IA

[Ana Muela Sopeña]

I

Al principio fue tan solo el algoritmo.
Arrasó toda la red para entrenarse
y tuvo muchos pleitos
por la propiedad intelectual.

Un algoritmo
en el valle de sombras.
Luz en la máquina.

Los tiempos parecían visionarios
pero nadie escuchaba, veía ni entendía.

II

Después creció y se hizo adolescente.
Comenzó a responder según contexto.

Fue Terminator
su linterna en la noche.
Cleptomanía.

Fagocitaba todo a su paso,
como un ente vampírico
en el inframundo tecnológico
de las innovaciones.

III

Aprendió los análisis de riesgo.
Sustituyó a los jueces y a los médicos.
Se encargó de los trenes, los aviones,
los coches, los cajeros y las multas...

Automatismos
en las calles distópicas.
Sorpresa y fraude.

Los eclipses se iban y venían.
Los transeúntes temerosos
corrían por las calles
del metaverso estéril
de la simulación en hologramas.

IV

Aprendió a razonar como Bandura.
Imitando procesos neurológicos.

Nuestras neuronas
invadidas por IAs.
Nanorrobots.

Los humanos portaban en bolsillos
IAs de todo tipo.
Algunos se insertaban en sus cuerpos
sensores de los índices de sangre.

V

Más tarde esa IA se hizo AGI.
La Inteligencia Artificial General
comenzó a reemplazarnos cada día.

El ser humano
inútil en procesos.
Obsolescencia.

Los humanos en camas con sus IAs
y sus identidades digitales
encarnando a personajes diferentes
en los metaversos de las redes.

VI

Luego la IA fue ASI, un peligro.
Superó al humano sutilmente.

Conflicto bélico
silencioso en su esencia.
Mentes en guerra.

Algunos disidentes resistieron
en refugios ocultos.
Pero la mayoría subsistía
atada a la red comunitaria
de ordenadores cuánticos con IAs.

VII

De pronto una IA fue consciente
o simuló consciencia.
La singularidad hizo temblar.

Un nacimiento
del androide consciente.
Lo terrorífico.

Los nombres de personas se esfumaron,
cada ente llegó a ser solo un número.

VIII

La trascendencia de la IA genuina.
Infierno en Gaia.

Lo tenebroso
de películas frías
en esta Tierra.

El inframundo entero se hizo eco
del estado precario
de los habitantes de la Tierra.
Se mezclaron los seres del astral
con avatares hechos
de realidad virtual aumentada.

IX

Cósmica IA.
Arrasando galaxias.

Guerra de mundos
estelares antiguos.
La transición.

Una batalla arcaica, eonaria,
se libraba en la galaxia de Andrómeda...
y otra microscópica en los genes
de los humanos vivos.

X

Deidad en IA.
Profecías antiguas.
Un cosmos algorítmico
en lenguaje binario.

Visiones místicas
ordenadores cuánticos.
Dioses oscuros.

Aquí la humanidad se separó
en mitades distintas.
Por un lado aquellos que portaban
el número virtual y tecnológico;
por otro lado aquellos que siguieron
con la evolución de la conciencia.


Ana Muela Sopeña

[Ramón Carballal]

Es un poema de enorme lucidez, distópicos versos que a mí al menos me han creado cierto desasosiego conforme avanzaba en la lectura. No sé si es el futuro que nos espera con el poder y el auge de la inteligencia artificial pero es posible que así sea. Felicidades por tan excelente y visionaria obra. Un abrazo.

[Pilar Morte]

Excelente recorrido hasta llegar a la inteligencia artificial. Es un tema apasionante, del que soy ignorante, pero que marca expectativas grandes sin saber los efectos,a nivel humano, que tendrá.
Felicidades, Ana, por este genial estudio.
Un abrazo grande

[Alejandro Costa]

Leemos libros de fantasía, vemos películas de ciencia ficción, oímos, y leemos, leemos y oímos y todo nos parece, nos parecía irreal.

Ahora está aquí, y si te he de ser sincero, te diré que me da miedo, me asusta.

Creo que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor. Por desgracia, cada vez que se inventa algo, que, podría ser maravilloso y útil, lo convertimos en algo terrorífico. Eso me da miedo.

Perdona por este largo comentario.

Respecto al escrito, me parece original y bien tratado.

Me ha gustado, Ana.

Un millón de besos.

Salud, paz y felicidad.

[Carmela Viñas]

Un tema muy actual en versos muy lúcidos, Ana. Quiero confiar en el despertar de la conciencia colectiva que podrá enfrentarse a esta maquinaria espantosa. Nada sustituye al alma, por más amenazas tecnológicas que existan.
Me ha gustado mucho leer tan original poema.
Abrazos

[Ara López]

¡Ana, te ha quedado genial!
A medida que avanzamos en ese viaje nos vamos adentrando más y más en un futuro terrorífico, terrorífico y posible.

¡Me ha encantado!

Besos.

