Editorial Alaire

Pluvius





A mi interpretación del huevo y la extinción de las enciclopedias y no por menos a la gota que rebosante nos dio a Google y a Virginia Wolff en el stream of consciousness.

En aquellos días la gente del desierto se abrió camino hasta alcanzar la gran metrópolis.
Desde Cabo de Hornos hasta Medias, la gente era el entrenamiento y el negocio, esta simple fórmula era el material prefabricado para construir la edificante fuente del concretismo.

Pluvius, conociendo bien a su mujer, le propuso dos cesáreas. La primera, si sobreviviría el parto de Coitus, y la segunda si llegará a estar su vida en peligro ante la inesperada invasión del mar. ¿El mar? (dijo la voz de Incredulu desde la la cabecera). ¡Cuanto salta a la vista desde el lecho del mar! En aquellos acariciados tiempos, el mar era la gente que se sentaba sobre muchas aguas y así mismo parían primero huevos, después los peces salpicaban las costras en las endurecidas regiones de noches cortas, demasiado cortas para la venganza del mar. Si Cailin se sometía al suplicio del agua, este segundo, el viento gemía recién nacido entre las piernas dichosas que envolviendo la coronilla, discretamente, Cailin fue persuadida a sentir el filo, precipitando sobre el vientre los borbotones de sangre pura y de una herida mortal nacería Voizous. Alguien tiene que ser la voz del viento. (Continuará).


E.R.Aristy

Confirma mi apreciación. Genial. Un abrazo.

Muy bueno y lleno de interés. Espero una nueva entrega.


Lèon Pasternak.

E. R. Aristy escribió: ↑Mar, 17 Sep 2024 15:41 Pluvius

A mi interpretación del huevo y la extinción de las enciclopedias y no por menos a la gota que rebosante nos dio a Google y a Virginia Wolff en el stream of consciousness.

En aquellos días la gente del desierto se abrió camino hasta alcanzar la gran metrópolis.
Desde Cabo de Hornos hasta Medias, la gente era el entrenamiento y el negocio, esta simple fórmula era el material prefabricado para construir la edificante fuente del concretismo.

Pluvius, conociendo bien a su mujer, le propuso dos cesáreas. La primera, si sobreviviería el parto de Coitus, y la segunda si llegará a estar su vida en peligro ante la inesperada invasión del mar. El mar? ! (dijo la voz de Incredulu desde la la cabecera). Cuanto salta a la vista desde el lecho del mar! En aquellos acariciados tiempos, el mar era la gente que se sentaba sobre muchas aguas y así mismo parian primero huevos, después los peces salpicaban las costras en las endurecidas regiones de noches cortas, demasiado cortas para la venganza del mar. Si Cailin se sometia al suplicio del agua, este segundo, el viento gemía recién nacido entre las piernas dichosas que envolviendo la coronilla, discretamente, Cailin fue persuadida a sentir el filo, precipitando sobre el vientre los borbotenes de sangre pura y de una herida mortal nacería Voizous. Alguien tiene que ser la voz del viento. ( continua)


E.R.Aristy

¡Qué interesante, Roxane! me quedo expectante a la espera de esa continuación.

Un abrazo.

¿Sabes?

No logro entender del todo tus escritos, muy probablemente porque mi cultura no llegue a la tuya.

Pero, qué bien se leen, que interesantes son, qué buena escritura tienes, Roxanne.

¿Qué sucede? Que al final, me gustan, me sugieren, me encantan.

E intento aprender, pero no me da.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

Sí que es muy interesante este trabajo tuyo, amiga Era. Si te fijas, verás que te lo he arreglado un poco (tildes y poco más).
Felicidades y un fuerte abrazo.

Francisco Lobo escribió: ↑Mar, 17 Sep 2024 16:04 Confirma mi apreciación. Genial. Un abrazo.

Gracias por el honor de tu vista, Francisco Lobo. abrazo, poeta.

F. Enrique escribió: ↑Mié, 18 Sep 2024 12:30 Muy bueno y lleno de interés. Espero una nueva entrega.


Lèon Pasternak.

Ojalá se de, querido Francisco. Gracias por encontrar este escrito interesante, amigo poeta. Te extraño. Abrazos

E. R. Aristy escribió: ↑Mar, 17 Sep 2024 15:41 Pluvius





A mi interpretación del huevo y la extinción de las enciclopedias y no por menos a la gota que rebosante nos dio a Google y a Virginia Wolff en el stream of consciousness.

En aquellos días la gente del desierto se abrió camino hasta alcanzar la gran metrópolis.
Desde Cabo de Hornos hasta Medias, la gente era el entrenamiento y el negocio, esta simple fórmula era el material prefabricado para construir la edificante fuente del concretismo.

