¿Dónde?

[Pilar Morte]

SENCILLO, SENCILLO EN LA TIERRA

1.-La ciudad atrapa,
engulle con colmillos de cemento.
Atrae con maniquíes,
cafeterías de lujo y estrellas Michelín.
Propaga expectativas ofreciendo futuro, iluminando
plurales medios de cultura.
La ciudad tiene la prisa del que se arremolina
en autobuses híbridos,
atándote al asfalto, a las luces que activan los sueños
como oleaje de arcoíris.

Pero… Ay, de aquel inmerso
en soledad hiriente
sin que nadie le mire a los ojos.
Intenta dominar su triste savia con valor y coraje
para salir del pozo donde el vacío llena los albas.


2.-Lejos quedan los pueblos con ausencia de semen
que mantenía vivas la calle Mayor y sus arterias.
Las Escuelas cerraron las risas, y dibujos mohosos resbalan
por la humedad de las paredes. En la farmacia se hundieron
estanterías malogradas, y se agrietó el tejado de la tienda
que ofertaba pan al tiempo que sellos para las cartas.
La falta de médico agranda la desazón de las urgencias.
Murió el tañer de campanas como voces amigas
Nadie aspira a habitar las casas
que el tiempo respetó como testigo del pasado.
Los que no abandonaron, comparten sus rutinas
y sufren sus campos baldíos.
Se fueron tras un horizonte de ideales polícromos.
El pueblo perdió músculo, y la sangre propaga su impotencia
como un río perdido.
¡Qué desoladas calles y praderas!
¡Qué desaparición de juegos junto al río llenando el aire
de la vivacidad infantil no herida!


3.-Descubrí nueva ruta.
Mudé asfalto por tierra,
los centros comerciales por valles,
la prisa por el vuelo sosegado.
Capto la vibración del campo, simbiosis celular,
principio y final, vida y muerte.
Música verdadera centellea
en la explosión de los brotes, la matemática expresada en formas.
Aprecio andar donde gotea la emoción de la tierra.

Brotaron hayas infantiles
dando sentido a las estaciones
donde el frío recorre transformadas vértebras
que sienten el calor de los hogares encendidos,
las raíces del pueblo vivo.
Y espero en paz el último invierno.

[Ramón Castro Méndez]

Me ha gustado mucho tu poema, querida Pilar. El abandono de los pueblos, donde la vida cotidiana era más sencilla, más llevadera, incluso más alegre, donde uno se sentía más cercano a la gente a la naturaleza, estaba más vivo han sido un lastre para nuestra civilización. Las ciudades, por contra, nos individualizan, nos hacen ser más anónimos, nos hacen ver la vida dentro de ese bucle de la prisa... algo en nosotros parece ir muriendo.

Enhorabuena por estas letras tan sentidas y certeras.

Un afectuoso abrazo, amiga.

[Óscar Distéfano]

SENCILLO, SENCILLO EN LA TIERRA

1.-La ciudad atrapa,
engulle con colmillos de cemento.
Atrae con maniquíes,
cafeterías de lujo y estrellas Michelín.
Propaga expectativas ofreciendo futuro, iluminando
plurales medios de cultura.
La ciudad tiene la prisa del que se arremolina
en autobuses híbridos,
atándote al asfalto, a las luces que activan los sueños
como oleaje de arcoíris.

Pero… Ay, de aquel inmerso
en soledad hiriente
sin que nadie le mire a los ojos.
Intenta dominar su triste savia con valor y coraje
para salir del pozo donde el vacío llena los albas.


2.-Lejos quedan los pueblos con ausencia de semen
que mantenía vivas la calle Mayor y sus arterias.
Las Escuelas cerraron las risas, y dibujos mohosos resbalan
por la humedad de las paredes. En la Farmacia se hundieron
estanterías malogradas, y se agrietó el tejado de la tienda
que ofertaba pan al tiempo que sellos para las cartas.
La falta de médico agranda la desazón de las urgencias.
No tañen las campanas.
Nadie aspira habitar las casas
que el tiempo respetó como testigo del pasado.
Los que no abandonaron, comparten sus rutinas
y sufren sus campos baldíos.
Se fueron tras un horizonte de ideales polícromos.
El pueblo perdió músculo, y la sangre propaga su impotencia
como un río perdido.
¡Qué desoladas calles y praderas!
¡qué desaparición de juegos junto al río llenando el aire
de la vivacidad infantil no herida!


3.-Descubrí nueva ruta.
Mudé asfalto por tierra,
los centros comerciales por valles,
la prisa por el vuelo sosegado.
Capto la vibración del campo, simbiosis celular,
principio y final, vida y muerte.
Música verdadera centellea
en la explosión de los brotes, la matemática expresada en formas.
Aprecio andar donde gotea la emoción de la tierra.

