Veo borroso

[Raul Muñoz]

Me pellizco el ombligo, zurea, la paloma
desciende a la cornisa. Con mis dedos estiro
la luz desde el ombligo, desbarato la antena
que transmite frecuencias del color en imagen.

El ombligo en mis manos impregna la pantalla
con la sangre del tiempo que atraviesa mi frente;
al cabo se deshace, perdido en avenidas,
decolora las pieles donde veo borroso.

El temor sin consuelo levanta el edificio,
desprovisto de un cuerpo visible me señala
por años transcurridos sin retorno a la vida.

Tocando el imposible nombrándome a mí, mientras
borroso veo sombras quietas en la ventana.
Al fin me alejo solo bordando los pañuelos.

[Ulises C.J.]

Sugerente soneto blanco. Hasta que sea blanco es sugerente si nos muestra las traslúcidas imágenes tras el paso del tiempo.
Abrazos, amigo

[Alejandro Costa]

Magníficos versos alejandrinos.

El final, me ha encantado. Es muy original.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias Ulises, me alegra que te sugiera el poema.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias Alejandro, muy amable. Me alegro de encontrarte en mis versos.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Excelente soneto blanco alejandrino, Raúl:.

Felicidades
Un beso
Ana

[Pilar Morte]

Hermoso soneto. Un placer leerte.
Abrazos y salud.

[Carmela Viñas]

Volver al ser, a pesar del tiempo que no fue vida. Versos que invitan al hallazgo de su semántica más honda, Raúl. Me han gustado mucho.
Un placer leer tu obra.
Abrazos de luz.

[Raul Muñoz]

Gracias Ana, muy amable. Me alegro que te haya gustado.

Un abrazo.

[Ricardo López Castro]

Genial y genuino, o genial por lo genuino de este trabajo, amigo Raúl.
Sorprenden temáticas como ésta, y eso las hace únicas.
Gracias por compartir.
Abrazos y felicidad.

[Raul Muñoz]

Gracias Pilar, el placer siempre es mío también por encontrarte en mis poemas.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias Carmela por venir. Seguimos en los avatares de la existencia.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Me pellizco el ombligo, zurea, la paloma
desciende a la cornisa. Con mis dedos estiro
la luz desde el ombligo, desbarato la antena
que transmite frecuencias del color en imagen.

El ombligo en mis manos impregna la pantalla
con la sangre del tiempo que atraviesa mi frente;
al cabo se deshace, perdido en avenidas,
decolora las pieles donde veo borroso.

El temor sin consuelo levanta el edificio,
desprovisto de un cuerpo visible me señala
por años transcurridos sin retorno a la vida.

Tocando el imposible nombrándome a mí, mientras
borroso veo sombras quietas en la ventana.
Al fin me alejo solo bordando los pañuelos.

Una obra de arte de clarisimo talento, Raul! Abrazos, ERA

[Raul Muñoz]

Gracias Ricardo, muy amable en tu apreciación. Me alegro de que te guste el poema.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias, Aristy, por tu generoso comentario.

Un abrazo.