Pluvius, conociendo bien a su mujer, le propuso dos cesáreas. La primera, si sobreviviría el parto de Coitus, y la segunda si llegará a estar su vida en peligro ante la inesperada invasión del mar. ¿El mar? (dijo la voz de Incredulu desde la la cabecera). ¡Cuanto salta a la vista desde el lecho del mar! En aquellos acariciados tiempos, el mar era la gente que se sentaba sobre muchas aguas y así mismo parían primero huevos, después los peces salpicaban las costras en las endurecidas regiones de noches cortas, demasiado cortas para la venganza del mar. Si Cailin se sometía al suplicio del agua, este segundo, el viento gemía recién nacido entre las piernas dichosas que envolviendo la coronilla, discretamente, Cailin fue persuadida a sentir el filo, precipitando sobre el vientre los borbotones de sangre pura y de una herida mortal nacería Voizous. Alguien tiene que ser la voz del viento. (Continuará).


E.R.Aristy

Una lectura que me estremeció a los catorce fue "A brave new world" por el escalofriante final. Tu relato, amiga mía, empieza con mucha fuerza. "Alguien tiene que ser la voz del viento". Gracias por esta entrega.

Unha aperta.

Marisa Peral escribió: ↑Mié, 18 Sep 2024 13:31

E. R. Aristy escribió: ↑Mar, 17 Sep 2024 15:41 Pluvius

A mi interpretación del huevo y la extinción de las enciclopedias y no por menos a la gota que rebosante nos dio a Google y a Virginia Wolff en el stream of consciousness.

En aquellos días la gente del desierto se abrió camino hasta alcanzar la gran metrópolis.
Desde Cabo de Hornos hasta Medias, la gente era el entrenamiento y el negocio, esta simple fórmula era el material prefabricado para construir la edificante fuente del concretismo.

Pluvius, conociendo bien a su mujer, le propuso dos cesáreas. La primera, si sobreviviería el parto de Coitus, y la segunda si llegará a estar su vida en peligro ante la inesperada invasión del mar. El mar? ! (dijo la voz de Incredulu desde la la cabecera). Cuanto salta a la vista desde el lecho del mar! En aquellos acariciados tiempos, el mar era la gente que se sentaba sobre muchas aguas y así mismo parian primero huevos, después los peces salpicaban las costras en las endurecidas regiones de noches cortas, demasiado cortas para la venganza del mar. Si Cailin se sometia al suplicio del agua, este segundo, el viento gemía recién nacido entre las piernas dichosas que envolviendo la coronilla, discretamente, Cailin fue persuadida a sentir el filo, precipitando sobre el vientre los borbotenes de sangre pura y de una herida mortal nacería Voizous. Alguien tiene que ser la voz del viento. ( continua)


E.R.Aristy

¡Qué interesante, Roxane! me quedo expectante a la espera de esa continuación.

Un abrazo.

Me alegra que te parezca Pluvius interesante, querida Marisa. Abrazos

Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 20 Sep 2024 11:42 ¿Sabes?

No logro entender del todo tus escritos, muy probablemente porque mi cultura no llegue a la tuya.

Pero, qué bien se leen, que interesantes son, qué buena escritura tienes, Roxanne.

¿Qué sucede? Que al final, me gustan, me sugieren, me encantan.

E intento aprender, pero no me da.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

Agradezco tu sinceridad y me recuerda a mi muchas veces tratando de entender algunos escritos, algunos que francamente abandoné y no les pondría las manos aunque me digan que es el mapa para llegar al país de las maravillas. Jkajaja. Una vez, siendo muy joven estuve en el Viejo San Juan, en el patio de Sam, un lugar "artsie" con " open mike", yo andaba sola y llegué por casualidad hasta ahí. Tenia yo como veinte años. En el restaurante habían tres gatos y yo que me senté en la parte de atrás. Alguien cantó y se empezó a animar la tarde. Aunque estaba sumida en una depresión ( había abandonado la universidad), como una zombie me acerqué al pequeño escenario y saqué de mi bolso un poema enrollado, no había hablado por dos o tres meses ( solo lo indispensable), y pues primero miré al público, unos cuántos entusiasmados por alguna forma de entrenamiento. Mientras sacaba mi rollo del bolso, les hice la breve anécdota de que era lo último que había escrito. Es lo único que recuerdo, luego un chico se puso de pie y aplaudió y gritó: qué voz, qué voz! Ahora vuelve a leer para escuchar qué dice el poema. Créeme Alejandro, muchas veces ni yo misma entiendo algunas cosas que escribo hasta años después. La voz del interlocutor, la peripecia, el extraño dolor...A veces pienso que se debe escribir para comunicar algo, y muchas más atiendo el rapto de querer expresarme. Gracias nuevamente por tu presencia en mis intentos. Abrazos