después de leerlo otra vez...J O D E R !!!!...TREMENDO...solo eso...

[Javier Cañas Belmar]

Reviento bombones con los párpados
para asustarte, para sostener la circulación venenosa
que hizo madre a tu cintura
entre fósforo y combustible,
con la aromática razón metida entre las piernas
atravesando de punta a punta el atlas de tus ojos.

Huele a cadáver en esta estrofa,
ese olor de muro que te sufre,
con dos proyectiles al pie de tu horizonte,
apenas límite entre la extremaunción y el único pájaro
capaz de autografiar la cólera
vertida en el borde de tu página.

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire
y veas que siempre he sido yo,
quien te agarraba el alma, quien bautizó
el cuello que me debes,
tu nombre primero, el dolor
que baja por ti
hasta el desnudo miembro que te apunta,
te define y te destroza.

Gracias Marian por hacerme sonreír con ese final...tu poesía destila fuerza por todos los costados...soberbia, no exenta de la palabra del corazón, del alma, de las entrañas...tus metáforas me sobrepasan...saludos desde Cuenca.

javi

[Ramón Carballal]

Siempre nos regalas unas imágenes impactantes. Un estilo personal y único que se disfruta. Un abrazo.

[Marian Ramentol Serratosa]

Auch, duele la dureza del trazo, la fuerza del reclamo y la cólera que anima. No hay lugar para las dudas: claro y directo, sin ambages.

Un placer leerlo.

Te abrazo con afecto.

Gracias Antonio, cualquier vieaje que emprenda el lector por un poema es siempre bienvenido.

Abrazos
MArian

[Marian Ramentol Serratosa]

Reviento bombones con los párpados
para asustarte, para sostener la circulación venenosa
que hizo madre a tu cintura
entre fósforo y combustible,
con la aromática razón metida entre las piernas
atravesando de punta a punta el atlas de tus ojos.

Huele a cadáver en esta estrofa,
ese olor de muro que te sufre,
con dos proyectiles al pie de tu horizonte,
apenas límite entre la extremaunción y el único pájaro
capaz de autografiar la cólera
vertida en el borde de tu página.

Hay que entrar en tu cuerpo con dientes de metal,
descontar los entierros de tus dedos,
desmentir tu infinitud
para que te duela el aire
y veas que siempre he sido yo,
quien te agarraba el alma, quien bautizó
el cuello que me debes,
tu nombre primero, el dolor
que baja por ti
hasta el desnudo miembro que te apunta,
te define y te destroza.

Entre lo espiritual y lo carnal, entre el placer y el dolor. Así he sentido este poema que, como es norma en ti, viene espolvoreado de alambicadas metáforas en una tarta de imaginación.

Un abrazo, Marian.

Oscar, siempre generoso en tu mirada, gracias infinitas por tu apoyo.

Un abrazo
MArian

[Marian Ramentol Serratosa]

Hay una dura respuesta en tus versos, pero es un placer pasar por ellos. Aplausos
Un abrazo
Pilar

Todas las emociones son valiosas, Pilar, hasta los versos con pinchos si mueven una sola fibra, tienen su razón de ser.

GRacias por estar aquí.

Un abrazote
MArian