Editorial Alaire

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Jue, 06 Feb 2025 19:59 Muy buen poema, Antonio, con una riqueza de imágenes y metáforas que evocan esa sensación de melancolía.
Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

A. Satír escribió: ↑Jue, 06 Feb 2025 18:58 Me habitabas de vez en cuando,
apenas el granito del cielo
derrumbaba en las canas del otoño,
con tu franela de rocío,
cuando llegaba el bus de la vida a llevarte .

De todas formas te amé a ti,
fugaz como tu mano rondando mi frente,
te amé sabiendo que en ese ir y venir,
en ese llegar para irse
me dejarías con la llaga,
esa que mata a los poetas.

Las costras del firmamento,
las cicatrices del asfalto son nada,
nada, comparado los acantilados de los ojos,
a la grieta que cruza la pétrea hondura de mis labios,
pero no me quejo,
me agasaja el silencio.

Ahora sigues pasando por mi calle
pero ya no me habitas,
con tu franela de rocío,
recuerdo tu mano rondando mi frente,
no me duele,
puedo vivir en este mundo de pétrea hondura,
donde solo me agasaja el silencio.

Carmela Viñas escribió: ↑Jue, 06 Feb 2025 23:04 Hermosos versos de un sentir herido que se acuna solo en el silencio, Satir.
Me ha encantado leerte.
Abrazos.

E. R. Aristy escribió: ↑Vie, 07 Feb 2025 2:01

A. Satír escribió: ↑Jue, 06 Feb 2025 18:58 Me habitabas de vez en cuando,
apenas el granito del cielo
derrumbaba en las canas del otoño,
con tu franela de rocío,
cuando llegaba el bus de la vida a llevarte .

De todas formas te amé a ti,
fugaz como tu mano rondando mi frente,
te amé sabiendo que en ese ir y venir,
en ese llegar para irse
me dejarías con la llaga,
esa que mata a los poetas.

Las costras del firmamento,
las cicatrices del asfalto son nada,
nada, comparado los acantilados de los ojos,
a la grieta que cruza la pétrea hondura de mis labios,
pero no me quejo,
me agasaja el silencio.

Ahora sigues pasando por mi calle
pero ya no me habitas,
con tu franela de rocío,
recuerdo tu mano rondando mi frente,
no me duele,
puedo vivir en este mundo de pétrea hondura,
donde solo me agasaja el silencio.

Maravilloso poema, Satir. De compacto sentimiento y evocador hasta hacer vibrar a las piedras! Te felicito por tu gran talento poético. Abrazos

A. Satír escribió: ↑Jue, 06 Feb 2025 18:58 Me habitabas de vez en cuando,
apenas el granito del cielo
derrumbaba en las canas del otoño,
con tu franela de rocío,
cuando llegaba el bus de la vida a llevarte .

De todas formas te amé a ti,
fugaz como tu mano rondando mi frente,
te amé sabiendo que en ese ir y venir,
en ese llegar para irse
me dejarías con la llaga,
esa que mata a los poetas.

Las costras del firmamento,
las cicatrices del asfalto son nada,
nada, comparado los acantilados de los ojos,
a la grieta que cruza la pétrea hondura de mis labios,
pero no me quejo,
me agasaja el silencio.

Ahora sigues pasando por mi calle
pero ya no me habitas,
con tu franela de rocío,
recuerdo tu mano rondando mi frente,
no me duele,
puedo vivir en este mundo de pétrea hondura,
donde solo me agasaja el silencio.

Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 07 Feb 2025 15:01 Buen poema, que he disfrutado.

Ya el título llamaba a ello.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Vie, 07 Feb 2025 16:17 Qué bien escribes, Antonio:

Me ha encantado recorrer despacio los versos de tu maravilloso poema.

Enhorabuena
Un beso
Ana