Pequeños olvidos

[A. Satír]

De tu mano con mi mano.
Una avenida.
El carruaje del viento estacionado afuera.
Manto de rocío que nos cubre
en dos distancias.
Quema el café de la mañana,
el espejo me hace el gesto
que no vuelves.
Dos lunas negras en la cara.
No amanece para los gorriones
que anidaron en el árbol que diseminamos,
no abre la puerta tu perfume galopante,
veo el esqueleto de las rosas
y los pétalos negros del invierno,
el maquillaje que te obsequie
desparramado en los huecos de otra habitación,
donde la ausencia cuelga un silencio absoluto.
Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada.

[E. R. Aristy]

De tu mano con mi mano.
Una avenida.
El carruaje del viento estacionado afuera.
Manto de rocío que nos cubre
en dos distancias.
Quema el café de la mañana,
el espejo me hace el gesto
que no vuelves.
Dos lunas negras en la cara.
No amanece para los gorriones
que anidaron en el árbol que diseminamos,
no abre la puerta tu perfume galopante,
veo el esqueleto de las rosas
y los pétalos negros del invierno,
el maquillaje que te obsequie
desparramado en los huecos de otra habitación,
donde la ausencia cuelga un silencio absoluto.
Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada.

Fresca y original imagineria, Satir. Me gusta! Abrazos, ERA

[Raul Muñoz]

Contundente en su dolor desesperado por la perdida, que se expresa con cierto equilibrio, hallando belleza en el poema. El cierre es tremendo. Gracias por compartir, Antonio.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

"Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada."

Es una pequeña maravilla.

Estos versos finales son un buen colofón.

Un abrazo.

[Àlex Gállego]

Disfruté mucho de la lectura. Un poema delicado y lleno de bellas imágenes. Gracias por compartirlo.

Un abrazo

[A. Satír]

De tu mano con mi mano.
Una avenida.
El carruaje del viento estacionado afuera.
Manto de rocío que nos cubre
en dos distancias.
Quema el café de la mañana,
el espejo me hace el gesto
que no vuelves.
Dos lunas negras en la cara.
No amanece para los gorriones
que anidaron en el árbol que diseminamos,
no abre la puerta tu perfume galopante,
veo el esqueleto de las rosas
y los pétalos negros del invierno,
el maquillaje que te obsequie
desparramado en los huecos de otra habitación,
donde la ausencia cuelga un silencio absoluto.
Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada.

Fresca y original imagineria, Satir. Me gusta! Abrazos, ERA

Muchas gracias querida!
Te dejo un abrazo grande desde mi frío Chile.

Satír.

[Francisco Lobo]

Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada.

Destaco estos versos, por su exuberante belleza, en contraposición al dolor por la pérdida y la ausencia.
el espejo me hace el gesto
que no vuelves.
Dos lunas negras en la cara.

Ha sido un placer de lectura. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Doloroso pero también bello poema, amigo Satir.
Abrazos.

[Ventura Morón]

Que bueno Antonio, me gustan mucho estos flashes que son como derramar la memoria. Esa forma de componer el poema creo que la has elaborado de manera muy eficaz, y a la vez muy sentida.
Un placer leerte amigo
Abrazos

[A. Satír]

Contundente en su dolor desesperado por la perdida, que se expresa con cierto equilibrio, hallando belleza en el poema. El cierre es tremendo. Gracias por compartir, Antonio.

Un abrazo.

Hola Raúl que tal! Son los reflejos de la pérdida de mi amor, la ruptura y la separación.
Gracias por comentar!

Un abrazo!
Satír.

[A. Satír]

"Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada."

Es una pequeña maravilla.

Estos versos finales son un buen colofón.

Un abrazo.

Hola Alejandro! gracias por destacar esos versos, siempre busco darle un buen final a lo que escribo.
Te dejo un abrazo!

Satír.

[A. Satír]

Disfruté mucho de la lectura. Un poema delicado y lleno de bellas imágenes. Gracias por compartirlo.

Un abrazo

Gracias Alex!
Por pasar y darte un tiempo en comentar!

Un abrazo!
Satír.

[A. Satír]

Las mañanas que olían a pan sagrado,
de tu cuerpo de tarde, crepúsculo,
a mediatinta,
de eso que no olvido amor,
Cuando vi morir sin querer el secreto de tu mirada.

Destaco estos versos, por su exuberante belleza, en contraposición al dolor por la pérdida y la ausencia.
el espejo me hace el gesto
que no vuelves.
Dos lunas negras en la cara.

Ha sido un placer de lectura. Un abrazo.

Muy de acuerdo contigo Francisco!
También me gustan como quedaron esos versos.

Gracias por comentar!

Satír.

[Gia Nuage]

simplemente hermoso.

[Ramón Castro Méndez]

Muy buen poema, compañero. Emotivo y bello, buscando el consuelo. Todo un placer de lectura.
Mi felicitación.

Un abrazo.