Hierro dulce y níquel

[Ramón Castro Méndez]

Conocimos la tempestad que hiere,
y la quietud tras cada herida,
-cada hora de mi tiempo es una pequeña herida-,
el color del cielo en las mareas,
los árboles inmóviles ante el devenir de las auroras.

Tú llegaste, como el otoño, al final del duelo,
con el fruto de la nieve a punto de florecer entre las manos,
con un pájaro dormido agitándose en el pecho,
con el sabor a hierro dulce en los labios
y, apenas, una brizna de ponto azul en la mirada.

Hay confusas señales en los cielos,
y las estrellas derraman en mi copa innumerables lágrimas de níquel.
¿Qué brisa u óleo te trajo hasta mí esta noche tan distante de la vida?
Yo que siempre he temido por mi suerte
y aún conservo todos mis sueños adentro de los párpados.

[F. Enrique]

Me ha gustado mucho tu poema, Ramón. Escribes muy bien, mantienes la esperanza en cada verso y un ritmo envidiable.

Un abrazo.

[Armilo Brotón]

Esto es un notable ejemplo de la versatilidad del Corumelo, no todo son los exabruptos de elPrior. El orondo Frodimir deja bien alta la lírica, la emoción, la dulzura y la impronta romántica que adorna, también, al monasterio. Y que nadie piense que esto es una forma de atraer novicias, que hay mucho mal pensado.
Buenos versos hermano, siempre estás a la altura.

Abrazote y nos vemos en el refectorio, tráete el julajó.

[Marisa Peral]

Conocimos la tempestad que hiere,
y la quietud tras cada herida,
-cada hora de mi tiempo es una pequeña herida-,
el color del cielo en las mareas,
los árboles inmóviles ante el devenir de las auroras.

Tú llegaste, como el otoño, al final del duelo,
con el fruto de la nieve a punto de florecer entre las manos,
con un pájaro dormido agitándose en el pecho,
con el sabor a hierro dulce en los labios
y, apenas, una brizna de ponto azul en la mirada.

Hay confusas señales en los cielos,
y las estrellas derraman en mi copa innumerables lágrimas de níquel.
¿Qué brisa u óleo te trajo hasta mí esta noche tan distante de la vida?
Yo que siempre he temido por mi suerte
y aún conservo todos mis sueños adentro de los párpados.

Una maravilla este poema, Ramón, reitero lo que dice Armilo, elPrior o San Serenín del Monte.

Felicidades y otro abrazo.

[Armilo Brotón]

Una maravilla este poema, Ramón, reitero lo que dice Armilo, elPrior o San Serenín del Monte.

Felicidades y otro abrazo.

¡Hostias! A San Serenín del Monte de Venus lo tenemos como postulante, ¿cómo lo sabías amiga? Era un secreto a voces bien guardado.
Está de lego en el monasterio, pero apunta formas bajo la sotana, hierro dulce y níquel, estás en todo Marisa.
Podrías ser una buena novicia, atenta y complaciente.
Abrazo.

[Ramón Carballal]

Un poema muy bello y muy bien escrito. Felicidades y un abrazo.

[Alejandro Costa]

Muy bueno, Ramón.

Por si no lo sabes, o nunca te lo he dicho, escribes de maravilla.

Un abrazo, compañero.

Salud, paz y felicidad.

[Julio Gonzalez Alonso]

Excelente el equilibrio y armonía de un poema bien escrito. Felicitaciones, Ramón. Y salud.

[Ramón Castro Méndez]

Me ha gustado mucho tu poema, Ramón. Escribes muy bien, mantienes la esperanza en cada verso y un ritmo envidiable.

Un abrazo.

Muchas gracias, F. Enrique, por tu lectura y generoso comentario.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Esto es un notable ejemplo de la versatilidad del Corumelo, no todo son los exabruptos de elPrior. El orondo Frodimir deja bien alta la lírica, la emoción, la dulzura y la impronta romántica que adorna, también, al monasterio. Y que nadie piense que esto es una forma de atraer novicias, que hay mucho mal pensado.
Buenos versos hermano, siempre estás a la altura.

Abrazote y nos vemos en el refectorio, tráete el julajó.

Mi querido pater, esta suerte de inesperado regocijo me ha sobrevenido después de un cambio de cilicio. No sé si es que el anterior lo llevaba muy apretado o que este es de mejor calidad, probablemente de hierro dulce. Ahora estoy más interesado en la danza tradicional irlandesa, me he comprado unas botas de tacón cubano, que harán la delicia y envidia de los hermanos.

Abrazote, mae.

[Ramón Castro Méndez]

Conocimos la tempestad que hiere,
y la quietud tras cada herida,
-cada hora de mi tiempo es una pequeña herida-,
el color del cielo en las mareas,
los árboles inmóviles ante el devenir de las auroras.

Tú llegaste, como el otoño, al final del duelo,
con el fruto de la nieve a punto de florecer entre las manos,
con un pájaro dormido agitándose en el pecho,
con el sabor a hierro dulce en los labios
y, apenas, una brizna de ponto azul en la mirada.

Hay confusas señales en los cielos,
y las estrellas derraman en mi copa innumerables lágrimas de níquel.
¿Qué brisa u óleo te trajo hasta mí esta noche tan distante de la vida?
Yo que siempre he temido por mi suerte
y aún conservo todos mis sueños adentro de los párpados.

Una maravilla este poema, Ramón, reitero lo que dice Armilo, elPrior o San Serenín del Monte.

Felicidades y otro abrazo.

Muchas gracias, querida Marisa, por tu paso y amables palabras. Siempre es un placer verte por mis versos.

Un abrazo grande.

[Pilar Morte]

Otro hermosísimo poema de los que hacen disfrutar. No abandonas el lirismo , en este caso arropado de esperanza y vida. Felicidades
Un abrazo grande

[Armilo Brotón]

Mi querido pater, esta suerte de inesperado regocijo me ha sobrevenido después de un cambio de cilicio. No sé si es que el anterior lo llevaba muy apretado o que este es de mejor calidad, probablemente de hierro dulce. Ahora estoy más interesado en la danza tradicional irlandesa, me he comprado unas botas de tacón cubano, que harán la delicia y envidia de los hermanos.

Abrazote, mae.

Seamos claros, hermano Frodimir, te compraste, por coquetería, un cilicio tres tallas menor, al igual que los calzoncillos de felpa, y como seguiste engrosando la panza, le parecías al símbolo del infinito en vertical, ya los riñones te salían por la boca. En cuanto a lo de la danza tradicional irlandesa, te sugerimos, desde el Corumelo, que te ejercites con deportes más amables a tu gusto y afición, pues cuando empieces a dar saltos te vas a asemejar al naranjito, el balón del mundial, botando en la portería de Ghana, nunca mejor dicho por lo de las botas.

Abrazote pana

[Ramón Castro Méndez]

Un poema muy bello y muy bien escrito. Felicidades y un abrazo.

Muchas gracias, tocayo, por acercarte hasta mis letras.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muy bueno, Ramón.

Por si no lo sabes, o nunca te lo he dicho, escribes de maravilla.

Un abrazo, compañero.

Salud, paz y felicidad.

Muchas gracias, Alejandro, por tus amables y generosas palabras.
Un fuerte abrazo.