Brotaron hayas infantiles
dando sentido a las estaciones
donde el frío recorre transformadas vértebras
que sienten el calor de los hogares encendidos,
las raíces del pueblo vivo.
Y espero en paz el último invierno.

Lo siento como un reclamo que aprisiona las raíces de tanta vida auténtica y verdadera. Empujados por la impiedad de la civilización, nada podemos hacer para remediar el triste abandono. Es como si la suma de todos los recuerdos fuera enterrada, y los fantasmas de aquellas vivencias siguieran vagando sobre la tierra vacía y yerma. Es como un lamento al infinito.
La voz poética se desgarra sobre un ritmo melancólico que agrada.

Un saludo de empatía.
Óscar

[Pilar Morte]

Me ha gustado mucho tu poema, querida Pilar. El abandono de los pueblos, donde la vida cotidiana era más sencilla, más llevadera, incluso más alegre, donde uno se sentía más cercano a la gente a la naturaleza, estaba más vivo han sido un lastre para nuestra civilización. Las ciudades, por contra, nos individualizan, nos hacen ser más anónimos, nos hacen ver la vida dentro de ese bucle de la prisa... algo en nosotros parece ir muriendo.

Enhorabuena por estas letras tan sentidas y certeras.

Un afectuoso abrazo, amiga.

Me alegra mucho que te haya gustado este sencillo poema. Sí, es como dices. Poner los ojos en la naturaleza reconforta , es volver a lo que somos. Te agradezco tus, también , certeras palabras.
Un abrazo grande y salud

[E. R. Aristy]

SENCILLO, SENCILLO EN LA TIERRA

1.-La ciudad atrapa,
engulle con colmillos de cemento.
Atrae con maniquíes,
cafeterías de lujo y estrellas Michelín.
Propaga expectativas ofreciendo futuro, iluminando
plurales medios de cultura.
La ciudad tiene la prisa del que se arremolina
en autobuses híbridos,
atándote al asfalto, a las luces que activan los sueños
como oleaje de arcoíris.

Pero… Ay, de aquel inmerso
en soledad hiriente
sin que nadie le mire a los ojos.
Intenta dominar su triste savia con valor y coraje
para salir del pozo donde el vacío llena los albas.


2.-Lejos quedan los pueblos con ausencia de semen
que mantenía vivas la calle Mayor y sus arterias.
Las Escuelas cerraron las risas, y dibujos mohosos resbalan
por la humedad de las paredes. En la Farmacia se hundieron
estanterías malogradas, y se agrietó el tejado de la tienda
que ofertaba pan al tiempo que sellos para las cartas.
La falta de médico agranda la desazón de las urgencias.
Murió el tañer de campanas como voces amigas
Nadie aspira a habitar las casas
que el tiempo respetó como testigo del pasado.
Los que no abandonaron, comparten sus rutinas
y sufren sus campos baldíos.
Se fueron tras un horizonte de ideales polícromos.
El pueblo perdió músculo, y la sangre propaga su impotencia
como un río perdido.
¡Qué desoladas calles y praderas!
¡qué desaparición de juegos junto al río llenando el aire
de la vivacidad infantil no herida!


3.-Descubrí nueva ruta.
Mudé asfalto por tierra,
los centros comerciales por valles,
la prisa por el vuelo sosegado.
Capto la vibración del campo, simbiosis celular,
principio y final, vida y muerte.
Música verdadera centellea
en la explosión de los brotes, la matemática expresada en formas.
Aprecio andar donde gotea la emoción de la tierra.

Brotaron hayas infantiles
dando sentido a las estaciones
donde el frío recorre transformadas vértebras
que sienten el calor de los hogares encendidos,
las raíces del pueblo vivo.
Y espero en paz el último invierno.

Qué sabia elección, Pilar! Hay un regreso a las raíces paulatino. Sin embargo son más quienes abandonan el campo. La Civilización es una maquinaria que aplasta las flores para hacer otro mall. Te felicito por este bello poema.

[Marisa Peral]

Al norte, Pilar, a mi me tira el Norte.

Qué buen poema y cuánta verdad encierra.
Me ha encantado leerte e identificarme en tus versos.

Hace unos días me pasaron un mapa de España en el que señalaban el pueblo más bonito de cada provincia y salió el mío. Una amiga contestó enfadada diciendo que dejasen de hacer tanta publicidad porque cuando vamos está lleno.
Yo le dije que pregunte a los que viven allí todo el año a ver qué les parece que deje de ir la gente, que no se celebren pruebas deportivas que no haya conciertos.
Porque nosotros, jubilados todos, podemos elegir fechas en las que el pueblo sea para nosotros, pero también nos quejamos porque los negocios descansan.

