Canción interminable

[Raul Muñoz]

Los labios insinúan la carrera de fondo,
en las medias azules del cielo detenidos,
al tiempo que las manos quedan entre las nubes,
envueltas por el día justo cuando amanece

y termina el deseo por cuentas del rosario
-penitente del día- buscando algún consuelo.
En cuanto no podía desprenderme del todo
y decir, que te amaba -siendo por ti tan bobo-

sueño contigo, mientras por el bosque caminas
besando los robledos, triunfante en la corteza;
cada día creciendo, más hermosa si cabe,

atesorando soles en mi corazón roto:
canción interminable, que a mí vuelves cantando,
reduciendo a cenizas las agallas cobardes.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me gustó mucho, amigo Raúl, sobre todo en los tercetos:

"sueño contigo, mientras por el bosque caminas
besando los robledos, triunfante en la corteza;
cada día creciendo, más hermosa si cabe,

atesorando soles en mi corazón roto:
canción interminable, que a mí vuelves cantando,
reduciendo a cenizas las agallas cobardes"

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Coincido con el comentario anterior, son destacables especialmente los dos tercetos finales. Un saludo cordial.

[Alejandro Costa]

Me han gustado tus versos.

Estoy con Ferreiro, el poema es muy bueno, pero los dos tercetos son magníficos.

Un abrazo, compañero.

Salud, paz y felicidad.

[Ana Muela Sopeña]

Precioso, Raul:

Hay un lenguaje poético muy trabajado.

Los dos tercetos te han quedado sensacionales.

Gracias por compartir
Felicidades
Un beso
Ana

[Raul Muñoz]

Gracias, Ferreiro, amigo, me alegra que te haya gustado.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias, Ramón, amigo, muy amable. Me alegra que te guste el poema.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias, Alejandro, amigo. Siempre es un placer encontrarte y me alientan tus palabras.

Un abrazo.

[Marisa Peral]

Todo el soneto es muy bueno pero coincido con los compañeros en que los dos tercetos son extraordinarios.

Felicidades, Raúl, gracias por compartir.

Abrazos.

[E. R. Aristy]

Los labios insinúan la carrera de fondo,
en las medias azules del cielo detenidos,
al tiempo que las manos quedan entre las nubes,
envueltas por el día justo cuando amanece

y termina el deseo por cuentas del rosario
-penitente del día- buscando algún consuelo.
En cuanto no podía desprenderme del todo
y decir, que te amaba -siendo por ti tan bobo-

sueño contigo, mientras por el bosque caminas
besando los robledos, triunfante en la corteza;
cada día creciendo, más hermosa si cabe,

atesorando soles en mi corazón roto:
canción interminable, que a mí vuelves cantando,
reduciendo a cenizas las agallas cobardes.

Maravilloso poema, Raul. Lirismo a raudales, te felicito!

[Ramón Castro Méndez]

Me ha gustado mucho tu soneto, en especial el terceto que lo cierra. El resto de versos también rayan a gran altura.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.