Editorial Alaire

Alejandro Costa escribió: ↑Dom, 14 Dic 2025 23:16 Podría haber deslavazado el rutilante misterio de la vida,
pero me he enredado en su aureola
y he padecido las grietas con las que poco a poco se rompe.

Está rota la amalgama seca que no se supo amasar,
la harina de la piel y la amarga sal que la adereza.

Está rota la garganta de sed de bondad y amor,
rota la bandeja de plata sin nada que transportar.

Roto está el fuselaje de un cuerpo rendido a la tempestad,
rota el alma cuando no es capaz de entender dónde va.

Está roto el silencio que navega por un canto de olvido,
rota la cama de un bebé si no la cubre ropa de cariño.

Roto está este mundo y sus raíces de tronco carcomido,
rota la voz que en la distancia te llama, con la mirada dormida.

Roto el eje donde gira la vida,
rotas las venas donde sangran las heridas.

Roto está el cielo con su lluvia manía,
rota la seca tierra ahogada por la sequía.

Está roto el azul, el ocre y hasta el lila,
tan solo queda el rojo intenso de sangre homicida.

Rota se encuentra la noche, la luna y las estrellas,
roto vive el rocío, rota la madrugada y la mañana.

Roto es el ayer, rota la aurora y el café del desayuno,
rota la flor descolorida, la primavera defenestrada.

Roto mi corazón, mi cuerpo y hasta el alma,
rota la luz, rota la hoguera y las astillas de su llama.

Roto estoy yo,
¡Roto! ¡Ahogado en sufrimiento!
¡Roto está mi cuerpo!
¡Rota la palabra!
¡Roto el sentir! ¡Roto el mundo ajeno!

Rota se me ha quedado anclada la historia,
rota aquella noche dormida,
roto el sendero sin camino,
rota la esencia de la gloria.

Todo está roto,
todo sabe a derrota,
todo está ya calcinado,
todo roto en las manos de un anciano,
toda felicidad pasajera, ahora también está rota.

Rota está la vida,
rotas las venas por donde sangran las heridas.

Poeta Alejandro:

Te ofrezco mi humilde lectura sobre este magnífico texto. Un texto interesante tanto en forma como en fondo. Sobresale su profundo contenido.

"Podría haber deslavazado el rutilante misterio de la vida,/pero me he enredado en su aureola/y he padecido las grietas con las que poco a poco se rompe. El yo lirico abre su canto elegiaco con una sentida declaración: "quise escudriñar los secretos de la existencia humana, pero su complejidad me ha impedido perseverar en la empresa dejándome sumamente lastimado." A continuación pasa a enumerar las heridas, las grietas, los desgarros que le causó su osada intención de "deslavazar el rutilante misterio de la vida". Enumeración que abarca prácticamente todo el espectro de la experiencia humana, enumeración hecha a base de anáforas y una especie de paralelismo sintético que recuerda los salmos y proverbios bíblicos, quizá sea por esa misma construcción que sobre el poema, según mi interpretación, haya un aire cuasi místico.

Las última estrofas donde las anáforas cobran especial vigor, dotan a la composición de una emotividad poderosísima. Aquí el hablante lírico prácticamente se rompe, se desarma, como si alzando la vista a los cielos con los puños encrespados gritara su dolor inconsolable... al final los últimos versos fungen como corolario, como conclusión lógica y fatal de ese haberse quedado enredado en la aureola de la vida. Para mí es un potente poema que nos habla de la terrible desilusión ante la vida que en determinado momento hemos de sufrir todos.

A propósito, si me permites quiero compartir contigo un poemita que escribí hace algún tiempo movido, creo yo, por sentimientos similares a los que te impulsaron a escribir este gran poema. Si gustas, después de leerlo lo elimino para que mi comentario no resulte tan abrumador por su extensión. Quedo atento.

Recibe un abrazo afectuoso y por supuesto, mi admiración como poeta.





Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Porque si bien en el coro de Rilke todos escuchan
el canto elegiaco que del hueso emana
ningún ángel se apresta a brindar consuelo.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

El Silencio políglota entonces inunda
la estancia colmada de vapores insanos
donde la fe del tamaño de un grano de mostaza
debajo de la montaña sucumbe.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Se abren los ojos y se ve el desierto,
se abren los brazos y se abraza el desamparo,
se abre la piel y se siente el aire congelado.
No hay columna de fuego y nube
que de las huestes del miedo oculte.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Sin esperanza el futuro se oscurece
y el canto elegiaco se vuelve anatema
dirigida hacia una sombra siempre ausente
pero que tira del cuello a su antojo.
Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba
para instalarse en la carne compungida.

Algo se me rompió por dentro también al leerte porque describes con toda la fuerza del sentimiento las amarguras de la vida. Un poema profundamente existencial y muy bien escrito, como es habitual en ti. Felicidades y un fuerte abrazo.

Fuerte. Poema versicular muy bien trabado las asonancias del cual contribuyen a darle ese ritmo perforante de pieles o lecturas o miradas endurecidas por un mundo entregado a la incompletud ni siquiera periférica. Aquí hay aldaba.

Una abraçada.

Al terminar de leer tu poema, Alejandro, he sentido la derrote de una persona que no ha podido impedir unos acontecimientos que quizás, en su momento había algo de luz, pero esa luz pasó desapercibida, o se siguió su iluminación sin llegar al final, de todas formas, has realizado un gran poema que llega al lector en lo más profundo, te felicito y gracias por compartir esta obra de arte.
Un abrazo.

Un poema de intensa catarsis, Alejandro:

Es una lamentación de todo lo terrible de la vida que llega profundamente al corazón.

Hay una emoción sincera que traspasa el alma.

Un abrazo enorme que te llegue al corazón
Y...
Felicitaciones por tu magnífico poema
Ana