Editorial Alaire

Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 31 May 2024 20:05 ¡Por Dios!

Vas a conseguir llevarme a un psiquiátrico.

Esta locura es original, muy original y tiene momentos verdaderamente magníficos. Nadie te va a enseñar a escribir a estas alturas.

"Y de madrugada, cuando el centinela abandone su lanza, partiremos juntas a lomos de Rocinante hacía un lugar donde se me olvide llorar."

Pero sin duda, este final me ha enamorado, casi tanto como tú.

Un besazo, Anita.

Salud, paz y felicidad.

Carmen Moro Frías escribió: ↑Vie, 31 May 2024 21:09 Hola Ana,
Bueníssssisimo.
Me ha encantado por su frescura, su originalidad y su saber hacer buenos versos.
Gracias Ana y Enhorabuena

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Vie, 31 May 2024 23:35 Precioso y muy original, Ana:

Al final... la poesía es mejor que el "Prozac". Y... desde luego hay que entrenarse como en un campo de instrucción militar.

Me ha gustado mucho.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Ana García escribió: ↑Vie, 31 May 2024 19:15 Ya tarde, un buen día que hacía mucho calor por la noche y casi, casi de casualidad, me alisté voluntaria al Ejército Literario de Alaire.
Mi máxima inspiración entonces, era alcanzar la estrella de Coma-Andante, porque es la que más viaja, la que pica menos el bigote y está más cerca de la luna-prosa.

Por vocación propia, decidí ingresar en el Cuerpo de Artillería, porque es donde mejor tintan los trajes, donde más licencias se conceden, se combaten más romances con la luna pero, es el menos visitado.

Después, poco a poco, en la Editorial, durante los meses de instrucción, descubrí el artilugio de un pequeño plumitanque de madera del siglo XVI —encontrado en la batalla de Lepanto— en cuyos extremos estaban grabados en oro las huellas dactilares, del índice y pulgar, de todos los poetas de ese lugar.

Por curiosidad, tomé como muestra dos partículas de pólvora de color viejo e indefinido, a continuación deslicé los dedos sobre la mesa de mi garita y de pronto, todo quedó transformado en luz.
Luego, sin abrir los ojos, tiré con suavidad de la hebra y las enrollé a un canutillo de papel que apresuradamente empujé por la boca del cañón.

Cuando desperté, la luna-prosa tenía la cara llena de sangre y me había vomitado, en explosión febril, un Jazz Blues.



Desde entonces, estoy en el calabozo a rancho frío de adjetivos. A la espera de que a toque de diana-poesía, ella regrese con su pico abierto para recoger las chinas de mis lentejas y, construir una muralla donde nadie pueda atacarla de nuevo.

Y de madrugada, cuando el centinela abandone su lanza, partiremos juntas a lomos de Rocinante hacía un lugar donde se me olvide llorar.

Ana García escribió: ↑Vie, 31 May 2024 19:15 Ya tarde, un buen día que hacía mucho calor por la noche y casi, casi de casualidad, me alisté voluntaria al Ejército Literario de Alaire.
Mi máxima inspiración entonces, era alcanzar la estrella de Coma-Andante, porque es la que más viaja, la que pica menos el bigote y está más cerca de la luna-prosa.

Por vocación propia, decidí ingresar en el Cuerpo de Artillería, porque es donde mejor tintan los trajes, donde más licencias se conceden, se combaten más romances con la luna pero, es el menos visitado.

Después, poco a poco, en la Editorial, durante los meses de instrucción, descubrí el artilugio de un pequeño plumitanque de madera del siglo XVI —encontrado en la batalla de Lepanto— en cuyos extremos estaban grabados en oro las huellas dactilares, del índice y pulgar, de todos los poetas de ese lugar.

Por curiosidad, tomé como muestra dos partículas de pólvora de color viejo e indefinido, a continuación deslicé los dedos sobre la mesa de mi garita y de pronto, todo quedó transformado en luz.
Luego, sin abrir los ojos, tiré con suavidad de la hebra y las enrollé a un canutillo de papel que apresuradamente empujé por la boca del cañón.

Cuando desperté, la luna-prosa tenía la cara llena de sangre y me había vomitado, en explosión febril, un Jazz Blues.



Desde entonces, estoy en el calabozo a rancho frío de adjetivos. A la espera de que a toque de diana-poesía, ella regrese con su pico abierto para recoger las chinas de mis lentejas y, construir una muralla donde nadie pueda atacarla de nuevo.

Y de madrugada, cuando el centinela abandone su lanza, partiremos juntas a lomos de Rocinante hacía un lugar donde se me olvide llorar.

Marisa Peral escribió: ↑Sab, 01 Jun 2024 9:41

Ana García escribió: ↑Vie, 31 May 2024 19:15

¡Maravillosa genialidad, Ana!
Me ha gustado muchísimo y destaco las dos estrofas finales.
Enhorabuena y montones de abrazos.

Muchas gracias, Marisa. Se agradece tu comentario.
Otro abrazo fuerte, fuerte para ti.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 01 Jun 2024 10:54 Una propuesta muy original, alabo tu ingenio, y que me ha resultado una muy grata lectura.
Enhorabuena.

Un abrazo grande.

Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Sab, 01 Jun 2024 19:50

Ana García escribió: ↑Vie, 31 May 2024 19:15





Me ha parecido una obra finísima, inspirada y sumamente original.
Creo que has bordado este sentir poético, este discurso limpio y pleno de sensibilidad.
El vídeo hace honor al magnífico momento de lectura.

Ovación sin tregua, querida Ana.
Besos y felicidad.

Muchas gracias, Hallie.
Me encontré pensando en mis inicios en Alaire.
Comenzar en prosa y leyendo mucha poesía.
Y así surgió.

Gracias por tus palabras.
Besos y salud.