A un gato callejero

[Ana Muela Sopeña]

Exploras la ciudad desde la sombra
más allá del misterio de las calles
y sorprendes a todos
con tus ojos profundos como estrellas.

A veces te refugias
debajo de los coches
o te instalas despierto tras un muro.

Escapas de la lluvia en la quietud
y ofreces tus maullidos
a los solitarios asustados.

Tu ronroneo es parte de tu enigma.

Te buscas la comida sin descanso
aunque ahora
es mucho más difícil
por los contenedores tan herméticos.

Hay almas compasivas que te cuidan.

Allí donde hay un gato callejero
no hay ratas ni ratones.

Eres un vigilante de lo oscuro.

Las almas de los muertos
escapan de tu aura protectora.

Cuando en silencio suenan las campanas
de una iglesia remota,
bostezas guareciéndote en los pórticos
y entonas tu canción de madrugada
desde el mutismo suave de tu herida.


Ana Muela Sopeña

[Ramón Carballal]

Hay algo que es misterioso en los gatos callejeros. Aquí los has recordado con versos de calidad como es habitual en tu poesía. Abrazos.

[Carmen Moro Frías]

Hola Ana.
Me ha gustado tu poema a los gatos callejeros.
Me parece una acción noble y además consigues hacer una oda a ellos maravillosa.
Un abrazo

[Armilo Brotón]

¡Bravo por este tierno poema y su impecable métrica! Su aparante desnudez está plagada de imágenes que nos emocionan y sensibilizan sobre las otras vidas.

Un abrazote querida amiga

[Alejandro Costa]

Original y metafórico escrito.

Se podría aplicar a un ser humano.

Me ha gustado.

Un beso.

Salud, paz, y felicidad.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Ramón, por venir:

Un beso grande
Ana

[Gabriel Capó Vidal]

Me ha encantado el poema y el gato.

[Ana García]

Ya no se ven tantos gatos callejeros como antes o se esconden de los humanos.
Me ha gustado mucho el cierre y, a Reina, mi gata mucho más.
Un fuerte abrazo y un ronroneo gatuno.

[Marisa Peral]

¡Qué buen poema gatuno nos dejas!

Tienen ese misterio que los asocia a las brujas y es cierto que cada vez hay menos gatos callejeros, supongo que irá por barrios.
A los madrileños nos llaman “Gatos” a los que al menos sus dos padres han nacido en Madrid. El origen de este curioso término se remonta a principios de la Edad Media.

Me ha gustado tu poema.
Gracias y un beso.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Carmen, por tu bello comentario:

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Armilo, por brindarme tus bellas palabras sobre este poema de gatos. Me encantan los gatos.

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco tus palabras, Alejandro:

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Qué bueno, Gabriel, que el gato también te haya gustado.

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Recuerdos a tu gata Reina, Ana:

Un beso enorme
Ana