simplemente perdurar
cuando ya no hay expectativas.
Que irritante es su estancia
su angustia, su poesía,
parado en las rutas del silencio
enfermo, boquiabierto, melancólico,
despojado de su fe y sus esperanzas,
sin nada para dar, ni siquiera sus caricias.
Que difícil entender sus actitudes
inmersas en dolores y en alquimias.
Que arduo, para el hombre,
soportar sus inquietudes
permanecer en el tiempo
cuando el tiempo se termina.
EL ÚLTIMO PASO (A Walter Faila)
Qué triste es tener que escribirlo,
saber que a cada gota de tinta
los sentimientos se llenarán de llagas,
no existirán expectativas
ni habrá posibilidad de evitarlo.
Qué doloroso es versar,
gritar con palabras
para evitar que éstas sean atrapadas en el silencio.
Es terrible anidar por los caminos tortuosos,
donde sufrir el caminar herido, sin aliento,
de un ser humano rendido a su vaga esperanza,
a su nula fe
y a esos sueños despojados de blanco amanecer.
Qué amargo se hace vivir sin abrazos,
sin apretones de manos,
sin besos en las mejillas
y sin lágrimas de felicidad resbalando por los pómulos.
Qué duro es no entender
que todo lo vivido, lo conocido,
en esta vulgar vida,
se acaba en tan solo un segundo.
¡Qué hipócrita aquel que no lo ha entendido!