Nunca llueve a gusto de todos pero hay que recuperar la vida de los pueblos.

Felicidades Pilar, vaya rollo he soltado

Un beso.

[Pilar Morte]

SENCILLO, SENCILLO EN LA TIERRA

1.-La ciudad atrapa,
engulle con colmillos de cemento.
Atrae con maniquíes,
cafeterías de lujo y estrellas Michelín.
Propaga expectativas ofreciendo futuro, iluminando
plurales medios de cultura.
La ciudad tiene la prisa del que se arremolina
en autobuses híbridos,
atándote al asfalto, a las luces que activan los sueños
como oleaje de arcoíris.

Pero… Ay, de aquel inmerso
en soledad hiriente
sin que nadie le mire a los ojos.
Intenta dominar su triste savia con valor y coraje
para salir del pozo donde el vacío llena los albas.


2.-Lejos quedan los pueblos con ausencia de semen
que mantenía vivas la calle Mayor y sus arterias.
Las Escuelas cerraron las risas, y dibujos mohosos resbalan
por la humedad de las paredes. En la Farmacia se hundieron
estanterías malogradas, y se agrietó el tejado de la tienda
que ofertaba pan al tiempo que sellos para las cartas.
La falta de médico agranda la desazón de las urgencias.
No tañen las campanas.
Nadie aspira habitar las casas
que el tiempo respetó como testigo del pasado.
Los que no abandonaron, comparten sus rutinas
y sufren sus campos baldíos.
Se fueron tras un horizonte de ideales polícromos.
El pueblo perdió músculo, y la sangre propaga su impotencia
como un río perdido.
¡Qué desoladas calles y praderas!
¡qué desaparición de juegos junto al río llenando el aire
de la vivacidad infantil no herida!


3.-Descubrí nueva ruta.
Mudé asfalto por tierra,
los centros comerciales por valles,
la prisa por el vuelo sosegado.
Capto la vibración del campo, simbiosis celular,
principio y final, vida y muerte.
Música verdadera centellea
en la explosión de los brotes, la matemática expresada en formas.
Aprecio andar donde gotea la emoción de la tierra.

Brotaron hayas infantiles
dando sentido a las estaciones
donde el frío recorre transformadas vértebras
que sienten el calor de los hogares encendidos,
las raíces del pueblo vivo.
Y espero en paz el último invierno.

Lo siento como un reclamo que aprisiona las raíces de tanta vida auténtica y verdadera. Empujados por la impiedad de la civilización, nada podemos hacer para remediar el triste abandono. Es como si la suma de todos los recuerdos fuera enterrada, y los fantasmas de aquellas vivencias siguieran vagando sobre la tierra vacía y yerma. Es como un lamento al infinito.
La voz poética se desgarra sobre un ritmo melancólico que agrada.

Un saludo de empatía.
Óscar
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Gracias, querido amigo, por dejar tus acertadas y amables palabras. Me alegran mucho.
Un abrazo grande y salud

[Ramón Carballal]

Las ciudades, en especial las más grandes, son terreno inhóspito, el campo aún conserva su sentido de Arcadia, Un poema lúcido y muy bien escrito. Como siempre he disfrutado leyéndote. Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

¿Dónde?

Magnífica pregunta.

Los pueblos apartados, la España vaciada, la rutina diaria o la gracia de saludar y conocer a todo el mundo. La facilidad de la electrónica, del supermercado al lado de casa, de tantos y tantos lugares para realizar cualquier trámite. Las prisas por aquí, los nervios por allá, el mundo moderno o la humana unión de la vida. El placer de plantar patatas, de construir un mueble poco a poco y único. El despertar con el rocío, con el buenos días de quien se cruza junto a nosotros, o ese semáforo en rojo que no es respetado por un coche. El cantar de un pájaro y el atroz sonido del jaleo cotidiano de la ciudad, de nuestros nervios, los pitidos, los autobuses y la cantidad de robots que se nos cruzan, como muñecos en un escaparate.

¿Dónde?

Fuera de esa jaula de locura denominada ciudad.

Me ha gustado.

Un beso.

Ahora si viene perfecto mi típico cierre: Salud, PAZ y FELICIDAD.

[Pilar Morte]

SENCILLO, SENCILLO EN LA TIERRA

1.-La ciudad atrapa,
engulle con colmillos de cemento.
Atrae con maniquíes,
cafeterías de lujo y estrellas Michelín.
Propaga expectativas ofreciendo futuro, iluminando
plurales medios de cultura.
La ciudad tiene la prisa del que se arremolina
en autobuses híbridos,
atándote al asfalto, a las luces que activan los sueños
como oleaje de arcoíris.

