Todo por el arte, todo por la raza.

[Ricardo López Castro]

El hombre juzga
el hombre poderoso los mete a todos en el mismo saco
el hombre intenta imitar al hombre poderoso
a través del ego,

el hombre y la mujer y el hombre gay y la mujer gay o de cualquier tendencia sexual, raza, credenciales, religión, creencias,
sufren por igual el dominio del hombre poderoso
que se entretiene acabando con integridad, salud, tranquilidad y vida, del hombre y la mujer de todas las condiciones.

Todos clamamos contra eso.
Hay un sistema del que no todo el mundo participa,
y que a los demás controla y crucifica.

No, no es para que todas esas personas, todos esos seres humanos se “suban al carro”.

Circula entre los humanos el bulo de la desconfianza y de la carencia de sentimientos, valores, virtudes, empatía.

Circula y circula.
Nadie sabe si cada vez más rápido o más lento.
Nadie lo ve, muchos obran de manera opuesta a los bulos.
Nadie se pone de acuerdo con nadie, más que con los que actúan según el mismo “código”que ellos.

Abrir la mente es fundamental, ya que a veces el prójimo, lo haga con buenas o malas intenciones,
puede destruir la integridad, y muchas otras cosas.

El hombre o mujer poderoso vive de su opulencia, su ego.
Pero en el fondo lo hace porque ha perdido la fe en sí mismo como Ser Humano.

A los demás terrícolas los ve como enemigos, obstáculos,
escollos.
Pero hay un matiz importante:
Nadie quiere quedarse solo,
y los “destructores” no tienen metas y objetivos.

Ni siquiera planes para acabar con la raza humana,
no podrían sobrevivir sin el resto de la estirpe.

En cierto modo, el sentimiento, la conciencia sobre todas estas afirmaciones,
puede más que la naturaleza humana.
Un hombre no puede ni podrá jamás acabar con su raza.
Un hombre nunca podrá ser más que lo que es.

Nos cargan la culpa,
y lo acatamos rápidamente,
y así se completa, poco a poco, el círculo perfecto de las conciencias alienadas,
sin espacio para el perdón.

Por encima del bien y del mal no hay ningún ser de carne y hueso.

La genética de los seres humanos es la misma para todos.
Nadie nace para masacrar o sublimar.

Pero sí para matar el tiempo.
Nos ayudamos, cada vez más,
porque hay cada vez más pobreza,
menos ilusiones.

El ser humano tiene futuro.
Si no ya no estaríamos aquí ninguno.
Crean en lo que les dé paz,
yo creo en el hombre y la mujer, porque han salido a flote,
después de ir a la deriva,
como el mar se acaba cuando pisa la arena,
porque nada ni nadie pudieron corromperme.