
Cuando yo era un niño siempre me decías
al mirar en la noche las blancas estrellas
- "¿sabes que en un tiempo fueron almas bellas
y hoy son en lo eterno su supremacía?
Si escuchas atento oirás que ellas
te dirán secretos que harán que tus días
dejen un camino de felices huellas".
Ahora que tú eres lucero en el alba
y te observan los ojos de tantos infantes,
cuéntales que hoy sólo es un instante
que vale la pena sentirlo en el alma:
- "Ríe, llora y late, corazón amante,
vive enamorado, que el amor es talma
que abriga las almas de seres errantes".