Pero… Ay, de aquel inmerso
en soledad hiriente
sin que nadie le mire a los ojos.
Intenta dominar su triste savia con valor y coraje
para salir del pozo donde el vacío llena los albas.


2.-Lejos quedan los pueblos con ausencia de semen
que mantenía vivas la calle Mayor y sus arterias.
Las Escuelas cerraron las risas, y dibujos mohosos resbalan
por la humedad de las paredes. En la Farmacia se hundieron
estanterías malogradas, y se agrietó el tejado de la tienda
que ofertaba pan al tiempo que sellos para las cartas.
La falta de médico agranda la desazón de las urgencias.
Murió el tañer de campanas como voces amigas
Nadie aspira a habitar las casas
que el tiempo respetó como testigo del pasado.
Los que no abandonaron, comparten sus rutinas
y sufren sus campos baldíos.
Se fueron tras un horizonte de ideales polícromos.
El pueblo perdió músculo, y la sangre propaga su impotencia
como un río perdido.
¡Qué desoladas calles y praderas!
¡qué desaparición de juegos junto al río llenando el aire
de la vivacidad infantil no herida!


3.-Descubrí nueva ruta.
Mudé asfalto por tierra,
los centros comerciales por valles,
la prisa por el vuelo sosegado.
Capto la vibración del campo, simbiosis celular,
principio y final, vida y muerte.
Música verdadera centellea
en la explosión de los brotes, la matemática expresada en formas.
Aprecio andar donde gotea la emoción de la tierra.

Brotaron hayas infantiles
dando sentido a las estaciones
donde el frío recorre transformadas vértebras
que sienten el calor de los hogares encendidos,
las raíces del pueblo vivo.
Y espero en paz el último invierno.

Qué sabia elección, Pilar! Hay un regreso a las raíces paulatino. Sin embargo son más quienes abandonan el campo. La Civilización es una maquinaria que aplasta las flores para hacer otro mall. Te felicito por este bello poema.

Gracias, querida amiga, por tu respuesta a este poema.
Un abrazo grande y salud

[Pilar Morte]

Al norte, Pilar, a mi me tira el Norte.

Qué buen poema y cuánta verdad encierra.
Me ha encantado leerte e identificarme en tus versos.

Hace unos días me pasaron un mapa de España en el que señalaban el pueblo más bonito de cada provincia y salió el mío. Una amiga contestó enfadada diciendo que dejasen de hacer tanta publicidad porque cuando vamos está lleno.
Yo le dije que pregunte a los que viven allí todo el año a ver qué les parece que deje de ir la gente, que no se celebren pruebas deportivas que no haya conciertos.
Porque nosotros, jubilados todos, podemos elegir fechas en las que el pueblo sea para nosotros, pero también nos quejamos porque los negocios descansan.

Nunca llueve a gusto de todos pero hay que recuperar la vida de los pueblos.

Felicidades Pilar, vaya rollo he soltado

Un beso.

Hay que recuperar, como dices, la vida de los pueblos, pero difícil lo pones.
Gracias, querida amiga, por tus gratas palabras.
Un abrazo grande y felicidad

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema precioso, Pilariña, muy bien escrito y con un lenguaje poético incisivo y con imágenes de gran plasticidad.

Las estrofas 1 y 2 nos ofrecen un minucioso fresco, quizá desolador, del medio urbano donde vivimos.

El tercero nos reconcilia con la tierra, con la verdadera autenticidad del planeta que habitamos.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico grande.

[Francisco Lobo]

¡Ay!, Pilar, que eres de mi club. Cada día que pasa me gusta menos la ciudad y amo aún más los campos llenos de verde y tranquilidad. Tu poema me ha llevado desde el asfalto a esos bosques del norte, desde el ruido a la unión con la naturaleza, todo ello con la música de un lenguaje exquisito. Un abrazote.

[Julio Gonzalez Alonso]

Me encanta esa vuelta a la tierra, el agua, la fuente, el monte y la infancia donde se esconde la magia de los juegos y los sueños. Un poema de la experiencia que nos interpela, más allá de la escritura. Un abrazo y salud, Pilar.

[Pilar Morte]

Las ciudades, en especial las más grandes, son terreno inhóspito, el campo aún conserva su sentido de Arcadia, Un poema lúcido y muy bien escrito. Como siempre he disfrutado leyéndote. Un fuerte abrazo.

Gracias, querido amigo, por dejar tu impresión del poema.
Abrazos y felicidad