Cuando el Padre esté cerca...

[Jorge Salvador]

Me quedan cuatro o seis telediarios
y unos cuantos ahorrillos en el banco
con los que ir malviviendo
mientras doy con mis huesos en el nicho;
dos botellas de anís, un buen amigo,
pedacitos de tiempo en el recuerdo
y esperanzas de hallar la vida eterna.

Me queda un cuerpo escombro que no tiene
por dónde ya agarrarlo;
ná tieso a lo que asirme
y escaso parecido con mi sombra;
cuando alguien se me pone a dar por culo
me queda la paciencia justa y menos
para dejarlo vivo hasta que muera.

Me queda la virtud de estar borracho
y un gato callejero
que baja desde el cielo cada noche
para contarme historias
maullando en japonés bajo la luna.

Y poco más me queda,
salvo la voluntad de amarte mucho
si tú sabes amarme en mis errores
y escuchas mis latidos
besándome a la luz de las estrellas
cuando el Padre esté cerca...

[Pilar Morte]

En la última estrofa hay amor con un gran apoyo. Es difícil llegar al final en soledad. Me gustó leerte.
Un abrazo grande y salud

[Alejandro Costa]

Magnífico, compañero.

El golpe que das al final con esa maravillosa estrofa, hace que el poema genere un sabor bello y amoroso.

No me ha gustado, me ha encantado.

Muy bueno.

Un abrazo.

[enrique sanmol]

Me quedan cuatro o seis telediarios
y unos cuantos ahorrillos en el banco
con los que ir malviviendo
mientras doy con mis huesos en el nicho;
dos botellas de anís, un buen amigo,
pedacitos de tiempo en el recuerdo
y esperanzas de hallar la vida eterna.

Me queda un cuerpo escombro que no tiene
por dónde ya agarrarlo;
ná tieso a lo que asirme
y escaso parecido con mi sombra;
cuando alguien se me pone a dar por culo
me queda la paciencia justa y menos
para dejarlo vivo hasta que muera.

Me queda la virtud de estar borracho
y un gato callejero
que baja desde el cielo cada noche
para contarme historias
maullando en japonés bajo la luna.

Y poco más me queda,
salvo la voluntad de amarte mucho
si tú sabes amarme en mis errores
y escuchas mis latidos
besándome a la luz de las estrellas
cuando el Padre esté cerca...

Epílogo, fe de vida... o lo que sea, brillantemente escrito Jorge/Ramón. En realidad no es posible saber cuantos telediarios nos quedan, pero es cierto que cuando vamos cumpliendo años la estadística clama por visitarnos... Que nos pille bien, con ese gato, una buena botella que degustar y, sobre todo, con esa voluntad de seguir amando.

Un abrazo.

[Armilo Brotón]

"Me queda un cuerpo escombro que no tiene
por dónde ya agarrarlo;
ná tieso a lo que asirme
y escaso parecido con mi sombra;
cuando alguien se me pone a dar por culo
me queda la paciencia justa y menos
para dejarlo vivo hasta que muera."

Querido amigo, he disfrutado mucho leyéndote en esta notable entrega. Ha generado, en mí, una reflexión sobre la vida, el paso del tiempo, la soledad, el amor. Un uso adecuado del lenguaje coloquial y el tono confesional, logra que el poema transmita una sensación de vulnerabilidad y autenticidad que me ha identificado, dejándome un poso de melancolía.
Como siempre, un impecable ritmo lo termina de cuajar líricamente.
Un gran abrazo hermano

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Jorge:

Ritmo, sinceridad, Tono intimista y coloquial. Lo del "gato maullando en japonés me ha encantado".

El paso del tiempo es inevitable para todos, pero debemos vivir los años que nos queden amando... eso sí.

Muy bien poema, para reflexionar.

Un beso grande
Ana

[Jorge Salvador]

En la última estrofa hay amor con un gran apoyo. Es difícil llegar al final en soledad. Me gustó leerte.
Un abrazo grande y salud

Claro que sí, el amor es la base que sustenta el mundo, donde hay amor no cabe la soledad.
Gracias por pasarte, Pilar, vaya otro gran abrazo para ti con todo mi afecto

[Jorge Salvador]

Magnífico, compañero.

El golpe que das al final con esa maravillosa estrofa, hace que el poema genere un sabor bello y amoroso.

No me ha gustado, me ha encantado.

Muy bueno.

Un abrazo.

