Aquí sigo

[Rafael Valdemar]

Porque el pasado nunca retrocede,
ni la vida vuelve a repetirse,
voy dejando sobre mis huellas
mi identidad de tierra adentro.
Soy surco de nostalgia donde crecen
los pasos de mi soledad desnuda
que va de camino hacia el olvido.
Y del fondo del tiempo todo fluye
como añoranza que habita el corazón,
y a veces, se precipita y va cayendo
hacia el abismo insondable de la nada.

Hay días que en madrugada me cita
el desamor, yo siempre acudo,
y la piel dormida se despierta;
igual que mis sentidos cuando
escuchan la voz del agua y el frenesí
del mar excitado jadea en la carne.
Te recuerdo ahora, tú que habitas
mis pupilas y jamás las cierro
por si regresas con la inocencia ilesa
para mostrarme la patria de mi infancia
que necesito salvar de sus escombros.

Yo aquí sigo, con este lenguaje mudo,
que sale de mi boca convertido en ceniza,
y frágil como este otoño que me cubre
con un sudario de hojarasca espesa.
Ahora igual que labios de escarcha tiemblo.
y mi memoria todavía conserva el drama
de aquella juventud que murió en brazos
de la decepción y aún su epitafio escribo.
¡Ojala! otra vez nuestros deseos vuelvan
a estar preñados de ilusiones y parir
un sueño libre que lo renueve todo.

[Alejandro Costa]

Escribes muy bien, Rafael.

Este poema lo demuestra.

Ha sido un placer visitarte.

Un abrazo.