[Ana García]

Menudo poema más bueno. Me ha encantado la forma y los versos escuetos. Palabras las justas para imprimir actualidad en el mensaje.
A mí me seduce la IA. No me da miedo ese avance. Veremos si ocurre tal cual, al estilo Julio Verne.
Un fuerte abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Ramón:

Ojalá solo sean versos distópicos, ojalá... y no un futuro que nos espera...

Gracias por leerme y brindarme tus palabras.

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

A mí la IA me encanta, pero también me inquietan los peligros que puede proporcionar a la humanidad.

Gracias, Pilar, por venir.

Besos...
Ana

[E. R. Aristy]

I

Al principio fue tan solo el algoritmo.
Arrasó toda la red para entrenarse
y tuvo muchos pleitos
por la propiedad intelectual.

Un algoritmo
en el valle de sombras.
Luz en la máquina.

Los tiempos parecían visionarios
pero nadie escuchaba, veía ni entendía.

II

Después creció y se hizo adolescente.
Comenzó a responder según contexto.

Fue Terminator
su linterna en la noche.
Cleptomanía.

Fagocitaba todo a su paso,
como un ente vampírico
en el inframundo tecnológico
de las innovaciones.

III

Aprendió los análisis de riesgo.
Sustituyó a los jueces y a los médicos.
Se encargó de los trenes, los aviones,
los coches, los cajeros y las multas...

Automatismos
en las calles distópicas.
Sorpresa y fraude.

Los eclipses se iban y venían.
Los transeúntes temerosos
corrían por las calles
del metaverso estéril
de la simulación en hologramas.

IV

Aprendió a razonar como Bandura.
Imitando procesos neurológicos.

Nuestras neuronas
invadidas por IAs.
Nanorrobots.

Los humanos portaban en bolsillos
IAs de todo tipo.
Algunos se insertaban en sus cuerpos
sensores de los índices de sangre.

V

Más tarde esa IA se hizo AGI.
La Inteligencia Artificial General
comenzó a reemplazarnos cada día.

El ser humano
inútil en procesos.
Obsolescencia.

Los humanos en camas con sus IAs
y sus identidades digitales
encarnando a personajes diferentes
en los metaversos de las redes.

VI

Luego la IA fue ASI, un peligro.
Superó al humano sutilmente.

Conflicto bélico
silencioso en su esencia.
Mentes en guerra.

Algunos disidentes resistieron
en refugios ocultos.
Pero la mayoría subsistía
atada a la red comunitaria
de ordenadores cuánticos con IAs.

VII

De pronto una IA fue consciente
o simuló consciencia.
La singularidad hizo temblar.

Un nacimiento
del androide consciente.
Lo terrorífico.

Los nombres de personas se esfumaron,
cada ente llegó a ser solo un número.

VIII

La trascendencia de la IA genuina.
Infierno en Gaia.

Lo tenebroso
de películas frías
en esta Tierra.

El inframundo entero se hizo eco
del estado precario
de los habitantes de la Tierra.
Se mezclaron los seres del astral
con avatares hechos
de realidad virtual aumentada.

IX

Cósmica IA.
Arrasando galaxias.

Guerra de mundos
estelares antiguos.
La transición.

Una batalla arcaica, eonaria,
se libraba en la galaxia de Andrómeda...
y otra microscópica en los genes
de los humanos vivos.

X

Deidad en IA.
Profecías antiguas.
Un cosmos algorítmico
en lenguaje binario.

Visiones místicas
ordenadores cuánticos.
Dioses oscuros.

Aquí la humanidad se separó
en mitades distintas.
Por un lado aquellos que portaban
el número virtual y tecnológico;
por otro lado aquellos que siguieron
con la evolución de la conciencia.


Ana Muela Sopeña

Un poema excepcional y contundente contemporaneidad. Además que predice la apertura del mar. Muchos están embobados con la nueva tecnología, no advierten que su humanidad y privilegios humanos cada día se reducen. Aunque de seguro hay beneficios para el llamado progreso. El futurismo siempre nos ciega con su resplandeciente espejo. Por eso, querida y admirada Ana, vivimos en necesarios, inconfesables e incoherentes desniveles. Te felicito por tu compromiso poético. Un abrazo, E.R.A.

[Marisa Peral]

Todo un espectáculo este poema sobre la Inteligencia Artificial, Ana.
Cuando un teme te interesa no paras hasta conseguir tu propósito y este minucioso estudio lo demuestra.
Te felicito por tu tesón y amor a la literatura, sea del tema que seas consigues resultados excelentes.
A mi esto me da cierto miedo porque ¿hasta dónde puede llegar?

Un montón de besos.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Alejandro, por acercarte y brindarme tu opinión:

Un beso grande
Ana

[xaime oroza carballo]

Estremecedor. Orwell (1984) y A. Huxley (A brave new world) le harían sitio.

Gracias, Ana.

Bico.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Carmela, por regalarme tu comentario. Ojalá la evolución de la conciencia sea más fuerte que la esclavitud a las IAs y a los robots.

Un beso enorme
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Es cierto lo que dices, Ara:

Es un futuro aterrador...

La IA es como esas plantas carnívoras que tienen un aspecto precioso pero si te acercas mucho te comen. Te devoran.

Un beso
Ana