Siempre tan amable, Alejandro. Un honor recibirte en este humilde espacio, querido amigo.
Abrazo de vuelta hasta allá donde te encuentres

[Jorge Salvador]

Me quedan cuatro o seis telediarios
y unos cuantos ahorrillos en el banco
con los que ir malviviendo
mientras doy con mis huesos en el nicho;
dos botellas de anís, un buen amigo,
pedacitos de tiempo en el recuerdo
y esperanzas de hallar la vida eterna.

Me queda un cuerpo escombro que no tiene
por dónde ya agarrarlo;
ná tieso a lo que asirme
y escaso parecido con mi sombra;
cuando alguien se me pone a dar por culo
me queda la paciencia justa y menos
para dejarlo vivo hasta que muera.

Me queda la virtud de estar borracho
y un gato callejero
que baja desde el cielo cada noche
para contarme historias
maullando en japonés bajo la luna.

Y poco más me queda,
salvo la voluntad de amarte mucho
si tú sabes amarme en mis errores
y escuchas mis latidos
besándome a la luz de las estrellas
cuando el Padre esté cerca...

Epílogo, fe de vida... o lo que sea, brillantemente escrito Jorge/Ramón. En realidad no es posible saber cuantos telediarios nos quedan, pero es cierto que cuando vamos cumpliendo años la estadística clama por visitarnos... Que nos pille bien, con ese gato, una buena botella que degustar y, sobre todo, con esa voluntad de seguir amando.

Un abrazo.

Con una botella, un gato y voluntad de amar, se puede alcanzar el paraíso, ya lo creo, Enrique. Nos quede lo que nos quede, gracias por tus alentadoras palabras, amigo.
Un abrazo

[Jorge Salvador]

"Me queda un cuerpo escombro que no tiene
por dónde ya agarrarlo;
ná tieso a lo que asirme
y escaso parecido con mi sombra;
cuando alguien se me pone a dar por culo
me queda la paciencia justa y menos
para dejarlo vivo hasta que muera."

Querido amigo, he disfrutado mucho leyéndote en esta notable entrega. Ha generado, en mí, una reflexión sobre la vida, el paso del tiempo, la soledad, el amor. Un uso adecuado del lenguaje coloquial y el tono confesional, logra que el poema transmita una sensación de vulnerabilidad y autenticidad que me ha identificado, dejándome un poso de melancolía.
Como siempre, un impecable ritmo lo termina de cuajar líricamente.
Un gran abrazo hermano

Tú sí que sabes conquistar a un hombre, bribonzuelo... como sigas diciéndome tantas cosas bonitas, al final conseguirás que me lance a tu sexual asedio, avisado quedas.
Por cierto, para cuando vienes a la madre patria? recuerda esa paella que dejamos en el fuego....
Siempre a tus pies, hermano, recibe un gran abrazo desde la distancia

[Jorge Salvador]

Hola, Jorge:

Ritmo, sinceridad, Tono intimista y coloquial. Lo del "gato maullando en japonés me ha encantado".

El paso del tiempo es inevitable para todos, pero debemos vivir los años que nos queden amando... eso sí.

Muy bien poema, para reflexionar.

Un beso grande
Ana

Todo un honor, querida Ana. Tendrías que escuchar maullar a ese gato, a veces hasta en latín me habla el tío...
Gracias por pasarte y por dejar tan bonitas palabras.
Un beso grande en la distancia

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema donde la brilla la inteligencia irónica del autor, su desparpajo poético y mordaz.

Todo un placer de lectura, amigo Salvador.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Muy apreciable y agradable el humor que vas destilando a lo largo del poema para acabar con esa estrofa de cierre que nos sorprende y hace aflorar todo el valor del poema. Enhorabuena, abrazo y salud.

[Jorge Salvador]

Un poema donde la brilla la inteligencia irónica del autor, su desparpajo poético y mordaz.

Todo un placer de lectura, amigo Salvador.

Un abrazo.

El placer es mío, estimado poeta. Siempre es un honor y un placer recibirte en este humilde rincón de mis letras.
Gracias por tus palabras. Recibe un fuerte y afectuoso abrazo de vuelta

[Jorge Salvador]

Muy apreciable y agradable el humor que vas destilando a lo largo del poema para acabar con esa estrofa de cierre que nos sorprende y hace aflorar todo el valor del poema. Enhorabuena, abrazo y salud.

Muchas gracias, Julio, en verdad la última estrofa intenta poner en valor la importancia de enfocar nuestra voluntad en las cosas importantes , pues la vida es una prueba de valor donde siempre acabamos por perderlo todo y sólo nos llevaremos de aquí la conciencia que hayamos logrado despertar.
Salud, amigo, un fuerte abrazo