Editorial Alaire

manaháhtaan


A mi querido amigo Miguel en nuestro encuentro en el lugar para juntar la (madera para hacer) el arco, conocido hoy como Manhattan.





Quis sicut Deus

Si bien recuerdo, aquel patricio se levantó de su silla de ruedas y como quien cruza un río convulso y envuelto en plumas, extendió su brazo hacia mi dirección con un obulo de semillas de girasol y maiz y míseros cacahuetes.

Se sentía un latido en unísono pulseando un gentil soplido a medida que nos íbamos arremolinando entre alas y suaves suspiros. Habíamos los de más cerca, los que se acercaban más y más, los que a unos pasos eran testigos de la alegría que daba aquel espectáculo improvisado al frente de la Catedral antigua. No obstante no importaba distancia alguna, tarde o temprano el piso, estremeciendose, nos descascaria y en el centrifugo núcleo, mudamente, nos haría palomas en la ciudad.

Renunciando a la ración del tiempo, nos dimos alas sobre las alas del lisiado malabarista que nos preparó la tierra con su mineral aroma y nos lanzó al cielo infinito.





E.R.Aristy

¡Pero qué lindo! Gracias Roxanne por plastar tan bellamente ese instante mágico. Fue como si las puseran allí par ti, para que tus manos se convirtieran en dos palomas más y volamos. El cuadro quedará en mi retina para siempre. Me hiciste feliz.

Un beso y buen día queriida amiga, Dios te bendiga

Intenso e interesante.

Francisco Enrique León.

Muy interesante.

Tienes una pluma elegantísima y que derrocha calidad y cultura.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

Armilo Brotón escribió: ↑Lun, 07 Oct 2024 15:40 ¡Pero qué lindo! Gracias Roxanne por plastar tan bellamente ese instante mágico. Fue como si las puseran allí par ti, para que tus manos se convirtieran en dos palomas más y volamos. El cuadro quedará en mi retina para siempre. Me hiciste feliz.

Un beso y buen día queriida amiga, Dios te bendiga

Volamos, querido Miguel! Muy agradecida por todo cuanto compartimos. Ojalá nos juntemos otra vez. Un fuerte abrazo.

P.S.

Me hiciste feliz también, amigo!

Qué bonito este recuerdo que queda para siempre en vuestra memoria, Roxane y Miguel.
Y que generosidad compartirlo, gracias por estas vivencias.

Abrazos a los dos.

Tuve la fortuna, y excepcional azar, de visitar una vez la catedral de San Patricio, en Nueva York, donde no creo que vuelva, desgraciadamente, a estar ni a elevarme contemplando, sintiendo su espiritualidad. Afortunadamente, al leer tu poema en prosa, he podido sentir y revivir su elegancia y su magia. Un saludo y gracias por tu regalo, amiga Roxane Aristy.

Estupendo testimonio de un encuentro feliz. Gracias, Roxane. Salud.

Los detalles del encuentro(las palomas, la catedral, la plaza...)están descritos con originalidad y belleza. Hay mucho talento y una forma especial de nombrar las cosas en tus poemas. Un abrazo para ti y para Miguel.

De instantes se revela (en varios sentidos) la vida y se plasma como un presente. Si hasta me parece haber paseado por esas escalinatas, palomas de por medio.
Un abrazo doble desde este viejo convento al que siguen llegando vuelos y vivencias.